martes, 20 de septiembre de 2016

BREVE REPASO HISTÓRICO DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO: LA ÉPOCA PREHISPÁNICA

En estos momentos en que el movimiento magisterial tiene metido en un brete al gobierno por el asunto de la mal llamada Reforma Educativa, creo que puede ser interesante hacer un repaso histórico sobre la educación en México.

Si nos vamos muy atrás, hasta topar con pared a mano izquierda, nos encontraremos en la época prehispánica. Por desgracia no tenemos muchos datos de la gran mayoría de las culturas de aquel entonces, debido en parte a la destrucción de los códices llevada a cabo no sólo por los españoles durante la conquista, sino también por los mismos pueblos indígenas en su afán de borrar la historia de sus enemigos.

Con algunas de estas culturas, sin embargo, no es difícil imaginar cómo sería su sistema educativo. Por ejemplo, los chichimecas, quizá el más grande de todos los grupos étnicos indígenas y uno de los más atrasados. Al estar formado por grupos que, en muchos casos, aun conservan sus rasgos nómadas (aunque otros darán origen a grandes culturas), lo lógico es suponer que la educación de los párvulos corre a cargo de los adultos del clan, y que ésta tan sólo consistirá en enseñarles a identificar las plantas venenosas de las que no lo son, encontrar los mejores sitios para cazar y pescar, disparar las flechas con buena puntería, Desde luego, es probable que muchas de estas enseñanzas las adquieran por simple imitación y no por un proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, aprenderán los rituales funerarios y religiosos del grupo. Pero de ahí no pasarán. Su aprendizaje es práctico. Sólo aquello que beneficiará al grupo será absorbido por sus pequeñas mentes infantiles.

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Gracias a los cronistas, sin embargo, conocemos cómo era la educación al menos entre los mayas y los mexicas, mejor conocidos, aunque de forma incorrecta, como aztecas. En el caso de éstos últimos, ya podemos observar los roles de género bien definidos, tal y como por desgracia aun acontece en nuestras sociedades modernas. Los niños son destinados a la milicia, el comercio, el sacerdocio, la agricultura, dependiendo del hogar en el que nazcan. Las niñas, por el contrario, son destinadas a trabajar dentro de la casa, es decir, cocinar, limpiar y cuidar a los hijos.

Los hijos, por lo general, se educaban en casa hasta los catorce o quince años. Pero eso sí, el padre se encargaba de los niños y la madre de las niñas. No fuera a ser que se trastocara el orden establecido. Eso no quita que el sistema educativo sea duro y en ocasiones cruel. A los hijos se les puede castigar punzándoles con espinas de maguey o haciéndoles oler el humo del chile seco puesto sobre fuego.

¿Qué se les enseña? Obviamente depende de la familia en la que nacieron. Si son campesinos o pescadores, de pequeños aprenderán a acarrear el agua, arreglar las redes y cosas por el estilo. Ya a los quince años les tocará aprender el oficio del padre, los niños, y las labores del hogar, las niñas.

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En teoría, al finalizar su educación en el hogar los y las jóvenes mexicas deben de temer a los dioses, amar a sus padres, reverenciar a los ancianos, tener misericordia para con los pobres y desvalidos, apegarse al cumplimiento del deber, tener en alta estimación la verdad y la justicia, y rechazar la mentira y el libertinaje. Ser personas perfectas, vaya. Lo cual no siempre sucedía, desde luego.

En la gran Tenochtitlán el Estado proporcionaba educación superior gratuita a los jóvenes... siempre y cuando fueran nobles o de clase media. Los primeros iban al Calmécac y los segundos al Tepochcalli (Casa de los mancebos). Los demás se fastidiaban y no pasaban de la educación paterna.

Entre las cosas que los afortunados escolares podían estudiar, se encontraba la profesión de escribiente (ahora diríamos con toda solemnidad "licenciado en Letras"), ya que éstos se encargaban de redactar los códices y así transmitir el conocimiento de su pueblo. Claro que para ello no bastaba con saber escribir bien, sino que además debían ser excelentes dibujantes. Una mezcla de Picasso y García Márquez, vaya.

