jueves, 16 de abril de 2015

CRIOLLOS CONTRA GACHUPINES. A DOS DE TRES CAÍDAS SIN LÍMITE DE TIEMPO

De todos es sabido que en los años previos a la Independencia mexicana, la confrontación entre los dos grupos que formaban la élite novohispana, es decir, los criollos y los gachupines, era intensa. Los criollos, a fin de cuentas descendientes de españoles, no podían entender que por el simple hecho de haber nacido en el continente americano no pudieran ejercer los cargos públicos más importantes del gobierno virreinal. Un criollo no podía ser virrey, presidente de la Audiencia u obispo, tan sólo síndico municipal y, en contadas ocasiones, gobernador de provincia o capitán de los ejércitos.

La Nueva España

Y especialmente les dolía porque ellos se sabían poseedores del poder económico. En efecto, los criollos eran los ricos del virreinato. Situación entendible, pues como hijos de españoles habían heredado la fortuna que sus padres habían amasado. Con ella podían comprar títulos nobiliarios a un rey siempre necesitado de dinero, pero por más que ofrecieran nunca podrían llegar a ser virreyes.

Fa
Familia criolla del capitán Pedro Marcos Gutiérrez

José María Morelos y Pavón
Palacio de la Inquisición
Como ya dije, se trataba simplemente de una guerra de élites. O más bien de una guerra fratricida. Padres contra hijos. Y cualquiera que haya visitado un Juzgado de lo Familiar, sabe lo complicado que pueden ser los pleitos entre consanguíneos, especialmente cuando hay herencias de por medio. Es como una guerra civil. Se tiran con todo y siempre afloran viejos resentimientos. Que si cuando éramos chicos tú me rompiste mi muñeca favorita, que si de adolescentes tú te burlabas de mí cuando se me llenaba la cara de barros, en fin, todas esas cosas que seguramente ya están recordando.

Y eso precisamente pasó entre los criollos y los gachupines. Se dieron hasta con la cubeta y se trataron como si fueran dos perfectos desconocidos. Una de las formas que tenían para demostrarse su odio recíproco era la utilización de versos burlescos impresos en forma de pasquines que se distribuían de forma anónima por las calles de la ciudad de México. Antes de continuar, hay que aclarar también que no todos los criollos estaban en contra de los gachupines ni todos los gachupines odiaban a los criollos. Tampoco exageremos.

Familia de gachupines

De antemano pido disculpas a l@s lector@s sensibles, pero sirva lo siguiente para demostrarles que en tiempos pasados también se utilizaban palabras ofensivas, así que olvídense de aquella frase que dice "esto no pasaba antes". Todo ha pasado antes y seguirá pasando después. Hay cosas que nunca cambiarán.

Esta lucha entre padres e hijos cobró especial fuerza en tiempos del virrey José de Iturrigaray (1802-1808), y una prueba de ello es el siguiente pasquín:

"¡Pobre América! ¿hasta cuándo
se acabará tu desvelo?
Tus hijos midiendo el suelo
y los ajenos mamando."

Los españoles no tardaron en replicar, y al poco tiempo apareció otro pasquín que, de acuerdo con don Artemio de Valle Arizpe fue financiado por los comerciantes del Parían. Así que tápenle los ojos a sus hijos pequeños o, por lo que más quieran, no lo lean en voz alta si hay menores presentes. Mejor mándenlos a jugar a su cuarto, al jardín, a la calle o a casa de sus primos. Conste que ya les advertí.


"En la lengua Portuguesa
al ojo le llaman "cri",
y aquel que pronuncia así
aquesta lengua profesa.
En la nación Holandesa
"ollo" le llaman al culo,
y así con gran disimulo,
juntando el "cri" con el "ollo"
lo mismo es decir "criollo"
que decir ojo de culo".


¿Qué, no se sonrojaron? Bueno, esperen a ver lo que les contestaron los criollos. Ahora sí mejor manden a la abuelita con sus nietos para que les haga compañía y no escuche lo que viene a continuación.

"Gachu" en Arábigo hablar
es en castellano "mula":
"Pin" la Guinea articula
y en su lengua dice "dar".
De donde vengo a sacar
que este nombre "gachupín"
es un "muladar" sin fin,
donde el criollo siendo culo
bien puede sin disimulo
cagar en cosa tan ruin".


José María Morelos y Pavón
Palacio de la Inquisición
No cabe duda que sentían un enorme cariño filial. Claro que no todos eran tan insultantes. Por supuesto que no. Había otros que, para las buenas conciencias de ayer y de hoy, hasta resultaban sumamente sacrílegos y cargados de venenos. ¿Habían escuchado alguna vez el "Padre Nuestro de los Gachupines"? Bueno, pues éste se publicó en 1776 por un "criollo americano" (es decir por un escritor anónimo) que hizo bien en omitir su nombre, pues en cuanto salió a la luz, la Inquisición, ese amado tribunal que velaba por el bien de todas las almas sencillas (nótese el sarcasmo), ordenó recogerlos y ofreció una recompensa a quien denunciara al autor. pero jamás apareció. Estos son los versos en cuestión:


            "Será dable que nos cuadre
          gente que por interés
          ha dejado en la vejez
          padeciendo al pobre.............Padre.
          Para dejar a su madre
          por cualquier trato siniestro
          es el gachupín muy diestro,
          pues para ellos si se acata
          ni hay más padre que la plata
          ni más ser que el reino.........nuestro.

