lunes, 5 de agosto de 2019

CÓMO USAR EL TONALPOHUALLI... PARA DUMMIES

Como de seguro todos saben, porque es algo que se aprende en el jardín de niños, el Tonalpohualli es el calendario sagrado de los mexicas formado por trece meses de veinte días cada uno, con un total de 260 días. ¿Ya se acordaron?

¿No? ¿Pues a que kinder fueron? Bueno, ese es problema de ustedes y no mío. Por si no lo saben o no lo recuerdan, aquí se los voy a mostrar y les voy a enseñar a calcular su fecha de nacimiento en él. Interesante, ¿o no?

Antes que nada, es preciso decir que el Tonalpohualli o calendario lunar, también era llamado "la cuenta de los destinos" y era diferente al Xiuhpohualli o "cuenta de los años", que se formaba por 18 meses de 20 días cada uno, con un total de 360 días más cinco días llamados nemontemi (nefastos). ¿Ahora si lo recuerdan?

El Tonalpohualli servía para conocer el destino de las personas y quién era el dios que regía su vida, además de decidir cuál sería su nombre.

Tras esta breve introducción, ahora te voy a enseñar a utilizar este calendario, tal y como en su momento me lo enseñó a mí mi querido maestro el doctor en arqueología Blas Castellón Huerta, hace ya veinte años, por lo menos.

Para obtener los años se usa una combinación de cuatro signos (que representan los años) y trece números. Los signos son los siguientes:

Acatl (caña).
Tecpatl (pedernal).
Calli (casa).
Tochtli (conejo).

Con eso se forman ciclos de trece años. Para que se repita un año tienen que pasar 52 años. Esto se llamaba Xiuhmolpilli, que quiere decir "atadura de años". Veamos:

1 Acatl                1 Tecpatl                 1 Calli                     1 Tochtli
2 Tecpatl             2 Calli                     2 Tochtli                 2 Acatl
3 Calli                 3 Tochtli                 3 Acatl                    3 Tecpatl
4 Tochtli             4 Acatl                    4 Tecpatl                 4 Calli
5 Acatl                5 Tecpatl                 5 Calli                     5 Tochtli
6 Tecpatl             6 Calli                     6 Tochtli                 6 Acatl
7 Calli                 7 Tochtli                 7 Acatl                    7 Tecpatl
8 Tochtli             8 Acatl                    8 Tecpatl                 8 Calli
9 Acatl                9 Tecpatl                9 Calli                      9 Tochtli
10 Tecpatl          10 Calli                   10 Tochtli                10 Acatl
11 Calli               11 Tochtli               11 Acatl                   11 Tecpatl
12 Tochtli           12 Acatl                  12 Tecpatl               12 Calli
13 Acatl              13 Tecpatl               13 Calli                   13 Tochtli


Si seguiste con cuidado la tabla, verás que después de 13 Tochtli continúa 1 Acatl. ¿Lo tienes?

Para los días, se utilizan 20 signos y 13 números, pero no te preocupes si ves los nombres de los cuatro signos de los años aquí también. Se vuelven a utilizar, así que no sufras. De esta forma, con esta combinación, para que se repita el nombre de un día tienen que pasar 260 días. Por otro lado, el nombre de una persona era el del día que nacía y su signo era el que encabezaba la respectiva trecena que vimos arriba.




SÍMBOLODIOS ASOCIADO AL SÍMBOLO
Cipactli (lagarto)Tonacatecuhtli18293104115126137
Ehecatl (viento)Quetzalcoatl29310411512613718
Calli (casa)Tepeyollotl31041151261371829
Cuetzpallin (lagartija)Huehuecoyotl41151261371829310
Coatl (serpiente)Chalchihuitlicue51261371829310411
Miquiztli (muerte)Tecciztecatl61371829310411512
Mazatl (venado)Tlaloc71829310411512613
Tochtli (conejo)Mayahuel82931041151261371
Atl (agua)Xiuhtecuhtli93104115126137182
Itzcuintli (perro)Mictlantecuhtli10411512613718293
Ozomahtli (mono)Xochipilli11512613718293104
Malinalli (hierba seca)Patecatl12613718293104115
Acatl (caña)Tezcatlipoca13718293104115126
Ocelotl (jaguar)Tlazolteotl18293104115126137
Cuauhtli (águila)Xipe Totec29310411512613718
Cozcacuauhtli (buitre)Itzpapalotl31041151261371829
Ollin (movimiento)Xolotl41151261371829310
Tecpatl (pedernal)Chalchihuihtotolin51261371829310411
Quiahuitl (lluvia)Tonatiuh61371829310411512
Xóchitl (flor)Xochiquetzal71829310411512613


Ahora vamos a ver cómo se calcula una fecha actual en el Tonalpohualli.

Las reglas son las siguientes:

Vamos a tomar como ejemplo el 30 de junio de 1975.

1.- El año del calendario europeo se divide entre 13 y el residuo (al que le sumamos 3) nos indica el numeral del año indígena.

1975 entre 13 nos da 151 y nos sobran 12. A esos doce le sumamos tres para obtener 15. Pero como sólo podemos usar hasta el número 13, ese quince se convierte en dos, pues recuerden que la cuenta se repite (...12, 13, 1 {14}, 2 {15}...). Si nos hubieran sobrado 4, por ejemplo, le sumamos 3 para obtener 7 y ese es nuestro numeral. Pero como aquí sobró doce y al sumarle tres nos da quince, por eso se convierte en dos. ¿Entendieron la razón?

Así que el numeral de nuestro año es 2.

2.- El año del calendario europeo se divide entre 4 y el residuo (sin sumarle nada) nos indica el signo del año indígena.

1975 entre 4 nos da 493 y nos sobran 3.

Ya sé que estás pensando, "bueno sí, ¿pero a que signo corresponde cada maldito número? No me lo has dicho". Ya lo sé. No seas impaciente. Esta es la correlación:

0 = Tecpatl.
1 = Calli.
2 = Tochtli.
3 = Acatl.

Como estás dividiendo entre 4, lo único que te puede sobrar es 0, 1, 2 y 3. Ningún otro número.

En nuestro ejemplo, al sobrarnos 3, éste corresponde a... a ver, díganlo. Muy bien, a Acatl.

Así que 1975 es 2 Acatl en el Tonalpohualli. ¿De acuerdo? Continuemos.


3.- Ahora, para poder conocer el día que buscamos, debemos primero encontrar el primer día del año indígena que corresponde al 13 de febrero. Para ubicar esa fecha en el cuadro enorme que les puse allá arriba y que de seguro no entendían para que rayos servía, debemos regresar al año indígena que ya tenemos, en este ejemplo, 2 Acatl. ¿Lo tienen?

Muy bien, ahora, en el cuadro enorme de arriba, debemos buscar el signo que continúa de Acatl (o del signo que les haya salido en su propio ejercicio) y el numeral anterior al 2 (considero inútil recordarles que debe de ser el número anterior al número que les haya salido en su propio ejercicio). En mi ejemplo, como es 2 Acatl, lo que debemos ubicar en la tabla es 1 Ocelotl. Eso quiere decir que en el ejemplo que yo estoy poniendo, el 13 de febrero corresponde a 1 Ocelotl. Espero que me sigan.

A partir de ahí, hay que ponerse a contar casillas hacia abajo y a la derecha hasta encontrar la fecha que buscamos. "Pero, ¿cuánto debemos contar?", si ya sabía que me iban a preguntar eso. Bueno, pues es muy fácil pero a la vez puede ser un poco pesado. Ahí les va la explicación:

En mi ejemplo, yo busco el 30 de junio, ¿verdad? Bueno, pues en primer lugar tengo que ver cuántos días hay entre el 13 de febrero y el 30 de junio. Veamos, febrero tiene 28 días (recuerden que los indígenas no usaban eso de los años bisiestos), así que ahí tenemos 15 días, más 31 días en marzo, más 30 días en abril, más 31 días en mayo, más 30 días en junio. Eso nos da un total de 137 días, que es el número que debo de contar a partir de 1 Ocelotl (que corresponde al 13 de febrero de 1975).

