miércoles, 6 de marzo de 2024

BREVE HISTORIA DEL DEPÓSITO LEGAL

En junio de 2021 el Congreso de México aprobó por unanimidad una nueva Ley General de Bibliotecas. Inmediatamente, muchas de las editoriales del país reaccionaron frente a los artículos que hablaban del Depósito Legal. En pláticas que sostuve con ellas y ellos, como Director General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, pude ver que en algunos casos su furibunda reacción se debía al desconocimiento de lo que era esta figura y en otros al escozor que provocaba la existencia de una multa a los que no cumplieran con ella. Comenzaron a llover los amparos, mismos que poco a poco han ido desestimándose, en especial a partir de que la Suprema Corte de Justicia aclaró que el Depósito Legal no viola los derechos de autor, el principal argumento que esgrimían los inconformes. Casi tres años después, la recepción de libros en las bibliotecas depositarias avanza a buen ritmo.

Es por esto que decidí publicar este artículo, pues a pesar de que el Depósito Legal funciona en México desde que éramos Nueva España, en el siglo XVII, sigue siendo muy desconocido entre los obligados a su cumplimiento. Y no sólo eso, desde 1857 se impuso una multa a los que no cumplieran con él.

El siguiente texto está basado en uno que preparé para un conversatorio sobre el Depósito Legal celebrado en la Feria del Libro del Palacio de Minería el domingo 3 de marzo de 2024.

En 1992 fue destruida la biblioteca nacional de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo, durante la terrible guerra en la que se desintegró la antigua Yugoslavia, un país surgido al término de la Primera Guerra Mundial. En ese terrible y sangriento conflicto, se buscaba no sólo terminar con la población “enemiga”, sino también con su cultura, su pasado y sus tradiciones, lo que ahora denominamos “un memoricidio”. Cerca del 70% de los acervos de esta biblioteca se perdieron, entre ellos muchos incunables. Una tragedia que no debe repetirse.


El violoncelista Vedran Smailovic toca en las ruinas de la biblioteca de Sarajevo (Wikipedia)


Esto viene a cuento ya que el Depósito Legal, es precisamente un instrumento legal que sirve para evitar otro “memoricidio”, al otorgar a las bibliotecas el resguardo del patrimonio documental, bibliográfico y sonoro con el fin de ponerlo a disposición de los ciudadanos.

El término Depósito Legal es definido por Ana María Amo y Suárez como "la obligación señalada por el Estado a todos los autores, editores, impresores y productores de obras de entregar en los lugares que en cada caso se señalan (generalmente las Bibliotecas Nacionales) un determinado número de ejemplares de sus publicaciones".

La definición del depósito legal ha venido variando a través del tiempo pues sus objetivos no han sido siempre los mismos. En un inicio tenía un carácter político cuyo fin era controlar los libros que veían la luz pública, posteriormente se convirtió en el medio de garantizar la propiedad intelectual y en la actualidad tiene un sentido meramente cultural.

De acuerdo a la UNESCO el principal objetivo del Depósito Legal es el de acumular y preservar una colección nacional de materiales que contienen una biblioteca para su consulta.

Esta figura tiene ya mucho tiempo de existir. En la antigüedad, en la famosa biblioteca de Alejandría en Egipto, los faraones Tolomeos tenían una curiosa forma de hacerse de escritos para nutrir sus acervos. Cada vez que un barco llegaba al puerto, era revisado por las autoridades, y si se encontraba algún papiro, inmediatamente era requisado y enviado a la biblioteca, donde era copiado. Por supuesto, el original se quedaba ahí como “Depósito Legal” y la copia se le entregaba al capitán del barco. No era un método muy ortodoxo para conseguir acervo para la biblioteca, pero era muy efectivo.


Biblioteca de Alejandría (culturacolectiva.com)



En Europa se estableció por primera vez en Francia en 1537, cuando el rey Francisco I de Valois publicó las Ordenanzas de Montpellier, por las cuales ordenaba que ningún libro pudiera ser vendido en dicho país si no se entregaba primero un ejemplar para la biblioteca del castillo de Blois.

En el caso de España, en 1616 el rey Felipe III lo estableció para nutrir la biblioteca de El Escorial, disposición que era obligatoria para todo el Imperio Español, incluyendo la Nueva España. En 1716, por una real orden del rey Felipe V de España, se solicitó a todos los editores del Imperio Español que enviaran un ejemplar de sus obras a la entonces llamada Biblioteca Real de Madrid, ahora Biblioteca Nacional de España.

En 1813, en plena invasión francesa de España, las cortes reunidas en Cádiz, autoras de la Constitución de 1812, ordenaron que también se enviaran dos ejemplares a la Biblioteca de las Cortes.

