De todos es sabido que en los años previos a la Independencia mexicana, la confrontación entre los dos grupos que formaban la élite novohispana, es decir, los criollos y los gachupines, era intensa. Los criollos, a fin de cuentas descendientes de españoles, no podían entender que por el simple hecho de haber nacido en el continente americano no pudieran ejercer los cargos públicos más importantes del gobierno virreinal. Un criollo no podía ser virrey, presidente de la Audiencia u obispo, tan sólo síndico municipal y, en contadas ocasiones, gobernador de provincia o capitán de los ejércitos.
La Nueva España |
Y especialmente les dolía porque ellos se sabían poseedores del poder económico. En efecto, los criollos eran los ricos del virreinato. Situación entendible, pues como hijos de españoles habían heredado la fortuna que sus padres habían amasado. Con ella podían comprar títulos nobiliarios a un rey siempre necesitado de dinero, pero por más que ofrecieran nunca podrían llegar a ser virreyes.
Familia criolla del capitán Pedro Marcos Gutiérrez |
José María Morelos y Pavón |
Palacio de la Inquisición |
Y eso precisamente pasó entre los criollos y los gachupines. Se dieron hasta con la cubeta y se trataron como si fueran dos perfectos desconocidos. Una de las formas que tenían para demostrarse su odio recíproco era la utilización de versos burlescos impresos en forma de pasquines que se distribuían de forma anónima por las calles de la ciudad de México. Antes de continuar, hay que aclarar también que no todos los criollos estaban en contra de los gachupines ni todos los gachupines odiaban a los criollos. Tampoco exageremos.
Familia de gachupines |
De antemano pido disculpas a l@s lector@s sensibles, pero sirva lo siguiente para demostrarles que en tiempos pasados también se utilizaban palabras ofensivas, así que olvídense de aquella frase que dice "esto no pasaba antes". Todo ha pasado antes y seguirá pasando después. Hay cosas que nunca cambiarán.
Esta lucha entre padres e hijos cobró especial fuerza en tiempos del virrey José de Iturrigaray (1802-1808), y una prueba de ello es el siguiente pasquín:
"¡Pobre América! ¿hasta cuándo
se acabará tu desvelo?
Tus hijos midiendo el suelo
y los ajenos mamando."
Los españoles no tardaron en replicar, y al poco tiempo apareció otro pasquín que, de acuerdo con don Artemio de Valle Arizpe fue financiado por los comerciantes del Parían. Así que tápenle los ojos a sus hijos pequeños o, por lo que más quieran, no lo lean en voz alta si hay menores presentes. Mejor mándenlos a jugar a su cuarto, al jardín, a la calle o a casa de sus primos. Conste que ya les advertí.
"En la lengua Portuguesa
al ojo le llaman "cri",
y aquel que pronuncia así
aquesta lengua profesa.
En la nación Holandesa
"ollo" le llaman al culo,
y así con gran disimulo,
juntando el "cri" con el "ollo"
lo mismo es decir "criollo"
que decir ojo de culo".
¿Qué, no se sonrojaron? Bueno, esperen a ver lo que les contestaron los criollos. Ahora sí mejor manden a la abuelita con sus nietos para que les haga compañía y no escuche lo que viene a continuación.
"Gachu" en Arábigo hablar
es en castellano "mula":
"Pin" la Guinea articula
y en su lengua dice "dar".
De donde vengo a sacar
que este nombre "gachupín"
es un "muladar" sin fin,
donde el criollo siendo culo
bien puede sin disimulo
cagar en cosa tan ruin".
José María Morelos y Pavón |
Palacio de la Inquisición |
"Será dable que nos cuadre
gente que por interés
ha dejado en la vejez
padeciendo al pobre.............Padre.
Para dejar a su madre
por cualquier trato siniestro
es el gachupín muy diestro,
pues para ellos si se acata
ni hay más padre que la plata
ni más ser que el reino.........nuestro.
En vano son tus desvelos,
perro, infame y mucho más,
pues si en éste reino estás
dices.....................que estás en los cielos.
Si Dios tus malos anhelos
destruyera provocado,
fuera el reino desahogado
de tantos perros obscenos,
pues con tanto perro menos
quedara.....................santificado.