Conociendo este dato me voy a la tabla de arriba y usando mi dedito me pongo a contar hasta llegar al número 137 que en este caso corresponde a..., déjenme ver,... 8 Ozomatli. Eso significa que el 30 de junio de 1975 corresponde al 2 Acatl 8 Ozomatli. ¿Quedó claro? A ver, si es cierto, ahora háganlo ustedes con la fecha que quieran (Espero que hayan notado que en la tabla cada columna tiene 20 casillas, lo que facilita mucho el trabajo a la hora de contar, pues van sumando de veinte en veinte).

Si lo que están buscando es su fecha de nacimiento, es bueno que sepan que el signo del día sería también el nombre que les pondrían y les indicaría quien es su dios protector. En otras palabras, la persona que hubiera nacido el 30 de junio de 1975 (no tengo idea quién pueda ser) se llamaría Ozomatli (en español le diríamos el mono, el chango, el primate o como ustedes prefieran).

Espero que se hayan fijado que en la tabla viene el nombre de los dioses asociados a cada signo. Bueno, pues por último, voy a decirles, de forma muy somera, de que eran dioses cada uno de ellos, usando el Diccionario de Mitología y Religión de Mesoamérica, escrito por Yolotl González Torres y publicado por Larousse.

Tonacatecuhtli: Es el señor de nuestra carne o señor de los mantenimientos. Es una de las deidades creadoras dentro del mundo Nahua.

Quetzalcóatl: La Serpiente emplumada es uno de los dioses más famosos de Mesoamérica. Los nahuas lo asociaban con la fertilidad, con el viento (Ehécatl) y con el planeta Venus (Tlahuizcalpantecuhtli). También era el patrono de los sacerdotes.

Tepeyollotl: Es una de las diferentes advocaciones de Tezcatlipoca. Se le asocia con las montañas y con los temblores. Se le representaba con un jaguar.

Huehuecóyotl: El coyote viejo. Junto con  Macuilxóchitl, es el dios del canto y de la danza para los nahuas.

Chalchihuitlicue: La de la falda de jade, es la diosa de los lagos y los ríos, patrona de los nacimientos y protectora de la navegación costera.

Tecciztécatl: El caracol marino. Era el dios de la Luna y se le representaba como un hombre viejo con barba (sí, con barba) que lleva en su tocado un caracol. Por cierto, al parecer era medio cobarde. Investiguen ustedes por qué.

Tláloc: Es otro de los dioses más famosos de Mesoamérica. Es el dios de la lluvia y, por lo mismo, patrono de los campesinos.

Mayahuel: Es la diosa del pulque y del maguey.

Xiuhtecuhtli: El señor precioso o señor del año. Es el dios del fuego y del año y, al parecer, es la deidad más antigua de Mesoamérica.

Mictlantecuhtli: El señor del Mictlán. Junto con su mujer, Mictecacíhuatl, era el dios que reinaba en el inframundo.

Xochipilli: La flor preciosa. Es el dios de las flores, de la danza, de los juegos y del amor. Si no guardabas el ayuno en sus fiestas, te castigaba con enfermedades ahí donde ya sabes (en los genitales, pues).

Patécatl: Es el dios que descubrió como fabricar el pulque, así que espero sean agradecidos.

Tezcatlipoca: El espejo humeante. Era uno de los dioses más importantes de los mexicas (de los aztecas, pa'que entiendan). Es una de las deidades creadoras y contraparte de Quetzalcóatl. Ambos crearon a la Tierra y luego, con Huitzilopochtli, creó el fuego y a los seres humanos.

Tlazoltéotl: Era la diosa del amor carnal (del sexo, vaya) y de la suciedad.

Xipe Totec: Nuestro Señor el desollado. Se la asociaba con la fertilidad, la primavera y la renovación de la vegetación. Era el patrón de los orfebres.

Itzpapálotl: La mariposa de obsidiana. Era una deidad estelar de las tribus nómadas del norte.

Xólotl: Era el gemelo de Quetzalcóatl, por lo que se le consideraba patrono de los gemelos. También era medio cobarde. Investiguen.

Chalchihuihtotolin: Era un dios asociado con diversas enfermedades y plagas. Así que no era muy querido.

Tonatiuh: Es el dios del sol.

Xochiquetzal: La flor quetzal. Diosa de la belleza y del amor, era patrona de los quehaceres domésticos, de las tejedoras, de los orfebres, de los pintores y de las prostitutas. Los diversos relatos que hablan sobre los diferentes amoríos que tuvo son bastante divertidos.


Bueno, pues espero que esto haya sido de su agrado y no dejen de informarme si pudieron encontrar su fecha de nacimiento.

La mía es 11 Acatl 8 Tecpatl.


jueves, 1 de agosto de 2019

ESTO SÍ ES CRISIS Y NO PAYASADAS: ALEMANIA EN EL PERÍODO ENTREGUERRAS

Yo soy de esa generación conocida en México como "generación de crisis", pues desde que nací a principios de los setenta, con cada nuevo gobierno mexicano he vivido crisis económicas (en mayor o menor grado, desde luego). Pero en realidad los mexicanos somos muy chillones, porque crisis, lo que se dice crisis, no la hemos padecido en realidad. Y si no me crees, te voy a contar un fragmento de la historia de Alemania para que sepas lo que es una auténtica crisis y no payasadas, con una hiperinflación de miedo.

Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania se vio envuelta en una serie de acontecimientos que cambiaron por completo su forma de vida. En 1919 se transformó en república, desapareciendo así las diferentes dinastías reales (algunas de ellas milenarias, como la de los Wittelsbach en Baviera) que habían gobernado en su territorio con anterioridad a esa fecha. La reciente unión que se había logrado en 1870 se vio rápidamente cuestionada y en serio peligro de terminar. La república de Weimar no consiguió hacerse respetar y se vio obligada a enfrentar un gran número de golpes provenientes de todos los frentes. Monarquistas, comunistas, nacionalsocialistas, católicos, luteranos, todos se oponían a ella.


Por otro lado, las fuertes indemnizaciones de guerra y las diferentes crisis económicas mundiales que se desataron a principios y finales de los años veinte provocaron en Alemania una gran miseria y un gran resentimiento hacia los países aliados (principalmente Francia e Inglaterra), pues para mucha gente ellos, junto con los políticos republicanos, eran los culpables de la grave situación económica. Y es que la crisis en Alemania se desató de forma incontrolable. La inflación llegó a niveles escandalosos dándose inclusive el caso de que los billetes se imprimieran por un solo lado para ahorrarse tiempo y tinta.

Todas estas circunstancias fueron aprovechadas por Hitler y su partido nacionalsocialista para convencer a los alemanes de que sólo ellos podrían devolverle al país su antigua grandeza. La crisis económica no fue el único factor que contribuyó al ascenso de Hitler al poder, pero si fue, sin duda alguna, uno de los que más lo favorecieron.


EL TRATADO DE VERSALLES

Al final de la Primera Guerra Mundial, Alemania, dándose cuenta que sus fuerzas estaban por llegar al límite de resistencia aunado a un enorme descontento popular que se estaba traduciendo en huelgas obreras e inclusive movimientos revolucionarios, decidió solicitar la paz a los aliados. Éstos se reunieron en el palacio de Versalles, a las afueras de París, donde el 4 de noviembre de 1918, establecieron las condiciones preliminares de paz para Alemania. El armisticio se firmó pocos días después, el 11 de noviembre con lo que oficialmente terminó la guerra.