Ya en el México independiente, el 9 de marzo de 1822 el Congreso decretó que se enviaran dos ejemplares de todas las obras publicadas en el país al Archivo del Congreso. El 30 de noviembre de 1846, al crearse mediante decreto la Biblioteca Nacional, el general presidente José Mariano Salas, uno de los tantos militares que fueron presidentes del país por unos pocos meses, ordenó que se pasara un ejemplar a dicho establecimiento, utilizando el siguiente argumento:

“Que considerando que nada es más conveniente en un país regido por instituciones liberales, que facilitar y multiplicar los establecimientos en que las clases menos acomodadas de la sociedad puedan adquirir y perfeccionar su instrucción sin gravamen;

Que el pleno conocimiento de los deberes de los ciudadanos, es la garantía más eficaz para asegurar la libertad y el orden público;

Que este conocimiento se logra fácilmente por medio de la lectura de obras útiles, reunidas en bibliotecas públicas a que tengan libre acceso todas las personas que lo deseen;

Que estos establecimientos brindan con su entretenimiento útil a las personas que, teniendo algún tiempo desocupado, apetecen emplearlo en su instrucción”

En 1850, el ministro de Relaciones Exteriores José María Lacunza, ordena que se remitan dos ejemplares de todo lo que se imprima a ese ministerio, aunque aclarando que dichos ejemplares se pagarían. Y para 1857, durante el gobierno de Ignacio Comonfort, el número de ejemplares enviados a la Biblioteca Nacional subió a dos, con la imposición de una multa que iría de 25 a 50 pesos para los editores que no cumplieran con su deber legal, dinero que se entregaría a la Biblioteca. Una multa enorme para aquella época.

Esto fue ratificado en 1869 por el presidente Benito Juárez y en 1877, con un Porfirio Díaz recién llegado al poder, se ordenó que también se enviaran al Ministerio de Fomento dos ejemplares de todos aquellos libros, grabados y litografías de carácter geográfico y estadístico. Sin embargo, el hecho de que en 1900 el ya consolidado presidente y dictador Porfirio Díaz recordara mediante un oficio al ministro de Justicia e Instrucción Pública que debía velar por su cumplimiento, nos indica que no siempre se cumplía a cabalidad con el Depósito Legal.

Esto continuó vigente hasta 1936, en que, al crearse la Biblioteca del Congreso de la Unión bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, se decretó enviar dos ejemplares de todos los libros, periódicos y revistas que se publicaran en el país también a dicha institución.


Biblioteca del Congreso, en la antigua iglesia de las Clarisas (gobierno de la Ciudad de México)


No fue sino hasta 1957 que el presidente Adolfo Ruiz Cortines sacó el decreto sobre Depósito Legal en el que ya se incluía a las dos bibliotecas, la Nacional y la del Congreso, sancionando con una multa que iría de 50 a 500 pesos a los infractores, multa que sería impuesta por la Secretaría de Educación Pública.

En 1965, Gustavo Díaz Ordaz, presidente de infausta memoria, vuelve a tratar el asunto en un decreto, en cuyo artículo 4° dice lo siguiente: “La Biblioteca Nacional y la biblioteca del H. Congreso de la Unión, comunicará con las constancias debidas, a la Dirección General del Derecho de Autor, los casos en que el autor o el editor falten al cumplimiento de la obligación prevista en el presente Decreto, y en un plazo de treinta días, contando a partir de la fecha en que los infractores sean noticiados por esa Dirección, si no cumplen con la entrega de los ejemplares, esta propia Dependencia queda facultada para imponerles una multa equivalente a diez veces el valor de venta al público de la obra que se dejó de remitir, sin que sea menor a cien pesos ni mayor a diez mil. Tratándose de obras de distribución gratuita, la sanción para los remisos será de cincuenta a mil pesos.” Y en el artículo 5° se establece, una vez más, que el monto de las multas se destinará a las bibliotecas depositarias para que lo usen en la compra de nuevo acervo o más bien, como dice el mismo decreto, “material de lectura conveniente”, lo que sea que eso signifique.

Biblioteca Nacional, bajo resguardo de la UNAM (dgcs.unam.mx)



En 1991, mediante otro decreto, en esta ocasión de Carlos Salinas de Gortari, se agregaron nuevos tipos de acervos al Depósito Legal, ordenando que se entregaran dos ejemplares de libros, folletos, revistas, periódicos, mapas, partituras musicales, carteles y de otros materiales impresos de contenido cultural, científico y técnico y un ejemplar de micropelículas, diapositivas, discos, diskets, audio y video casetes y, de otros materiales audiovisuales y electrónicos con contenido cultural, científico y técnico. La multa por incumplimiento, curiosamente baja de diez a cinco veces el valor del libro.