          En vano son tus desvelos,
          perro, infame y mucho más,
          pues si en éste reino estás
          dices.....................que estás en los cielos.
          Si Dios tus malos anhelos
          destruyera provocado,
          fuera el reino desahogado
          de tantos perros obscenos,
          pues con tanto perro menos
          quedara.....................santificado.

          No hay en todo el reino un hombre
          a quien no tengáis acedo,
          ni criollo que os tenga miedo,
          por bravo que................sea tu nombre;
          ni hay hombre que no se asombre
          de vuestra avaricia atroz,
          tal que si uno, no habrá dos
          que avaros no sean de modo
          que a ellos quieran vaya todo
          y que nada...................venga a nos.

          ¡Oh Dios y Señor, no sé
          en qué estas cosas estriban!
          Si es tu voluntad que vivan
          aquí en.....................tu reino, hágase;
          pero sólo si diré
          que si la Real Majestad
          no ignorara en realidad
          lo que es esta gente fiera,
          ya todo el reino estuviera
          conforme a...................tu voluntad.

          Ninguno en la mar se emperra
          ni se engríen hasta llegar;
          o si como allá en el mar
          lo fueran..................así en la tierra;
          de su reino se destierra
          un gachupín sin recelo,
          por ser (se vienen en pelo)
          ricos, pues allá es notorio
          que están en el purgatorio,
          pero acá.................como en el cielo.

          No es viaje muy siniestro
          que hace este maldito enjambre,
          pues como están muertos de hambre,
          vienen en pos de..............El pan nuestro
          no hay perro que no sea diestro
          de éstos en la granjería,
          tratando con porquería,
          usuras; mas ¡qué me apura
          el que traten con usura,
          si es su pan.................de cada día!

          Esto digo y a más voy,
          y si algún agravio os hago
          y queréis darnos el pago,
          que sea breve,................dánosle hoy;
          y advertid que cierto estoy,
          y lo estamos a una voz
          todos, que si algún atroz
          caso sucede disforme,
          haciendo al Rey un informe
          nos vendrá...................perdón-a-nos.

          A ratos juzgo entre mí
          que quizá porque pecamos
          quiere Dios satisfagamos
          por......................nuestras deudas así;
          nunca de vosotros creí,
          según sois perros vosotros,
          que haya paz entre unos y otros,
          y está en que estáis muy alzados,
          soberbios y endemoniados,
          y no así...................como nosotros.

          Tal somos, que si os miramos
          desnudos y en aflicciones,
          ni aun nuestros propios calzones
          por cubriros.....................perdonamos;
          entre la plata nos criamos,
          de la cual sois poseedores,
          y tan crecidos favores
          bien debíais recompensar,
          y cuando no, confesar
          el que sois...................nuestros deudores.

          ¡Ea, gachupín! No te alejes
          a España porque tronaste,
          acá en las Indias buscaste,
          con que estáte.................y no nos dejes;
          y con que sólo reflejes
          lo rico de esta región,
          libre está tu inclinación
          ni aun siquiera de pensado
          de cometer tal pecado
          y de.......................caer en la tentación.

          ¡Oh, Dios mío! Ponnos en paz,
          y nuestras quejas acalla,
          líbranos de esta canalla
          y al reino no vengan.................más,
          ni vea por acá jamás
          ninguno de ellos, de quien
          jamás tenemos un bien;
          en fin,.......................líbranos de mal
          y de esta plaga infernal.
          Así sea, Señor,..................Amén."

Al final, los criollos ganaron esta singular lucha a tres caídas sin límite de tiempo. La guerra de independencia la comenzó un criollo (Hidalgo) y la terminó otro (Iturbide). En el ínter hubo mestizos, indígenas y mulatos que se estuvieron rompiendo el alma por la lucha y que, al final, no salieron bien parados. Una prueba de ello es, a mi parecer, el trato injusto que se le ha dado a Morelos. A diferencia de Hidalgo, éste sí sabía bien lo que quería con la lucha, y por ello a él le debemos los Sentimientos de la Nación, la creación del Primer Congreso, el apoyo a la redacción de un Acta de Independencia y, desde luego, de una primera Constitución, la Constitución de Apatzingán de 1814. A diferencia de Hidalgo, no sólo se preocupó por luchar, sino que también tuvo entre sus prioridades dotar a la futura nación de un marco legal y de gobierno que le permitiera funcionar una vez conseguida la independencia. Pero el destino, que suele jugar malas pasadas (especialmente cuando está disfrazado de envidias y celos) lo condenó a caer prisionero y ser pasado por las armas.


Una vez que triunfó la independencia, al criollo Hidalgo se le nombró Padre de la Patria, mientras que al mulato Morelos tan sólo se le dijo: "gracias por participar".


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