Sin embargo, la Conferencia de Paz inició sus sesiones hasta el 18 de enero de 1919, bajo la presidencia de George Clemenceau, y a los delegados alemanes se les permitió llegar hasta el 28 de abril.

Alemania fue duramente castigada. El 30 de abril de 1919 los alemanes se vieron obligados a ceder Shantung (en China) a los japoneses y el 6 de mayo la Conferencia de Paz dispuso de las colonias africanas alemanas, asignando el África Oriental Alemana a Inglaterra, el África Sudoccidental Alemana a Sudáfrica y Togo y Camerún a Francia.

Conferencia de paz en el Palacio de Versalles. 1919.


Tras duras negociaciones, el 22 de junio de 1919 la Asamblea Nacional de Weimar autoriza la firma del Tratado y el 28 siguiente los delegados alemanes firman el Tratado de Paz de Versalles.

La República de Weimar tuvo que aceptar las condiciones impuestas por los aliados, que incluyeron el pago de cuantiosas indemnizaciones, la pérdida de aproximadamente el trece por ciento de su territorio y la ocupación del Sarre y el Rin por las fuerzas aliadas. Entre otros territorios, Alemania perdió el Schleswig, transferido a Dinamarca el 5 de julio de 1920; Eupen y Malmedy, transferidos a Bélgica el 20 de septiembre del mismo año; Danzig, proclamada ciudad libre el 9 de noviembre siguiente; Alsacia y Lorena, recuperadas por Francia; y la Silesia Superior, cedida a Polonia.

En Versalles, Alemania y sus aliados fueron obligados a reconocerse culpables de iniciar la guerra, lo que pronto sería acremente atacado por la propaganda nazi como “la extorsión por la mentira de la culpa de la guerra”. Pero la firma del Tratado de Paz no incluía a todos los aliados, pues Rusia no lo hizo sino hasta el 6 de mayo de 1921, y los Estados Unidos hasta el 25 de agosto del mismo año.


SURGIMIENTO DE LA REPÚBLICA DE WEIMAR

El 9 de noviembre de 1918, estalló la revolución en Berlín, provocando la renuncia del primer ministro, el príncipe Max von Baden y la abdicación del káiser Guillermo II, quien se refugió en la vecina Holanda. Ese mismo día se proclamó la República y un Consejo de Delegados del Pueblo asumió el poder.


El 25 inmediato, tuvo lugar en Berlín una reunión de los representantes de los nuevos gobiernos estatales, que decidieron la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, idea que fue combatida de inmediato por un grupo anarquista conocido como “los espartaquistas”. Éstos realizaron una revuelta en Berlín el 5 de enero de 1919, misma que fue aplastada por el gobierno provisional con ayuda del ejército. Por estas fechas, se creó el Partido Nacionalsocialista, aunque en su origen fue un grupo residual y Hitler todavía no formaba parte de él.


El 19 de enero del mismo año, se realizó la elección de la Asamblea Nacional, encargada de redactar una constitución para la nueva república. Esta Asamblea se integró por una mayoría socialdemócrata, con 163 escaños; el centro, con 88; los demócratas, con 75; los nacionalistas, con 42; los socialistas independientes, con 22; y otros grupos más pequeños, con 31.

Una vez electa, la Asamblea Nacional se reunió en la ciudad de Weimar. El 11 de febrero de 1919, Friedrich Ebert fue elegido primer presidente de la República Alemana.

Pero la nueva república se vería pronto amenazada por la secesión de varios de sus estados. El 1 de junio de 1919 se proclamó la República del Rhin, instigada y apoyada por Francia, que luego habría de caer debido a la hostilidad de sus habitantes. Al poco tiempo, en Baviera surgió una república comunista, independiente del gobierno de Berlín. Sin embargo, todos estos intentos de desmembrar a Alemania, terminaron por fracasar.

Se proclama en las calles la República de Weimar

En el ámbito político, la situación no era más halagüeña, a pesar de que el 31 de julio de 1919 se adoptó la Constitución de Weimar. Como si fueran presidentes mexicanos del siglo XIX, los primeros ministros alemanes se sucedían de forma ininterrumpida tras un corto período en el poder: Scheidemann, en 1919; Gustav Bauer, socialista, hasta 1920; Hermann Müller, quien renunció el 8 de junio del mismo año; Konsantin Fehrenbach, quien se retiró en 1921 y fue sustituido por Julius Wirth, del partido Católico del Centro, quien se mantuvo hasta 1922; Wilhelm Cuno, hasta 1923; Gustav Stresemann, quien no logró terminar ese año y fue sustituido por Wilhelm Marx, de tendencias centristas. Éste renunció el 26 de mayo de 1924 tras fracasar las negociaciones sobre la unión de nacionalistas y moderados y fue sustituido por Hans Luther. En los siguientes años, las cosas no cambiarían.

Al mismo tiempo, los intentos de golpe de estado se convirtieron en algo recurrente. El que tendrá más trascendencia para la historia posterior de Alemania, aunque en ese momento no se viera así, fue el protagonizado en Munich por Adolfo Hitler y el general Ludendorff, del 8 al 11 de noviembre de 1923 y que terminó con Hitler en la cárcel Todas estas circunstancias, provocaron un gran debilitamiento de la república, lo que sería aprovechado después por los nacionalsocialistas para acceder al poder y desaparecer formalmente el primer intento alemán por constituir un gobierno republicano y democrático.


EL ASUNTO DE LAS INDEMNIZACIONES DE GUERRA


Uno de los principales puntos del Tratado de Versalles, era el referente a las indemnizaciones de guerra que Alemania debía pagar a los aliados, principalmente a Francia, Inglaterra, Italia y Bélgica. El asunto en cuestión provocaría fricciones entre estos países por más de 14 años.

El 21 de junio de 1920, el Supremo Consejo Aliado ordenó a Alemania hacer 42 pagos anuales de indemnización, pero los alemanes solicitaron que éstas fueran revisadas por un consejo que se reunió en la ciudad de Spa del 5 al 16 de julio del mismo año.

Al no ponerse de acuerdo, los alemanes y los aliados se reunieron una vez más a finales de ese año en Bruselas, pero será hasta la Conferencia Aliada de París, celebrada del 24 al 29 de enero de 1921, que se fijarán las indemnizaciones que debería pagar Alemania, y que ascendieron a la suma de 6,650 millones de libras.

A pesar de ello, el 8 de marzo de 1921, las tropas francesas ocuparon Düsseldorf y otras ciudades del Ruhr, porque Alemania no había realizado los primeros pagos. Esto obligó al gobierno alemán a declarar su imposibilidad de pagar 600 millones de libras de indemnización que adeudaba hasta el 1 de mayo del mismo año.

Por su parte, los ingleses promulgaron una Ley de Recuperación de Indemnizaciones, que el 24 de marzo impuso un 50 por ciento de aranceles a los productos alemanes, con el fin de obligarlos a pagar las indemnizaciones de guerra.

El 11 de mayo, Alemania aceptó esta especie de ultimátum aliado, y comenzó a realizar sus pagos, por lo que los aranceles británicos a productos alemanes bajaron al 26 por ciento.

Estas fuertes erogaciones realizadas por Alemania, aunado a la ocupación del Ruhr y del Sarre por las tropas aliadas, obligaron al gobierno de Berlín a proclamar el estado de emergencia, mismo que se prolongó del 29 de agosto al 16 de diciembre de 1921. Durante este primer período de crisis, los alemanes consiguieron un acuerdo con Francia para realizar el pago de las indemnizaciones en especie. Ello, sin embargo, no evitó que el 12 de noviembre de 1921, se diera una rápida caída del marco alemán.