Por cierto, desde 1936, las obras debían ser entregadas en un plazo máximo de 30 días a partir de su publicación o su salida a la venta al público, con excepción de los periódicos que debían ser entregados el mismo día de su publicación, además de que se contaba con el apoyo de la entonces Dirección General del Derecho de Autor, ahora INDAUTOR, para contar con una relación mensual de las obras registradas en esa dependencia.

Finalmente, la Ley General de Bibliotecas de 2021 agregó a la Biblioteca de México, que funge como biblioteca central de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, como nueva biblioteca depositaria, además de ampliar los tipos de acervo sujetos a esta condición y actualizar las multas.

Biblioteca de México, en la Ciudadela (gobierno de la Ciudad de México)



Así que, como podemos observar, el Depósito Legal, que mucha gente desconoce, tiene ya más de 400 años operando en nuestro país.

El Depósito Legal constituye una fuente de enriquecimiento documental para las bibliotecas depositarias, las que a su vez se convierten en el medio de difusión que permite el acceso del pueblo mexicano a la información, a lo que la UNESCO llama “la memoria del mundo”.

El Depósito Legal no es algo exclusivo de México, sino que existe en la inmensa mayoría de los países, con diferentes modalidades, pero siempre con la misma finalidad: preservar y dar a conocer la memoria colectiva de todos los pueblos. Su importancia es tal, que ya en 1886, en una Convención celebrada en Berna, Suiza, los países participantes firmaron un acuerdo para homologar sus leyes sobre depósito legal. La convención de Berna ha sido revisada y actualizada según las nuevas necesidades de los países y del mundo de las comunicaciones en varias ocasiones: Berlín (1908), Roma (1928), Bruselas (1948), Estocolmo (1967) y Paris (1971). Curiosamente, sólo en Holanda carece de obligatoriedad.

Como bien menciona el CERLALC de la UNESCO, “El acceso a las bibliotecas nacionales o a los centros de documentación que cumplen las funciones de recoger el depósito legal de un país, suele ser gratuito. Casi todas las bibliotecas nacionales, o sus similares, ofrecen salas de lectura, espacios para la investigación y diversos modos de acceder a la información legal. Al ser un espacio abierto y gratuito para la consulta pública, el depósito legal es también una manera de asegurar a todos los habitantes de una nación una igualdad de oportunidades al acceso de la información.”

Espero que con esto, les quede más claro qué es el Depósito Legal y por qué es tan importante.






domingo, 4 de abril de 2021

CONSULTAS POPULARES

LAS CONSULTAS POPULARES: UNA AÑEJA AUNQUE POCO USADA TRADICIÓN MEXICANA


Las consultas populares no son algo nuevo en México, pues aunque no lo crean, las organizadas por Andrés Manuel López Obrador no son las primeras de nuestra historia, bien que le pese a los detractores del actual gobierno, pero también hay que decir que no han sido muy frecuentes. En efecto, la convocatoria para la primera consulta popular en la historia del México independiente se realizó en fecha tan temprana como lo fue el 21 de enero de 1822, cuando ni siquiera habíamos cumplido los cuatro meses de libertad.






Agustín I de Iturbide





Esta consulta fue propuesta, ni más ni menos que por Agustín de Iturbide, como presidente de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, y tenía por finalidad, entre otras cosas,  conocer la forma de gobierno que deseaba la gente, una monarquía o una república. Sí, leyó bien, por Iturbide. Ese oscuro personaje de nuestra historia a quien se ha acusado de tirano, con algo de razón, desde luego.

El texto íntegro de la convocatoria fue el siguiente:

"Don Ramón Gutiérrez del Mazo, Intendente de esta capital y provincia, y Jefe Político Superior de ella.
El Exmo. Sr. D. José Manuel de Herrera, Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Interiores y Exteriores con fecha 15 del corriente, se ha servido comunicarme la Soberana orden que sigue.

“Los señores secretario vocales de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio, se han servido pasarme el oficio siguiente:
“Exmo. Sr.: Deseando la Soberana Junta Provisional Gubernativa preparar las operaciones del futuro Congreso, ha tenido a bien mandar se excite por medio de los periódicos, a cuantos quieran escribir sobre la Constitución del Imperio, o presentar planes para la misma, y de orden de S.M. lo decimos a V.E. para que entendiéndolo S.A. la Regencia, disponga su cumplimiento.
“Y habiendo dado cuenta a la Regencia, me manda comunique a V.S. esta Soberana resolución a fin de que publicándola y circulándola, sirva ella misma de estímulo a los sabios que honran nuestro suelo, para que consagrando sus preciosas tareas al objeto que se ha expresado, derramen sus luces sobre una materia tan grave y tan interesante, y preparen los caminos de nuestra felicidad, que consiste, sin duda alguna, en el acierto con que se trace y fije la Constitución Política del Imperio.”

