En este loco mundo en el que vivimos, aun hoy en día existen lugares que son desconocidos para la inmensa mayoría de los mortales. A pesar de los grandes avances tecnológicos que nos permiten acortar distancias o como el internet, con el que tenemos acceso inmediato a cualquier (o casi) información que necesitemos, gran parte de sus habitantes no son capaces de reconocer en un mapa ni siquiera a su propio país e inclusive desconocen la existencia de muchas naciones.
Es por ello que en este blog, tan acomedido con todos ustedes, he decidido contarles una breve historia de los países más desconocidos del mundo. O al menos los que yo creo que para ustedes serán los más desconocidos. Y dicho esto, voy a comenzar con Azerbaiyán, que por cierto, no es el nombre de un cereal, como alguien en alguna ocasión me respondió al preguntarle por este singular país.
Azerbaiyán es una joven república situada a los pies de la cordillera del Cáucaso y a orillas del Mar Caspio. Abajo les agrego un mapa, pues estoy seguro que muchos tampoco saben donde está ésta cordillera y este mar.
Desde lejos |
Y ahora un acercamiento... |
Por caprichos humanos, su territorio está dividido entre Europa y Asia, lo que le otorga una ubicación privilegiada como lugar de paso y contacto entre dos continentes.
Se trata de una de las repúblicas que conformaban la ahora extinta Unión Soviética, de la que se separó en 1991, poco antes de que ésta potencia comunista se disolviera de forma oficial. Pero como sucede en otros casos parecidos, a pesar de ser un país desconocido para la mayoría de las personas, tiene una historia fascinante.
Sus orígenes culturales están muy ligados a su vecina Armenia, con quien todavía mantiene una fuerte disputa fronteriza, y a los no tan lejanos sumerios de Mesopotamia. Sus primeros habitantes conocidos fueron los llamados albanos caucásicos, pueblo de origen escita que ocupó toda la región entre los mares Negro y Caspio. Por cierto los escitas eran un conglomerado de pueblos que en la antigüedad habitaban lo que ahora es Irán y Afganistán.
El territorio azerí (es decir, de Azerbaiyán) formó parte del poderoso imperio persa a partir del siglo VI a.e.c., lo que le permitió entrar de lleno a la historia universal. El sistema político persa dejó que Azerbaiyán tuviera una cierta autonomía, lo que le permitió proclamar su independencia cuando este imperio cayó en manos del genial rey macedonio Alejandro Magno. Pero poco les duró el gusto a los azeríes, pues a la muerte del Magno, sus herederos se repartieron el inmenso territorio que había conquistado y la entonces llamada Albania Caucásica quedó en poder de Seleuco, uno de los generales de Alejandro, quien se proclamó emperador de Persia y fundador de la dinastía Seléucida. De esta forma, sus habitantes siguieron bajo dominio persa, aunque ahora bajo la influencia cultural griega.
Siglos después llegaron los romanos bajo el mando del emperador Trajano, y rápidamente los conquistaron. Lo que hoy es Azerbaiyán formó entonces parte de la provincia romana de Mesopotamia, con lo que éste imperio alcanzó su máxima extensión.
Tras los romanos llegaron los partos, otro pueblo asiático, quienes dominarían el territorio hasta que, en el siglo VII de nuestra era, los árabes lo integrarían al Califato de Bagdad. En aquellos momentos, sus habitantes eran en su mayoría seguidores de Zoroastro en lo que a religión se refiere, aunque existía ya una importante población cristiana, lo que no impedirá que pronto todos ellos se conviertan al Islam.
Mezquita Heydar, en Bakú |
Los árabes serán los primeros conquistadores de Azerbaiyán que dejarán una huella indeleble en la cultura local desde la época de los primeros persas. Hasta ese momento macedonios, partos, romanos y cuantos habían pasado por ahí lo habían hecho de forma tan marginal que tuvieron poco impacto en su desarrollo cultural. A pesar de pertenecer de facto a estos imperios, en realidad los azeríes habían conservado un alto grado de autonomía e independencia. Los árabes también trajeron consigo un importante aumento en el comercio, usando a Azerbaiyán como puente entre Europa Oriental y el Cercano Oriente.