El 16 de diciembre, Alemania solicitó una moratoria de pagos que fue aceptada en enero de 1922 por la Conferencia Aliada de Cannes. A pesar de ello, Francia volvió a insistir en el pago, por lo que firmó un acuerdo con los alemanes para que éstos le pagaran con materias primas. Ante esto, en agosto del mismo año la Comisión de Indemnizaciones aceptó la propuesta belga de que Alemania pagara con bonos del Tesoro.

Pero una vez más, Alemania se vio imposibilitada de pagar, por lo que en enero de 1923, tropas francesas y belgas ocuparon el Ruhr para presionar a Alemania. Ésta decidió reaccionar con una política de resistencia pasiva que exacerbó al gobierno francés, aumentando por ello el boicot contra Alemania. Así, la economía germana se paralizó.

Soldados franceses en el Ruhr


La situación comenzó a mejorar para Alemania cuando se firma un Tratado Germano-Norteamericano de Comercio y Amistad el 8 de diciembre de 1923, lo que provocó un cambio de actitud por parte de los ingleses, quienes decidieron reducir los aranceles a productos alemanes al 5 por ciento, consiguieron la aprobación de un préstamo internacional para Alemania en 1924 y, por último, celebraron un acuerdo comercial con este país. Además, el 3 de abril de 1925, Inglaterra derogó la Ley de Recuperación de Indemnizaciones.




Al quedarse solos, los franceses y los belgas iniciaron el retiro de sus tropas de la región del Ruhr. Después de ello, todo permaneció en relativa calma hasta 1929, año en que se apruebó el Plan Young. Este Plan estipulaba que los alemanes deberían de realizar pagos anuales hasta el año de 1988. La cuantía de estos pagos se basaba en las deudas de guerra que los aliados habían contraído entre sí, además de los subsidios destinados a cubrir las reparaciones por daños de guerra, especialmente en Francia. Los resultados fueron unas cifras que iban subiendo durante treinta y seis años desde unos 1,600 millones de marcos a unos 2,300 millones; en los últimos veintidós años, los pagos cubrirían únicamente las deudas de guerra, desde unos 1,600 a unos 1,700 millones de marcos. Una parte de estas anualidades debía ser transferida en moneda extranjera inmediatamente; el remanente podía ser aplazado si el estado del marco lo requería así. El 13 de agosto de 1929, en la Conferencia sobre Indemnizaciones de La Haya, Alemania aceptó el plan Young y los aliados decidieron evacuar el Rhin.

Pero presionado por los nacionalsocialistas, que contaban cada vez con más poder dentro del Reichstag, el gobierno alemán declaró en 1932 que Alemania no podría seguir ni seguiría pagando las indemnizaciones. Ante el temor de una nueva guerra, los antiguos aliados transigieron y, por fin, el 9 de julio de 1932, en la Conferencia sobre Indemnizaciones de Lausana, Alemania aceptó la propuesta de un último pago condicional de 3,000 millones de marcos. Pocos meses después, Adolf Hitler se convertiría en canciller de Alemania, dando inicio a la peor pesadilla posible.


LA CRISIS ECONÓMICA DE 1922 Y 1923

Al término de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba física y moralmente agotada. Eso, aunado a las enormes sumas que los aliados exigían como indemnizaciones, había trastornado la vida alemana. Hasta 1922, la inflación había estado asociada a una cierta prosperidad. La masa de dinero en circulación creó un alto nivel de demanda y, en cuanto se hizo evidente que estaba en marcha una drástica inflación, los que tenían dinero se mostraron cada vez más deseosos de convertir su dinero en bienes con un valor real. De esta manera se estimuló aun más la inversión y el consumo. La producción industrial aumentó rápidamente, mientras el paro se reducía de forma drástica. En 1922, el promedio de desempleados registrados era sólo de 77,000 personas.

Billete de un billón de marcos


Pero la ocupación francesa de la cuenca carbonífera del Ruhr, como consecuencia de la resistencia pasiva del gobierno germano al pago de las indemnizaciones, aceleró la caída del marco alemán. Una inflación desenfrenada devastó a la economía de la República de Weimar en 1922 y 1923, anulando pronto a la mayoría de las grandes fortunas privadas. Los precios subían tan rápidamente que, al final, el salario diario de un obrero alcanzaba quizás para un cuarto de mantequilla cuando lo recibía. Como las imprentas del gobierno seguían emitiendo papel moneda en cantidades astronómicas, el valor del marco se deterioró hasta el punto de llegar a valer 136,000,000,000 marcos por un dólar.

Por estos motivos, el 26 de junio de 1922 el gobierno autorizó un decreto de emergencia para proteger la economía. Sin embargo, la crisis continuó cada vez con mayor fuerza. Para septiembre de 1923, los intereses bancarios se elevaron en Alemania al 90 por ciento, y en octubre del mismo año, el valor del marco baja a 10,000 millones por libra.

Billete de cien billones de marcos


Billetes de banco sobrecargados muchas veces de cifras fantásticas (diez mil millones, cien mil millones), etiquetas de precios cambiadas tres veces al día en los escaparates de las tiendas, remuneración en especie a los funcionarios y empleados y retroceso al sistema primitivo del trueque, son algunos de los principales aspectos de aquel hundimiento del marco que terminó provocando una profunda revolución social.

Al enorme grupo de desempleados de la industria, pronto se agregó una muchedumbre igualmente densa: la de los desposeídos. Hacendados despojados de los bienes raíces por su granjero, que adquiría una gran posesión por el precio de un pedazo de manteca; oficiales sin sueldo agrupados en cuerpos de mercenarios dispuestos a sostener un golpe de estado; jóvenes separados de sus familias; estudiantes reducidos a mendigar en los jardines públicos para poder proseguir sus estudios; en fin, una nueva plebe burguesa poco resignada a una miseria que nunca había conocido.

En las primeras fases de la inflación, la caída del marco era seguida con ávido interés en Berlín. Un aviso en una tienda indicaba que “no se cambiarán billetes de 10,000 marcos”. Denominaciones tan pequeñas rápidamente caían en desuso. Las grandes empresas emplearon canastos de lavandería para recoger de los bancos voluminosas cargas de dinero recientemente emitido. Tan pronto como los obreros recibían su salario –con frecuencia al término del día- sus esposas se precipitaban hacia las tiendas para convertir el dinero en comestibles, antes de que los precios subieran más.


Billete de mil millones de marcos


La inflación supuso un beneficio para los productores y, sobre todo, para los propietarios directos de los medios de producción y, por otro lado, una pérdida para los que poseían bienes con un valor monetario fijo y para los que dependían de salarios fijos. Los trabajadores asalariados resultaron muy afectados. Así, en 1922 los sueldos de los más altos funcionarios del gobierno apenas rebasaron un tercio de su nivel real de 1913. Durante el período de inflación, los pensionistas se vieron reducidos a condiciones de extrema miseria. Asimismo, aquellos que habían prestado dinero a interés fijo, quedaron arruinados, ya que sólo podían recuperar sus créditos en papel sin valor. En vez de hallarse en posesión de una renta segura, únicamente tenían papel inútil y sin ningún valor real.

Todo aquel que antes de la inflación o durante ésta fue capaz de conseguir en préstamo una suma fija de dinero y convertirla en bienes sólidos, no hizo de hecho más que apoderarse de los recursos de aquellos que le concedieron los créditos.




Curiosamente, los bancos continuaron prestando dinero a los industriales en condiciones que no tomaban en cuenta el proceso inflacionario, por lo que la inversión experimentó un gran auge en los primeros meses de la inflación. Los fabricantes dedicados a la exportación lograron grandes beneficios, ya que el descenso de la cotización internacional del marco fue un proceso más rápido que el aumento de los precios interiores alemanes.