Y para que llegue a noticia de todos, y que los ciudadanos de este Imperio puedan dedicarse con sus talentos, y prestar sus luces para conseguir el importante objeto de que se trata, mando se publique por Bando en esta Corte, y en las demás ciudades, villas y lugares de la comprensión de mi cargo, circulándose a quienes corresponde su observancia. Dado en México a 21 de enero de 1822, segundo de la Independencia de este Imperio.
Ramón Gutiérrez del Mazo"

Dos meses después de expedida la convocatoria a la consulta popular, el 22 de marzo de 1822, el mismo Iturbide mandó circular las siguientes preguntas, para que fueran contestadas por los ciudadanos del Imperio Mexicano:

1) ¿Cuál es el sistema de gobierno que desea tomar la parte más sana del pueblo?
2) ¿Qué se dice de la Regencia actual?
3) ¿Se desea nueva Regencia?
4) ¿Si se tratase de nombrar otra Regencia, de cuántas personas se considera deberá constar, y cuáles son las designadas por la opinión pública?
5) ¿Se cree que el ejército debe permanecer con la fuerza que tiene, o se debe aumentar, o disminuir?
6) ¿El establecimiento de la Milicia Nacional ha sido bien recibido, se considera útil o perjudicial?
7) ¿Se habla de haber partidos en el Congreso? ¿Por cuál está la opinión general?
8) ¿Qué concepto se tiene del Ministerio, y de los empleados en los primeros destinos?
9) ¿Qué hombres hay en la actualidad en esa Provincia, que sobresalen por sus talentos, virtudes e importancia, y qué conducta observan, obscura o popular?
10) ¿Cuál es la opinión más general del clero secular y regular?
11) ¿Cómo se administra en esa Provincia la Hacienda Pública?
12) ¿La tropa está en disciplina, o se observan desórdenes ocasionados por ella?
13) ¿Cuál es el estado de la Ilustración?
14) ¿Qué opinión se tiene de los Europeos?
15) ¿Qué se dice de España?
16) ¿Se forman comparaciones entre el gobierno anterior y el actual, y en tal caso, a favor de cual está la opinión general?
17) ¿Qué ramos de administración son los más descuidados, cuales son los mejor servidos?
18) ¿Qué providencias necesita esa Provincia con más urgencia, para su prosperidad actual y empezar a aumentar la futura?

Dieciocho preguntas relacionadas con el gobierno, con la Hacienda, con la educación, con el ejército, con la Iglesia. En fin, dieciocho preguntas de temas de interés nacional. Incluso se le pedía a la gente que manifestara la forma de gobierno que deseaba para el país.

Algunas de ellas llaman la atención, como la primera, en la cual se hace referencia a "la parte más sana de la población" eufemismo decimonónico para referirse a la élite y a las clases medias y dejar fuera a las clases populares, a las que se consideraba como ignorantes e inexpertas en asuntos políticos y económicos debido a su poca educación. Poca educación que se debía, por otro lado, a las pocas escuelas que existían en la época y al poco interés que mostraban las élites por aumentarlas. No deja de llamar la atención cómo en la actualidad hay gente que aún cree que sólo la población "sana" tiene derecho a tomar las decisiones en nuestro país.

De acuerdo con los pocos documentos que se conservan, parece que tan sólo Texas, Coahuila y Guanajuato se pronunciaron por la forma republicana de gobierno, lo cual resulta lógico si tomamos en cuenta que hasta ese momento la monarquía era la única forma de gobierno que conocían los mexicanos.

Curioso resulta también que se pregunte a la gente que gobierno le parece mejor, el español del antiguo virreinato o el mexicano surgido de la independencia, así como la opinión que se tenía de España y de los europeos. Como ya dije, teníamos apenas cuatro meses de ser libres y es natural que surgiera el temor de que la población (la "sana", desde luego), añorara al antiguo régimen y a los privilegios perdidos.

Aunque es casi seguro que las respuestas a dicho cuestionario fueron amañadas por los diferentes jefes políticos y militares que había en el país, al menos el gobierno de entonces tuvo el sentido democrático de consultar al pueblo en temas de suma trascendencia para la nación. Aunque como ya mencioné, con un significado de "pueblo" muy decimonónico.

Lamentablemente sólo se conservan pocas de dichas respuestas: la de don Pedro Telmo Primo, de Querétaro ("se hará el Imperio en poco tiempo una potencia de las primeras del globo"); don Martín Gómez Lariz, de Aguascalientes; y don Antonio López de Santa Anna, desde Veracruz ("la parte más sensata e ilustrada del pueblo adopta el gobierno monárquico constitucional. El republicano tiene pocos partidarios y sus adictos son personas de poco concepto").