No hay en todo el reino un hombre
a quien no tengáis acedo,
ni criollo que os tenga miedo,
por bravo que................sea tu nombre;
ni hay hombre que no se asombre
de vuestra avaricia atroz,
tal que si uno, no habrá dos
que avaros no sean de modo
que a ellos quieran vaya todo
y que nada...................venga a nos.
¡Oh Dios y Señor, no sé
en qué estas cosas estriban!
Si es tu voluntad que vivan
aquí en.....................tu reino, hágase;
pero sólo si diré
que si la Real Majestad
no ignorara en realidad
lo que es esta gente fiera,
ya todo el reino estuviera
conforme a...................tu voluntad.
Ninguno en la mar se emperra
ni se engríen hasta llegar;
o si como allá en el mar
lo fueran..................así en la tierra;
de su reino se destierra
un gachupín sin recelo,
por ser (se vienen en pelo)
ricos, pues allá es notorio
que están en el purgatorio,
pero acá.................como en el cielo.
No es viaje muy siniestro
que hace este maldito enjambre,
pues como están muertos de hambre,
vienen en pos de..............El pan nuestro
no hay perro que no sea diestro
de éstos en la granjería,
tratando con porquería,
usuras; mas ¡qué me apura
el que traten con usura,
si es su pan.................de cada día!
Esto digo y a más voy,
y si algún agravio os hago
y queréis darnos el pago,
que sea breve,................dánosle hoy;
y advertid que cierto estoy,
y lo estamos a una voz
todos, que si algún atroz
caso sucede disforme,
haciendo al Rey un informe
nos vendrá...................perdón-a-nos.
A ratos juzgo entre mí
que quizá porque pecamos
quiere Dios satisfagamos
por......................nuestras deudas así;
nunca de vosotros creí,
según sois perros vosotros,
que haya paz entre unos y otros,
y está en que estáis muy alzados,
soberbios y endemoniados,
y no así...................como nosotros.
Tal somos, que si os miramos
desnudos y en aflicciones,
ni aun nuestros propios calzones
por cubriros.....................perdonamos;
entre la plata nos criamos,
de la cual sois poseedores,
y tan crecidos favores
bien debíais recompensar,
y cuando no, confesar
el que sois...................nuestros deudores.
¡Ea, gachupín! No te alejes
a España porque tronaste,
acá en las Indias buscaste,
con que estáte.................y no nos dejes;
y con que sólo reflejes
lo rico de esta región,
libre está tu inclinación
ni aun siquiera de pensado
de cometer tal pecado
y de.......................caer en la tentación.
¡Oh, Dios mío! Ponnos en paz,
y nuestras quejas acalla,
líbranos de esta canalla
y al reino no vengan.................más,
ni vea por acá jamás
ninguno de ellos, de quien
jamás tenemos un bien;
en fin,.......................líbranos de mal
y de esta plaga infernal.
Así sea, Señor,..................Amén."
Al final, los criollos ganaron esta singular lucha a tres caídas sin límite de tiempo. La guerra de independencia la comenzó un criollo (Hidalgo) y la terminó otro (Iturbide). En el ínter hubo mestizos, indígenas y mulatos que se estuvieron rompiendo el alma por la lucha y que, al final, no salieron bien parados. Una prueba de ello es, a mi parecer, el trato injusto que se le ha dado a Morelos. A diferencia de Hidalgo, éste sí sabía bien lo que quería con la lucha, y por ello a él le debemos los Sentimientos de la Nación, la creación del Primer Congreso, el apoyo a la redacción de un Acta de Independencia y, desde luego, de una primera Constitución, la Constitución de Apatzingán de 1814. A diferencia de Hidalgo, no sólo se preocupó por luchar, sino que también tuvo entre sus prioridades dotar a la futura nación de un marco legal y de gobierno que le permitiera funcionar una vez conseguida la independencia. Pero el destino, que suele jugar malas pasadas (especialmente cuando está disfrazado de envidias y celos) lo condenó a caer prisionero y ser pasado por las armas.
Una vez que triunfó la independencia, al criollo Hidalgo se le nombró Padre de la Patria, mientras que al mulato Morelos tan sólo se le dijo: "gracias por participar".
Parece que te diviertes mucho cuando escribes. Y yo lloro de la risa
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