Finalmente, el círculo vicioso fue roto con la introducción de una nueva moneda dura basada en el valor de los bienes raíces, en noviembre de 1923. Esta moneda fue puesta en circulación el 15 de noviembre de 1923, junto con la apertura del Rentenbank, cuya finalidad era poner a prueba y estabilizar la economía alemana.











Por desgracia, al terminar la inflación se redujeron las grandes inversiones y se puso fin a la ilimitada demanda de bienes del período inflacionario. De inmediato, la actividad económica decayó sensiblemente y el desempleo aumentó, afectando a más de la cuarta parte de los trabajadores en activo a finales de 1923.


LA CRISIS ECONÓMICA DE 1930-1933

A principios de 1924, los aliados, que cada vez lo eran menos, presentaron el Plan Dawes impulsado por los Estados Unidos, cuya finalidad era, entre otras cosas, el saneamiento de las finanzas alemanas, comenzando por la estabilización de su moneda. En virtud de este Plan, se concedió a Alemania un importante préstamo internacional, utilizado por el presidente del Reichsbank, Dr. Schacht, para estabilizar el marco e introducir el patrón oro. Así, a fines de ese año, Alemania se encontraba ya en vías del restablecimiento económico, pues al sanear su moneda, la Banca internacional volvió a abrirle el crédito, por lo que los industriales obtuvieron innumerables empréstitos a corto plazo.

Niños alemanes jugando con fajos de billetes.


Por otro lado, en 1926 Alemania consiguió ser aceptada como miembro de la Sociedad de Naciones, recibiendo un puesto permanente en el Consejo. Esto provocó que el país comenzara a recibir un trato muy diferente por parte de los antiguos aliados. El efecto del cambio se dejó sentir inmediatamente. El pueblo quería la paz, y en cuanto comenzó a tener empleo, disminuyeron los conflictos interiores y se atenuó la guerra civil que amenazaba a la República. No es de extrañar que en esos años el nazismo perdiera fuerza política y electoral de forma considerable.

A partir de ese año, y con excepción del “Viernes Negro” (13 de mayo de 1927), en que se derrumbó por poco tiempo el sistema económico alemán, y hasta 1929, la producción industrial se incrementó, alcanzando en 1927 un nivel superior al de 1913. Las ganancias de los obreros aumentaron en casi un tercio entre 1925 y 1929. Alemania llegó a tener ocupada a casi toda su población activa, bordeando realmente el pleno empleo. Se fundaron una multitud de fábricas nuevas y se construyeron impresionantes complejos industriales. Otras fábricas fueron reconstruidas o modernizadas. Nuevas máquinas y nuevos métodos de trabajo enriquecieron el aparato de la producción. Krupp, que durante la guerra sólo construía material bélico, se dedicó a producir máquinas agrícolas, cajas registradoras, acero para la marina mercante, etc. La Gutehoffnung-Hütte, la empresa alemana más fuerte en la producción de acero, empleó veinte millones de dólares en la reforma de su estructura productiva.

La fila para comprar el pan.


Pero este crecimiento económico estaba basado en los préstamos exteriores, principalmente de los Estados Unidos. Por ello, durante la caída de la bolsa de Nueva York en 1929, la afluencia de capitales a Alemania disminuyó sensiblemente. El resultado fue que se redujo la inversión y se crearon las condiciones para una crisis de gran envergadura en la balanza exterior de pagos. Así, a pesar de que Alemania poseía una de las industrias más modernas del mundo, se vio sumergida en la gran depresión de la economía mundial. El gran industrial alemán Krupp von Bohlen, decía con toda razón que “fabricar es una cosa y vender, otra”. Alemania fabricaba en grandes cantidades, pero los mercados internacionales, afectados por la crisis, no podían comprarle.

La depresión comenzó en 1929. La pobreza de las clases bajas se hizo crítica. Las personas hacían largas colas para el pan en los centros industriales y la gente desempleada recogía carbón entre los desechos de las fábricas.


Empapelando una pared con billetes.


El marco se vio sometido a grandes presiones. El gobierno respondió adoptando violentas medidas deflacionarias para mantener bajos los precios en el interior de Alemania y conservar la cotización de la divisa. Se excluyó la devaluación, imponiéndose un superávit presupuestario ante el temor de que ésta hiciera renacer la inflación de 1923.

Bajo el gobierno de Brüning, en 1930-1932, los sueldos de los funcionarios fueron reducidos en una quinta parte y se impuso una reducción salarial general del diez al quince por ciento, mientras se aumentaron los impuestos y se redujeron los subsidios de paro. La demanda de productos industriales se vio reducida por la fuga de capitales, el descenso de la demanda de exportaciones resultante de la crisis económica a nivel mundial y la deliberada política gubernamental.

En 1923 una barra de pan costaba 460 millones de marcos.


Por otro lado, el 11 de mayo de 1931, la quiebra del Kreditanstalt austríaco inició el colapso financiero en Europa central, y el 13 de julio del mismo año, la bancarrota del Danatbank alemán causó el cierre de todos los bancos del país, hasta el 5 de agosto.

La producción industrial descendió a cerca de un cincuenta y ocho por ciento de su nivel de 1928-1929. El paro afectó a más de seis millones de trabajadores. En julio de 1932, cerca de la mitad de los obreros sindicalizados estaba desempleado. Pero el desempleo no afectó únicamente a los obreros industriales, sino que se extendió a los empleados que pertenecían a la clase media. La caída de la demanda golpeó a tenderos, artesanos y pequeños comerciantes, debido a que su posición era sumamente delicada, ya que las grandes inflaciones de los años anteriores habían terminado con sus ahorros.

Recolección de billetes alemanes devaluados para su reimpresión.


El Estado se encargaba, a pesar de todo, de sostener a las personas desempleadas a través de subsidios. Con ello, el obrero alemán podía alimentarse con pan, patatas y verdura. Una vez a la semana podía comprar carne, y a veces hasta recibía alguna mantequilla. Pero el seguro de paro sólo era eficaz durante los primeros seis meses. Después, el Estado se olvidaba de los desempleados y la manutención de éstos quedaba a cargo de la beneficencia municipal. Entonces la ayuda quedaba reducida a lo mínimo. Ya no había carne ni mantequilla. La dieta del desempleado se reducía así a patatas y verduras.

Además de los desempleados, había muchos obreros que sólo trabajaban tres o cuatro horas diarias. A muchos otros se les había reducido el jornal. De esta forma, en 1930 Alemania se convirtió de nuevo, como en 1923, en una nación de mendigos.

Saliendo a comprar leche.


La política deflacionaria del gobierno había conducido a una contracción del crédito que hizo aun más vulnerables a los pequeños negocios. Por consiguiente, los miembros de esta clase se vieron enfrentados no sólo al peligro de perder las comodidades de que disfrutaban, sino al temor de que su estatus quedara reducido; lo temible para ellos era disminuir al rango de la clase obrera.

Además, la agricultura en Alemania se encontraba en estado crítico. A pesar de los aranceles proteccionistas, los precios de los alimentos cultivados eran considerablemente reducidos. En 1930, los productos agrícolas alemanes se vendían en un trece por ciento por arriba de su precio de 1913, mientras que los demás bienes de consumo habían aumentado en un sesenta por ciento. Esto provocaba que los agricultores se encontraran muy endeudados y se vieran en dificultades para poder pagar sus préstamos. En 1932, la producción agrícola alemana se vendió en el sesenta y cinco por ciento de lo obtenido en 1928.

¿No hay leña? No te preocupes, aquí hay unos cuantos billetes...


Bajo estas circunstancias, en 1932 los nacionalsocialistas llegaron al poder. Hitler fue nombrado canciller, pues supo aprovechar el enorme resentimiento que había contra los políticos tradicionales de derecha y el miedo de la clase media alemana a los comunistas.