Antonio López de Santa Anna



Para los historiadores resultan obvias las razones que motivaron a Iturbide a llevar a cabo este ejercicio democrático. Las noticias provenientes de España señalaban que el gobierno español había rechazado el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba, firmados por Iturbide y Juan O'Donojú, por los que México se hacía independiente. Por ello, Iturbide buscaba sondear a la opinión pública (de la parte "sana" de la sociedad, recuérdese), para ver las posibilidades que tenía de alzarse con el trono de México y convertirse en su primer emperador.

Los documentos que menciono aquí se encuentran en su mayoría en la Nettie Lee Benson Latin American Collection, de la Universidad de Texas, en Austin, en la sección de documentos de Iturbide. También les recomiendo la lectura del libro "El imperio de Iturbide" de Timothy E. Anna.

Esperemos que esta forma de democracia participativa se haga más frecuente en nuestro país, pues como bien dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, el pueblo es el que manda.




lunes, 5 de agosto de 2019

CÓMO USAR EL TONALPOHUALLI... PARA DUMMIES

Como de seguro todos saben, porque es algo que se aprende en el jardín de niños, el Tonalpohualli es el calendario sagrado de los mexicas formado por trece meses de veinte días cada uno, con un total de 260 días. ¿Ya se acordaron?

¿No? ¿Pues a que kinder fueron? Bueno, ese es problema de ustedes y no mío. Por si no lo saben o no lo recuerdan, aquí se los voy a mostrar y les voy a enseñar a calcular su fecha de nacimiento en él. Interesante, ¿o no?

Antes que nada, es preciso decir que el Tonalpohualli o calendario lunar, también era llamado "la cuenta de los destinos" y era diferente al Xiuhpohualli o "cuenta de los años", que se formaba por 18 meses de 20 días cada uno, con un total de 360 días más cinco días llamados nemontemi (nefastos). ¿Ahora si lo recuerdan?

El Tonalpohualli servía para conocer el destino de las personas y quién era el dios que regía su vida, además de decidir cuál sería su nombre.

Tras esta breve introducción, ahora te voy a enseñar a utilizar este calendario, tal y como en su momento me lo enseñó a mí mi querido maestro el doctor en arqueología Blas Castellón Huerta, hace ya veinte años, por lo menos.

Para obtener los años se usa una combinación de cuatro signos (que representan los años) y trece números. Los signos son los siguientes:

Acatl (caña).
Tecpatl (pedernal).
Calli (casa).
Tochtli (conejo).

Con eso se forman ciclos de trece años. Para que se repita un año tienen que pasar 52 años. Esto se llamaba Xiuhmolpilli, que quiere decir "atadura de años". Veamos:

1 Acatl                1 Tecpatl                 1 Calli                     1 Tochtli
2 Tecpatl             2 Calli                     2 Tochtli                 2 Acatl
3 Calli                 3 Tochtli                 3 Acatl                    3 Tecpatl
4 Tochtli             4 Acatl                    4 Tecpatl                 4 Calli
5 Acatl                5 Tecpatl                 5 Calli                     5 Tochtli
6 Tecpatl             6 Calli                     6 Tochtli                 6 Acatl
7 Calli                 7 Tochtli                 7 Acatl                    7 Tecpatl
8 Tochtli             8 Acatl                    8 Tecpatl                 8 Calli
9 Acatl                9 Tecpatl                9 Calli                      9 Tochtli
10 Tecpatl          10 Calli                   10 Tochtli                10 Acatl
11 Calli               11 Tochtli               11 Acatl                   11 Tecpatl
12 Tochtli           12 Acatl                  12 Tecpatl               12 Calli
13 Acatl              13 Tecpatl               13 Calli                   13 Tochtli


Si seguiste con cuidado la tabla, verás que después de 13 Tochtli continúa 1 Acatl. ¿Lo tienes?

Para los días, se utilizan 20 signos y 13 números, pero no te preocupes si ves los nombres de los cuatro signos de los años aquí también. Se vuelven a utilizar, así que no sufras. De esta forma, con esta combinación, para que se repita el nombre de un día tienen que pasar 260 días. Por otro lado, el nombre de una persona era el del día que nacía y su signo era el que encabezaba la respectiva trecena que vimos arriba.