Imagen de Bakú, la capital del país. |
Sin embargo, será otro pueblo islámico quien introducirá en el país, en el siglo XI, un conjunto de idiomas, gentes y culturas que enriquecerán de forma significativa al pueblo azerí. Se trata de los turcos, un pueblo proveniente del centro de Asia que, en esos momentos, estaba arrasando con lo que quedaba del otrora poderoso imperio bizantino. La mezcla del turco con el persa dará paso al moderno idioma de Azerbaiyán.
Pero todo quedó patas arriba cuando a principios del siglo XIII llegó con furia la invasión mongola comandada por Gengis Khan (el abuelo de muchos de ustedes), quien tras aplastar a los chinos, los indios y los persas, se lanzó contra los turcos en su camino hacia Europa. Los mongoles dominaron la región hasta finales del siglo XV, cuando los azeríes se rebelaron y se unieron de nuevo al imperio persa. Esto permitió un renacimiento cultural muy importante en el que florecieron, una vez más, las letras y las artes.
Quba |
Al llegar el siglo XVIII todo volvió a cambiar. Azerbaiyán se convirtió en un inmenso campo de batalla donde turcos, persas y rusos dirimían sus diferencias. Para colmo, Francia e Inglaterra también decidieron intervenir en la región para evitar la expansión rusa. La derrota definitiva de los persas provocó una guerra civil y la división del territorio en más de 18 reinos independientes, cuya debilidad permitió que Rusia se apoderara de todo el norte del país, mientras que la zona sur quedó en poder de Persia, división que permanece hasta la actualidad, aunque ahora Persia se llama Irán.
Azerbaiyán se convirtió en una zona fronteriza de escasa importancia para Rusia hasta que, a finales del siglo XIX, se descubrieron importantes yacimientos de petróleo en las cercanías de su capital, el puerto de Bakú, lo que permitió el desarrollo industrial de toda la región.
El dominio ruso parecía asegurado. Pero al estallar la Revolución Rusa de 1917, misma que llevó al poder al Partido Comunista, ingleses y franceses decidieron aprovechar lo que creyeron era un momento de debilidad de su antiguo aliado en la Primera Guerra Mundial. Así, estos dos países, interesados en su petróleo, ofrecieron su apoyo a los azeríes para que proclamaran su independencia. Surgió así, en 1918, la República Democrática de Azerbaiyán, primer país secular y democrático del mundo islámico. Pero los rusos no estaban dispuestos a perder el territorio y con el apoyo de grupos azeríes comunistas consiguieron recuperarlo en 1920, incorporándolo poco después a la recién creada Unión Soviética. Lenin no estaba dispuesto a perder el petróleo de esa región.
En 1991 se disolvió la gran potencia comunista de la Guerra Fría, y los azeríes volvieron a proclamar su independencia para entrar casi de inmediato en guerra con su vecina Armenia, en la que perdieron casi el 15% de su territorio al independizarse en 1994, con apoyo armenio, la provincia de Nagorno Karabaj. Por cierto, este nuevo país aun no ha sido reconocido por la inmensa mayoría de la comunidad internacional, formando así parte de otro selecto grupo de países que, aunque son independientes de facto, no aparecen en el listado de la ONU, situación por demás ridícula y de la que algún día les platicaré. Y desde luego, Azerbaiyán sigue reivindicando su soberanía sobre su antigua provincia.
Les dejo aquí la lista de los presidentes del país desde su independencia de la extinta Unión Soviética:
Ayaz Niyaz Ogly Mutalibov (1991-1992)
Yagub Mamedov (1992)
Ayaz Niyaz Ogly Mutalibov (1992) (2ª vez)
Isa Gambarov (1992)
Albulfaz Elchibey (1992-1993)
Heydar A. Aliyev (1993-2003)
Ilham Aliyev (2003- )
Y sí, el actual presidente es hijo del anterior. Algo muy común en esas regiones del planeta.
Bueno, espero que esto haya sido de su interés y espero pronto verlos de nuevo con la historia de otro país desconocido.