Los años posteriores a 1933 fueron años de resurgimiento y expansión económicos. El paro desapareció casi en su totalidad. El promedio de desempleados registrado en 1932 era de 5.5 millones de personas, mientras que en 1938 se había reducido a menos de medio millón. Esto se consiguió principalmente ampliando la política de concesión de créditos a los industriales mediante certificados de exenciones fiscales, en especial a aquellos dispuestos a admitir mano de obra adicional.

Hitler aumentó el gasto para realizar importantes obras públicas, principalmente carreteras, además de invertir grandes sumas en el rearme del ejército. El resultado de todo esto fue un desarrollo económico sostenido que primero alcanzó los niveles de los años anteriores a la depresión y después los superó. Asimismo, se fomentó el ahorro privado mediante el mantenimiento del alto nivel impositivo de la época de la depresión, y se controlaron los precios, mientras los salarios, fijados por comisarios nombrados por el gobierno en vez de por la negociación entre sindicatos y patronos, fueron congelados.

Gente cochina que tira sus billetes a la calle...


El pleno empleo y el alto nivel de los precios al interior de Alemania (el marco no fue devaluado para evitar que se desencadenara el pánico por una posible inflación) hicieron descender las exportaciones y estimularon las importaciones. Este proceso se vio frenado por cuidadosas medidas para controlar las divisas y restringir las importaciones. Junto con esto, se tomaron una serie de acciones dirigidas a desarrollar el comercio bilateral con Europa sudoriental y América Latina. Alemania compraba alimentos y materias primas a unos precios superiores a los del mercado mundial y pagaba en marcos bloqueados que sólo podían ser usados para comprar en Alemania; gracias a esto, la hegemonía económica alemana quedó pacíficamente implantada en el sudeste europeo. A principios de 1939, más de la mitad de las exportaciones de Bulgaria, Yugoslavia y Hungría y más de un tercio de las de Grecia, Turquía y Rumania, afluyeron a la renovada Alemania.

De esta forma, el nivel de vida en Alemania volvió a alcanzar los niveles de 1928, que había sido uno de los años más prósperos, lo que permitió al gobierno aumentar significativamente el gasto destinado al rearme del ejército alemán. Así, este rearme pudo combinarse con un alto nivel de vida y de seguridad en el empleo para el pueblo alemán; sin duda, el nivel de vida podía haber sido más elevado si el Estado hubiera utilizado una proporción más reducida del presupuesto para el armamento, pero de cualquier forma, el pueblo alemán estaba razonablemente satisfecho.

¡Vendo y arreglo aparatos eléctricos a cambio de comida!


En 1938, sin embargo, la situación económica se tornó crítica nuevamente. La depresión mundial de 1937 comenzaba a llegar a Alemania, a pesar de que los controles sobre precios y salarios consiguieron reprimirla en parte. Sin embargo, la escasez de mano de obra, tanto en el campo como en la industria, la volvieron sumamente peligrosa. De esta forma, la balanza de pagos en Alemania fue deficitaria en 1938.

A Hitler no le quedaban más que tres opciones. La primera consistía en disminuir el ritmo del rearme, pero para Hitler esto era algo inaceptable. La segunda era limitar el consumo privado introduciendo una verdadera economía de guerra, con severo racionamiento e incluso un nivel impositivo más elevado. Sin embargo, los nazis sabían que la popularidad del régimen dependía del mantenimiento de un alto nivel de vida. La tercera opción, era la guerra. Un rápido triunfo militar podía asegurar el dominio alemán sobre Europa antes que el proceso económico hiciera imposible financiar su máquina de guerra. Además, las conquistas podrían significar un aumento en las materias primas, alimentos y mano de obra sin necesidad de conseguirlos mediante divisas, y podría proporcionar una justificación para introducir una economía de guerra si esto fuera necesario.

Hitler decidió entonces comenzar la guerra.

Y ya para terminar, aunque la crisis alemana fue terrible y la hiperinflación llegó a niveles de miedo, ésta no ha sido la peor crisis sufrida por un país. Aquí te dejo una interesante tabla elaborada por Iván Carrino, para que comprendas lo que digo.







jueves, 25 de julio de 2019

MITOS Y REALIDADES EN TORNO A LA FUNDACIÓN DE ROMA


En el centro de Italia, entre los Apeninos y el Mediterráneo, se extiende una vasta llanura surcada de colinas que los antiguos llamaban el Lacio y que, gracias a las aguas del Tíber que cruzan por uno de sus extremos, es de una fertilidad extraordinaria. Justo ahí surgió, hace ya muchos siglos, una de las ciudades más impresionantes del mundo: Roma. Imagino que si has escuchado hablar de ella, ¿verdad?



Como sucede con todo el mundo antiguo, el origen de la ciudad de Roma se pierde un poco entre el mito y la realidad, lo que vuelve un poco complicado su estudio. No se sabe con certeza de donde surgió y cuáles son sus antecedentes. Actualmente se presentan muchas hipótesis al respecto, unas con más fundamento que las otras, pero que no dejan de ser más que eso: simples hipótesis. Por otro lado, la tradición le otorga un origen mítico relacionado con los gemelos Rómulo y Remo, como debe corresponder a una ciudad que alcanzaría, como Roma, el primer lugar en el mundo antiguo. Ya en la época imperial, se estableció el 21 de abril del 753 a.E.C. (antes de la Era Común) como la fecha de su fundación. Pero veamos lo que el historiador romano Tito Livio (59 a.E.C. a 17 E.C.) nos dice al respecto:

"Restablecido Numitor en el trono albano, Rómulo y Remo concibieron el deseo de fundar una ciudad en el paraje mismo donde habían sido arrojados y criados. La muchedumbre de habitantes que llenaba Alba y el Lacio, aumentada más y más con el concurso de los pastores, hacía esperar que la nueva ciudad superase a Alba y Lavinia. Aguijoneaba este deseo la sed de mando, mal hereditario en ellos, y odiosa lucha terminó el debate tranquilo al principio. Como eran gemelos y no podían decidir la primogenitura, encomendaron a las divinidades tutelares de aquellos parajes el cuidado de designar por medio de augurios cuál de los dos había de dar nombre y regir la nueva ciudad, retirándose Rómulo al Palatino y Remo al Aventino, para inaugurar allí los templos augurales.


Tito Livio


Dícese que Remo recibió primero los augurios: constituíanlos seis buitres, y acababa de anunciarlo, cuando Rómulo vio doce; siendo aclamado rey cada hermano por los suyos, fundándose unos en la prioridad, los otros en el número de las aves. La ira convirtió en sangriento combate el altercado, y en la acometida cayó muerto Remo. Según la tradición más común, Remo saltó por juego las nuevas murallas que Rómulo había construido, y enfurecido éste, le mató, exclamando: 'Así perezca todo el que se atreva a saltar mis murallas.' Quedando solo Rómulo, la nueva ciudad tomó el nombre de su fundador, quien fortificó ante todo el monte Palatino, sobre el cual había sido aclamado."



Rómulo y Remo amamantados por una loba.