SÍMBOLODIOS ASOCIADO AL SÍMBOLO
Cipactli (lagarto)Tonacatecuhtli18293104115126137
Ehecatl (viento)Quetzalcoatl29310411512613718
Calli (casa)Tepeyollotl31041151261371829
Cuetzpallin (lagartija)Huehuecoyotl41151261371829310
Coatl (serpiente)Chalchihuitlicue51261371829310411
Miquiztli (muerte)Tecciztecatl61371829310411512
Mazatl (venado)Tlaloc71829310411512613
Tochtli (conejo)Mayahuel82931041151261371
Atl (agua)Xiuhtecuhtli93104115126137182
Itzcuintli (perro)Mictlantecuhtli10411512613718293
Ozomahtli (mono)Xochipilli11512613718293104
Malinalli (hierba seca)Patecatl12613718293104115
Acatl (caña)Tezcatlipoca13718293104115126
Ocelotl (jaguar)Tlazolteotl18293104115126137
Cuauhtli (águila)Xipe Totec29310411512613718
Cozcacuauhtli (buitre)Itzpapalotl31041151261371829
Ollin (movimiento)Xolotl41151261371829310
Tecpatl (pedernal)Chalchihuihtotolin51261371829310411
Quiahuitl (lluvia)Tonatiuh61371829310411512
Xóchitl (flor)Xochiquetzal71829310411512613


Ahora vamos a ver cómo se calcula una fecha actual en el Tonalpohualli.

Las reglas son las siguientes:

Vamos a tomar como ejemplo el 30 de junio de 1975.

1.- El año del calendario europeo se divide entre 13 y el residuo (al que le sumamos 3) nos indica el numeral del año indígena.

1975 entre 13 nos da 151 y nos sobran 12. A esos doce le sumamos tres para obtener 15. Pero como sólo podemos usar hasta el número 13, ese quince se convierte en dos, pues recuerden que la cuenta se repite (...12, 13, 1 {14}, 2 {15}...). Si nos hubieran sobrado 4, por ejemplo, le sumamos 3 para obtener 7 y ese es nuestro numeral. Pero como aquí sobró doce y al sumarle tres nos da quince, por eso se convierte en dos. ¿Entendieron la razón?

Así que el numeral de nuestro año es 2.

2.- El año del calendario europeo se divide entre 4 y el residuo (sin sumarle nada) nos indica el signo del año indígena.

1975 entre 4 nos da 493 y nos sobran 3.

Ya sé que estás pensando, "bueno sí, ¿pero a que signo corresponde cada maldito número? No me lo has dicho". Ya lo sé. No seas impaciente. Esta es la correlación:

0 = Tecpatl.
1 = Calli.
2 = Tochtli.
3 = Acatl.

Como estás dividiendo entre 4, lo único que te puede sobrar es 0, 1, 2 y 3. Ningún otro número.

En nuestro ejemplo, al sobrarnos 3, éste corresponde a... a ver, díganlo. Muy bien, a Acatl.

Así que 1975 es 2 Acatl en el Tonalpohualli. ¿De acuerdo? Continuemos.


3.- Ahora, para poder conocer el día que buscamos, debemos primero encontrar el primer día del año indígena que corresponde al 13 de febrero. Para ubicar esa fecha en el cuadro enorme que les puse allá arriba y que de seguro no entendían para que rayos servía, debemos regresar al año indígena que ya tenemos, en este ejemplo, 2 Acatl. ¿Lo tienen?

Muy bien, ahora, en el cuadro enorme de arriba, debemos buscar el signo que continúa de Acatl (o del signo que les haya salido en su propio ejercicio) y el numeral anterior al 2 (considero inútil recordarles que debe de ser el número anterior al número que les haya salido en su propio ejercicio). En mi ejemplo, como es 2 Acatl, lo que debemos ubicar en la tabla es 1 Ocelotl. Eso quiere decir que en el ejemplo que yo estoy poniendo, el 13 de febrero corresponde a 1 Ocelotl. Espero que me sigan.

A partir de ahí, hay que ponerse a contar casillas hacia abajo y a la derecha hasta encontrar la fecha que buscamos. "Pero, ¿cuánto debemos contar?", si ya sabía que me iban a preguntar eso. Bueno, pues es muy fácil pero a la vez puede ser un poco pesado. Ahí les va la explicación:

En mi ejemplo, yo busco el 30 de junio, ¿verdad? Bueno, pues en primer lugar tengo que ver cuántos días hay entre el 13 de febrero y el 30 de junio. Veamos, febrero tiene 28 días (recuerden que los indígenas no usaban eso de los años bisiestos), así que ahí tenemos 15 días, más 31 días en marzo, más 30 días en abril, más 31 días en mayo, más 30 días en junio. Eso nos da un total de 137 días, que es el número que debo de contar a partir de 1 Ocelotl (que corresponde al 13 de febrero de 1975).

Conociendo este dato me voy a la tabla de arriba y usando mi dedito me pongo a contar hasta llegar al número 137 que en este caso corresponde a..., déjenme ver,... 8 Ozomatli. Eso significa que el 30 de junio de 1975 corresponde al 2 Acatl 8 Ozomatli. ¿Quedó claro? A ver, si es cierto, ahora háganlo ustedes con la fecha que quieran (Espero que hayan notado que en la tabla cada columna tiene 20 casillas, lo que facilita mucho el trabajo a la hora de contar, pues van sumando de veinte en veinte).