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Caminito de la escuela

Otras profesiones eran las de médico, arquitecto, sacerdote o guerrero. Pero para cualquiera de ellas tenían que superar una educación muy estricta y plagada de castigos corporales, donde el carácter militarista de los mexicas se dejaba notar con todo su peso. Digamos que eran una especie de escuelas militarizadas. Pero valía la pena. Digamos que ser egresado del Calmécac era algo así como ser exalumno de la UNAM.

La vida escolar no era tan cómoda como lo es ahora, aunque me miren con esos ojos. Los alumnos del Calmécac, por ejemplo, tenían que hacer constantes autosacrificios a los dioses punzándose el cuerpo con espinas de magüey, usaban ropa ligera para acostumbrar a su cuerpo al frío, trabajaban muy duro de día y muchas noches las pasaban en vela.

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Calmecac

En el Tepochcalli, por otro lado, además de las clases, los alumnos tenían que hacerse cargo de las reparaciones en el templo y trabajar las tierras que servían de sustento a la escuela. Y ahora nuestros niños se quejan porque les dejaron mucha tarea. ¡Por favor!

Por otro lado, había también una escuela para las niñas de clase noble, llamada Ichpochcalli o Casa de las Doncellas. Aquí aprendían a servir a los dioses y a los sacerdotes. En otras palabras, era una escuela para convertirlas en criadas de los aprovechados ministros religiosos.

Todos los alumnos de estas escuelas debían acudir a diario al Cuicacalli, la escuela donde aprendían a bailar y cantar, aunque algunos tuvieran el mismo ritmo que un caracol reumático o la voz de un cuervo enojado. Todas estas escuelas se encontraban situadas dentro del recinto del Templo Mayor.


Por su lado, los mayas también poseían un buen sistema educativo, aunque no tan enfocada a los guerreros como el de los mexicas. Si bien los mayas también eran muy violentos y aficionados a las guerras, lo cierto es que también dedicaban buena parte de su atención a la astronomía, la cerámica, la música, la arquitectura y la literatura.

Al igual que en el caso mexica, entre los mayas la educación comenzaba en el hogar y cada padre se encargaba dependiendo el sexo del hijo. Aquí también eran los sacerdotes, mediante los horóscopos, los que decidían el futuro de los niños. Sin embargo, en el hogar los niños mayas aprendían jugando, aunque sus juegos por lo general eran imitaciones de las labores que tendrían que realizar de adultos.

De acuerdo con fray Diego de Landa, a los nueve años los niños mayas ya ayudaban a su padre en las labores del campo, mientras que las niñas lo hacían en el hogar. A los doce años dejaban el hogar e ingresaban a una institución educativa que funcionaba como internado. Pero una vez más, los pobres estaban fuera, pues estas escuelas eran exclusivamente para los nobles y la clase media. ¡Luego por qué viene el descontento social!

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Los nobles eran educados en materia religiosa sin descuidar la astrología, la escritura, las matemáticas y la genealogía. Sí, la genealogía. Oyeron bien. Si bien ahora casi nadie sabe qué significa eso, para los mayas nobles era muy importante conocer su linaje, pues eso determinaba su lugar dentro del grupo social.

Los clasemedieros por su parte eran educados para pertenecer al ejército o dedicarse al comercio. Y los pobres, pues eran educados para dedicarse a ser pobres. Con eso entendemos por qué las ciudades mayas desaparecieron. Las revueltas populares fueron una de las principales causas.

Por último, si quieren saber más del tema les recomiendo que lean la Monarquía Indiana de Juan de Torquemada, los Memoriales de Toribio de Benavente Motolinía, las Obras Históricas de Fernando Alva Ixtlilxóchitl, la Historia General de las Cosas de la Nueva España de Bernardino de Sahagún, la Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme de Diego Durán y la Relación de las Cosas de Yucatán de Diego de Landa, por lo que se refiere a los cronistas del siglo XVI, pero también es muy recomendable leer La enseñanza escolar entre los mexicas de Alfredo López Austin.




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