Esta versión legendaria que maneja Tito Livio fue la más aceptada por los romanos y por la mayor parte de la historiografía posterior. Sin embargo, ya en el siglo I de la Era Común, un historiador griego llamado Plutarco, más imparcial que los romanos, nos presentó otras versiones también míticas y legendarias, en las que encontramos casi siempre un elemento común: los romanos descienden de los griegos (aqueos o troyanos). Esto es lo que dice el buen Plutarco:

"Este nombre grande de Roma, que con tanta gloria ha corrido entre todos los hombres, no están de acuerdo los escritores sobre el origen y causa por donde le vino a la ciudad que con él se distingue. Algunos creen que los Pelasgos, que corrieron por diferentes partes de la tierra y sojuzgaron muchos pueblos, se establecieron allí, y de la fuerza de sus armas dieron este nombre a la ciudad, que eso quiere decir Roma. Otros refieren que tomada Troya, algunos de los que huían pudieron hacerse de naves, e impelidos del viento fueron a caer en el país Tirreno, y pararon en las inmediaciones del Tíber. Allí, estando ya las mujeres sin saber qué hacerse, y muy molestadas de la navegación, una de ellas, llamada Roma, que sobresalía en linaje y prudencia, les propuso dar fuego a las naves: hízose así, y al principio los hombres se incomodaron; pero cediendo luego a la necesidad, se establecieron en lo que se llamó Palacio; y como al cabo de poco viesen que les iba mejor de lo que habían esperado, por ser excelente el país y haber sido muy bien recibidos de los habitantes, dispensaron a Roma entre otros honores el que de ella, como de primera causa, tomase nombre su ciudad."

Más adelante y para rizar más el rizo, el mismo Plutarco nos presenta múltiples
opciones más:

"Unos dicen que Roma, hija de Italo y de Leucaria, o, según otra tradición, de Telefo el de Hércules, casada con Eneas, fue la que puso nombre a la ciudad; y otros que no fue sino una hija de Ascanio el de Eneas. Según una sentencia, fue Romano, hijo de Ulises y de Circe, el que fundó a Roma; según otra, Remo el de Ematión, enviado por Diómedes desde Troya; y según otra, Romis, tirano de los latinos, el que arrojó de allí a los tirrenos, que de la Tesalia habían pasado a la Lidia, y de la Lidia a Italia. No sólo esto, sino que aún los que con más fundada razón designan a Rómulo como denominador de aquella ciudad, no convienen entre sí acerca de su origen; porque unos sostienen que fue hijo de Eneas y Doxitea la de Forbante, y que siendo niño, fue traído a Italia con su hermano Remo, y habiéndose perdido en el río, que había salido de madre, los demás barcos, aquel en que navegaban los dos niños había arribado a una orilla muelle, y salvos, por tanto, inesperadamente, se puso al sitio el nombre de Roma; otros que Roma, hija de aquella troyana, la cual hija casó con Latino el de Telémaco, dio a luz a Rómulo; y otros que fue Amulia la de Eneas y Lavinia, conocida por Marte. Finalmente, otros hacen en este punto relaciones del todo fabulosas; que Tarquecio, rey de los albanos, hombre sumamente injusto y cruel, tuvo dentro de su palacio una visión terrible, un falo que salió de entre el fuego, y estuvo permanente por muchos días. Había en el país tirreno un oráculo de Tetis, del cual vino a Tarquecio la respuesta de que una virgen se ayuntase con el fantasma, porque nacería de ella un hijo muy esclarecido, excelente en virtud, en fortuna y en valor. Dio parte del oráculo Tarquecio a una de sus hijas, mandándole que se ayuntase al fantasma; mas ésta lo miró con abominación y envió a una de sus criadas. Cuando Tarquecio lo llegó a entender, lo llevó muy a mal, e hizo prender a entreambas para darles muerte; (....) Dio a luz la criada dos gemelos, y Tarquecio los entregó a Teracio con orden de que les diese muerte; pero este les expuso a la orilla del río, donde una loba acudía a dales de mamar, y diversas aves, trayéndoles de su cebo, lo ponían en la boca a los niños, hasta que un vaquero los vio, y lo tuvo a maravilla, se atrevió a acercarse, y los llevó consigo; y habiéndose salvado por este medio, acometieron después a Tarquecio, y le vencieron. Así lo cuenta un historiador llamado Promatión, que dio a luz una historia de Italia."

Pero más adelante, Plutarco nos presenta de nuevo la versión de Tito Livio, aunque él la hace originaria de un historiador griego y la presenta, además, con más lujo de detalles que la utilizada por Livio. Veamos:

"Mas la relación que pasa por más cierta y tiene mayor número de testigos en su favor, la publicó el primero entre los griegos en sus más señaladas circunstancias, Diocles Peparetio, a quien en las más de las cosas, sigue Fabio Pictor; y aunque todavía hay otras diversas sentencias acerca de estos mismos sucesos, la más recibida, para venir ya al caso, es en esta forma:... porque los antiguos a la teta le decían ruma,... Recogió los niños uno de los pastores del Rey, sin que nadie lo entendiese,... y que por habérseles visto mamar de la loba, de aquí vino ponérseles los nombres de Rómulo y Remo...Muerto Amulio, y restablecido el orden, no tuvieron por conveniente permanecer en Alba, no teniendo el mando; ni tampoco tenerle, viviendo el abuelo materno: entregando, pues, a éste la autoridad, y poniendo a la madre en el honor que le correspondía, determinaron vivir sobre sí, fundando una ciudad en aquel territorio en que al principio recibieron el primer sustento, que es entre todos el motivo más plausible. Era quizás también preciso, habiéndoseles reunido tantos esclavos y hombres sediciosos, o quedarse sin fuerzas con la dispersión de esta gente, o formar un establecimiento aparte...Echados los primeros cimientos de la ciudad, levantaron un templo de refugio para los que a él quisiesen acogerse, llamándole del Dios Asilo: admitían en él a todos, no volviendo los esclavos a sus señores, ni el deudor a su acreedor, ni el homicida a su gobierno, sino que aseguraban a todos la impunidad, como apoyada en cierto oráculo de la Pitia; con lo que prontamente la ciudad se hizo muy populosa, siendo así que los primeros fuegos se dice que no pasaban de mil; pero esto se cumplió ya más adelante... Dio Rómulo sepultura en el sitio llamado Remonia a Remo y a los que le habían dado la crianza; y atendió luego a la fundación de la ciudad, haciendo venir de la Etruria o Tirrenia ciertos varones, que con señalados ritos y ceremonias hacían y enseñaban a hacer cada cosa a manera de una iniciación. Porque en lo que ahora se llama Comicio se abrió un hoyo circular, y en él se pusieron primicias de todas las cosas que por ley nos sirven como provechosas, o de que por naturaleza usamos como necesarias; y de la tierra que de él se sacó cada uno cogió y trajo un puñado, que lo echó también allí como mezclándolo. Dan a este hoyo el mismo nombre que al cielo, llamándole mundo. Después (que son los demás ritos) como un círculo describen desde su centro la ciudad; y el fundador, poniendo en el arado una reja de bronce, y unciendo dos reses vacunas, macho y hembra, por sí mismo las lleva, y abre por las líneas descritas un surco profundo, quedando al cuidado de los que le acompañan ir recogiendo hacia dentro los terrones que se levantan, sin dejar que ninguno salga para afuera. A la parte de allá de esta línea fabrican el muro, por lo que síncope la llaman pomerio, como promerio o antemuro. Donde intentan que se haga puerta, quitando la reja y levantando el arado, hacen una como pausa: así tienen por sagrado todo el muro, a excepción de las puertas, porque si éstas se reputasen sagradas, sería sacrilegio el introducir y sacar por ellas muchas cosas, o necesarias, o no limpias.

Tiénese por cierto que la primera fundación de Roma se verificó el día 11 antes de las calendas de Mayo, el que solemnizan los romanos como día natal de su patria."


Plutarco


Como podemos ver, a pesar de que la historia de Rómulo y Remo era la más apreciada por los romanos, en realidad existían muchas leyendas más. Estos orígenes míticos tienen una razón de ser dentro de la historiografía romana antigua. En efecto, un pueblo como el romano, destinado a dominar en casi todo el mundo conocido, tiene que legitimar su dominio, y ¿qué mejor forma de hacerlo que presentando un origen legendario en el que intervienen héroes y dioses? Además, este origen satisfacía el deseo de los romanos de no ser extraños a las gentes del Lacio y además, de ser parientes de los griegos y los troyanos. Por otro lado, no son los únicos en hacer algo así. Todos los pueblos de la antigüedad han buscado remontar sus orígenes a los dioses, sin importar si son de China, Mesopotamia o Mesoamérica.

Pero volviendo a Roma, es importante destacar, sin embargo, que ya desde la antigüedad se cuestionó este origen mítico. El escritor griego Dionisio de Halicarnaso (s. I a.E.C.) mencionaba ya que en su tiempo se manejaba la tradición de que Roma había sido fundada por los etruscos.

Por otro lado, como ya lo mencionó Plutarco, encontramos la leyenda de que Roma se había fundado cuando unas mujeres prisioneras procedentes de Troya eran llevadas por los aqueos a su patria. Desembarcan en el Lacio y las mujeres, acaudilladas por una tal Rhomé  (en griego, “la Vigorosa”), incendian las naves obligando así a los aqueos a establecerse con ellas en esas tierras. La ciudad tomaría el nombre de esta mujer.

El problema es que los historiadores antiguos no se ponen de acuerdo sobre el origen de aquellas mujeres y en especial de Rhomé. Unos la hacen griega y otros troyana. De esta manera se enfrentan dos antiguas tradiciones: una dice que Roma es una colonia aquea y la otra que es una colonia troyana.

Una cosa sí es cierta, a finales del segundo milenio antes de la Era Común se dio una gran migración del Oriente hacia el Occidente, como lo prueban los numerosos hallazgos arqueológicos encontrados. Así, es posible que la leyenda de la fundación troyana de Roma tenga un fondo histórico real, pues en el mundo etrusco del siglo IV a.E.C., la figura de Eneas ya era muy popular y se le consideraba como el héroe piadoso por excelencia.

Sin embargo, lingüísticamente hablando nos encontramos con otro origen para los romanos. La lengua de Roma es la latina, de origen indoeuropeo, lo que les convierte en “parientes” de los sículos, los villanovianos (antecesores de los italiotas) y de los vénetos y los aleja un poco de los etruscos, que son un pueblo de origen todavía no bien definido que se cree que vinieron del Asia Menor.

Es por ello que la hipótesis más plausible es la de que los romanos sean de origen latino y que sufrieran durante un tiempo la dominación etrusca, lo que haría que adquirieran la cultura y las tradiciones de este pueblo, en aquel entonces más civilizado que ellos. En efecto, de los etruscos tomaron los romanos los conceptos de ciudad y de rey, parte de su religión, de su lengua y muchas de sus instituciones. Además, el dominio etrusco es reconocido incluso por los historiadores romanos, ya que, aunque nunca mencionan que Roma hubiera caído bajo su dominio, reconocen que la dinastía fundada por Tarquino Prisco el Soberbio, era de origen etrusco, además de que algunos de los reyes anteriores tienen un nombre claramente etrusco.



Ahora bien, volviendo a la fundación de Roma, es probable que en su origen ni siquiera fuera una ciudad, sino simplemente un grupo de chozas en el Palatino que albergaban a grupos de pastores sedentarios y que habían encontrado allí un lugar de refugio cómodo, que dominaba los pantanos mantenidos por los frecuentes desbordamientos del Tíber y que se unía al resto de la meseta latina por un istmo estrecho y fácil de cerrar, lo que proporcionaba seguridad a estas gentes.

De esta manera, Roma no era en sus orígenes mas que una aldea latina de las muchas que se encontraban diseminadas entre el mar, las colinas y el curso del Tíber. Todas ellas tenían sin embargo un lazo de unión: el culto a Júpiter Latino, el gran dios del Lacio, que residía en la más elevada cima de la región, el Monte Albano. Es por ello que Alba Longa era la principal ciudad latina y la “líder” de la Liga Latina.

Por otro lado, independientemente del origen de los romanos, las excavaciones arqueológicas han demostrado que a su llegada y establecimiento en el lugar, había otras tribus más débiles y más antiguas que subsistieron en el sitio en que después se establecería Roma, participando en su fundación. De esta manera, se admite que las cabañas del Quirinal pertenecían a los sabinos, mientras que los latinos ocupaban el sur del Foro.



Un tercer punto a discutir, tras haber analizado el origen de los romanos y la leyenda de la fundación de Roma, consiste en saber quién rayos era Rómulo.

La tradición lo vuelve príncipe de sangre real de la antigua estirpe latina que tenía ascendencia griega y troyana. Una segunda hipótesis lo hace miembro de un grupo nórdico de invasores que hacia comienzos del primer milenio a.E.C. arribaron a la llanura del Po y ocuparon el norte de Italia. Un grupo de ellos se desplazaría después hacia el sur y se establecería en el Lacio, especialmente en el Palatino porque la forma de esta colina les recordaba sus viviendas, llamadas Terramaras.

Una tercera hipótesis lo convierte en un forajido de Etruria que buscó refugio, junto con un grupo de “desesperados” en las colinas en que se asentaría después Roma, fundando en un origen una especie de ciudad-refugio. Esta hipótesis suele ser la más aceptada por los historiadores modernos, aunque no se deja de reconocer que la figura de Rómulo se encuentra rodeada por la leyenda y que, por lo mismo, no se puede aceptar tajantemente su existencia.

Curiosamente, la leyenda sobre Rómulo y la fundación de Roma no es de origen romano, sino griego. Ya en el siglo V a.E.C., Helánico de Lesbos decía que Roma fue fundada por Eneas. Posteriormente, por motivos cronológicos (los años transcurridos desde la fundación hasta la caída de la monarquía no cuadraban con el número de reyes), los historiadores latinos convirtieron a Eneas en fundador de la dinastía a la que pertenecería después Rómulo, el verdadero fundador de la ciudad.

Pero había otra variante. En la leyenda griega figura un sólo fundador llamado Romo (en etrusco, Rómulo). Al pasar la leyenda a Italia, la figura del fundador se duplica, surgiendo así Rómulo y Remo. El historiador soviético Serguei Ivanovich Kovaliov menciona en su Historia de Roma que en el museo de Bolonia existe una lápida del siglo IV a.E.C. en la cual se representa una loba amamantando a un sólo niño. Según él, la versión de los mellizos Rómulo y Remo es posterior a la fundación de Roma y sólo se aceptó por los romanos hasta comienzos del siglo III a.E.C.

Analizado todo lo anterior, es necesario llegar a una conclusión sobre los tres tópicos mencionados en este artículo. Por lo que se refiere al origen de los romanos, como ya indiqué, lo más probable es que fueran de origen latino (indoeuropeo) y que hubieran sufrido la dominación etrusca, lo que justificaría su lengua latina y sus costumbres altamente “etrusquizadas”.

En lo referente a la fundación de Roma, lo más seguro y probable es que en un principio se tratara de una simple concentración de chozas de pastores que formarían después una aldea, y que se convertiría en ciudad al ser ocupada por los etruscos, como punto de avanzada hacia una posible conquista del Lacio.

Maqueta de la Roma antigua. Museo della Civilitá Romana.


Por último, en lo que se refiere a Rómulo, es importante destacar que su figura mítica ni siquiera es original de los romanos, ya que la leyenda del niño abandonado a las orillas del río ya había sido utilizada por otros pueblos mucho más antiguos, como los sumerios (leyenda de Sargón) o los israelitas (leyenda de Moisés). Por ello y por todo lo mencionado anteriormente, no es probable que Rómulo hubiera existido en realidad y mucho menos que hubiera fundado una ciudad como Roma, o en todo caso, si hubiera existido, lo más seguro es que se tratara de un exiliado etrusco (político o criminal) que hubiera buscado refugio entre los latinos que habitaban la colina del Palatino y les hubiera transmitido algunas de las instituciones propias de la cultura etrusca.

Así está la cosa. Si tienes otros datos, te pediría que los compartieras para discutirlos.