Si lo que están buscando es su fecha de nacimiento, es bueno que sepan que el signo del día sería también el nombre que les pondrían y les indicaría quien es su dios protector. En otras palabras, la persona que hubiera nacido el 30 de junio de 1975 (no tengo idea quién pueda ser) se llamaría Ozomatli (en español le diríamos el mono, el chango, el primate o como ustedes prefieran).

Espero que se hayan fijado que en la tabla viene el nombre de los dioses asociados a cada signo. Bueno, pues por último, voy a decirles, de forma muy somera, de que eran dioses cada uno de ellos, usando el Diccionario de Mitología y Religión de Mesoamérica, escrito por Yolotl González Torres y publicado por Larousse.

Tonacatecuhtli: Es el señor de nuestra carne o señor de los mantenimientos. Es una de las deidades creadoras dentro del mundo Nahua.

Quetzalcóatl: La Serpiente emplumada es uno de los dioses más famosos de Mesoamérica. Los nahuas lo asociaban con la fertilidad, con el viento (Ehécatl) y con el planeta Venus (Tlahuizcalpantecuhtli). También era el patrono de los sacerdotes.

Tepeyollotl: Es una de las diferentes advocaciones de Tezcatlipoca. Se le asocia con las montañas y con los temblores. Se le representaba con un jaguar.

Huehuecóyotl: El coyote viejo. Junto con  Macuilxóchitl, es el dios del canto y de la danza para los nahuas.

Chalchihuitlicue: La de la falda de jade, es la diosa de los lagos y los ríos, patrona de los nacimientos y protectora de la navegación costera.

Tecciztécatl: El caracol marino. Era el dios de la Luna y se le representaba como un hombre viejo con barba (sí, con barba) que lleva en su tocado un caracol. Por cierto, al parecer era medio cobarde. Investiguen ustedes por qué.

Tláloc: Es otro de los dioses más famosos de Mesoamérica. Es el dios de la lluvia y, por lo mismo, patrono de los campesinos.

Mayahuel: Es la diosa del pulque y del maguey.

Xiuhtecuhtli: El señor precioso o señor del año. Es el dios del fuego y del año y, al parecer, es la deidad más antigua de Mesoamérica.

Mictlantecuhtli: El señor del Mictlán. Junto con su mujer, Mictecacíhuatl, era el dios que reinaba en el inframundo.

Xochipilli: La flor preciosa. Es el dios de las flores, de la danza, de los juegos y del amor. Si no guardabas el ayuno en sus fiestas, te castigaba con enfermedades ahí donde ya sabes (en los genitales, pues).

Patécatl: Es el dios que descubrió como fabricar el pulque, así que espero sean agradecidos.

Tezcatlipoca: El espejo humeante. Era uno de los dioses más importantes de los mexicas (de los aztecas, pa'que entiendan). Es una de las deidades creadoras y contraparte de Quetzalcóatl. Ambos crearon a la Tierra y luego, con Huitzilopochtli, creó el fuego y a los seres humanos.

Tlazoltéotl: Era la diosa del amor carnal (del sexo, vaya) y de la suciedad.

Xipe Totec: Nuestro Señor el desollado. Se la asociaba con la fertilidad, la primavera y la renovación de la vegetación. Era el patrón de los orfebres.

Itzpapálotl: La mariposa de obsidiana. Era una deidad estelar de las tribus nómadas del norte.

Xólotl: Era el gemelo de Quetzalcóatl, por lo que se le consideraba patrono de los gemelos. También era medio cobarde. Investiguen.

Chalchihuihtotolin: Era un dios asociado con diversas enfermedades y plagas. Así que no era muy querido.

Tonatiuh: Es el dios del sol.

Xochiquetzal: La flor quetzal. Diosa de la belleza y del amor, era patrona de los quehaceres domésticos, de las tejedoras, de los orfebres, de los pintores y de las prostitutas. Los diversos relatos que hablan sobre los diferentes amoríos que tuvo son bastante divertidos.


Bueno, pues espero que esto haya sido de su agrado y no dejen de informarme si pudieron encontrar su fecha de nacimiento.

La mía es 11 Acatl 8 Tecpatl.


jueves, 1 de agosto de 2019

ESTO SÍ ES CRISIS Y NO PAYASADAS: ALEMANIA EN EL PERÍODO ENTREGUERRAS

Yo soy de esa generación conocida en México como "generación de crisis", pues desde que nací a principios de los setenta, con cada nuevo gobierno mexicano he vivido crisis económicas (en mayor o menor grado, desde luego). Pero en realidad los mexicanos somos muy chillones, porque crisis, lo que se dice crisis, no la hemos padecido en realidad. Y si no me crees, te voy a contar un fragmento de la historia de Alemania para que sepas lo que es una auténtica crisis y no payasadas, con una hiperinflación de miedo.

Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania se vio envuelta en una serie de acontecimientos que cambiaron por completo su forma de vida. En 1919 se transformó en república, desapareciendo así las diferentes dinastías reales (algunas de ellas milenarias, como la de los Wittelsbach en Baviera) que habían gobernado en su territorio con anterioridad a esa fecha. La reciente unión que se había logrado en 1870 se vio rápidamente cuestionada y en serio peligro de terminar. La república de Weimar no consiguió hacerse respetar y se vio obligada a enfrentar un gran número de golpes provenientes de todos los frentes. Monarquistas, comunistas, nacionalsocialistas, católicos, luteranos, todos se oponían a ella.


Por otro lado, las fuertes indemnizaciones de guerra y las diferentes crisis económicas mundiales que se desataron a principios y finales de los años veinte provocaron en Alemania una gran miseria y un gran resentimiento hacia los países aliados (principalmente Francia e Inglaterra), pues para mucha gente ellos, junto con los políticos republicanos, eran los culpables de la grave situación económica. Y es que la crisis en Alemania se desató de forma incontrolable. La inflación llegó a niveles escandalosos dándose inclusive el caso de que los billetes se imprimieran por un solo lado para ahorrarse tiempo y tinta.

Todas estas circunstancias fueron aprovechadas por Hitler y su partido nacionalsocialista para convencer a los alemanes de que sólo ellos podrían devolverle al país su antigua grandeza. La crisis económica no fue el único factor que contribuyó al ascenso de Hitler al poder, pero si fue, sin duda alguna, uno de los que más lo favorecieron.


EL TRATADO DE VERSALLES

Al final de la Primera Guerra Mundial, Alemania, dándose cuenta que sus fuerzas estaban por llegar al límite de resistencia aunado a un enorme descontento popular que se estaba traduciendo en huelgas obreras e inclusive movimientos revolucionarios, decidió solicitar la paz a los aliados. Éstos se reunieron en el palacio de Versalles, a las afueras de París, donde el 4 de noviembre de 1918, establecieron las condiciones preliminares de paz para Alemania. El armisticio se firmó pocos días después, el 11 de noviembre con lo que oficialmente terminó la guerra.

Sin embargo, la Conferencia de Paz inició sus sesiones hasta el 18 de enero de 1919, bajo la presidencia de George Clemenceau, y a los delegados alemanes se les permitió llegar hasta el 28 de abril.

Alemania fue duramente castigada. El 30 de abril de 1919 los alemanes se vieron obligados a ceder Shantung (en China) a los japoneses y el 6 de mayo la Conferencia de Paz dispuso de las colonias africanas alemanas, asignando el África Oriental Alemana a Inglaterra, el África Sudoccidental Alemana a Sudáfrica y Togo y Camerún a Francia.

Conferencia de paz en el Palacio de Versalles. 1919.


Tras duras negociaciones, el 22 de junio de 1919 la Asamblea Nacional de Weimar autoriza la firma del Tratado y el 28 siguiente los delegados alemanes firman el Tratado de Paz de Versalles.

La República de Weimar tuvo que aceptar las condiciones impuestas por los aliados, que incluyeron el pago de cuantiosas indemnizaciones, la pérdida de aproximadamente el trece por ciento de su territorio y la ocupación del Sarre y el Rin por las fuerzas aliadas. Entre otros territorios, Alemania perdió el Schleswig, transferido a Dinamarca el 5 de julio de 1920; Eupen y Malmedy, transferidos a Bélgica el 20 de septiembre del mismo año; Danzig, proclamada ciudad libre el 9 de noviembre siguiente; Alsacia y Lorena, recuperadas por Francia; y la Silesia Superior, cedida a Polonia.

En Versalles, Alemania y sus aliados fueron obligados a reconocerse culpables de iniciar la guerra, lo que pronto sería acremente atacado por la propaganda nazi como “la extorsión por la mentira de la culpa de la guerra”. Pero la firma del Tratado de Paz no incluía a todos los aliados, pues Rusia no lo hizo sino hasta el 6 de mayo de 1921, y los Estados Unidos hasta el 25 de agosto del mismo año.


SURGIMIENTO DE LA REPÚBLICA DE WEIMAR

El 9 de noviembre de 1918, estalló la revolución en Berlín, provocando la renuncia del primer ministro, el príncipe Max von Baden y la abdicación del káiser Guillermo II, quien se refugió en la vecina Holanda. Ese mismo día se proclamó la República y un Consejo de Delegados del Pueblo asumió el poder.


El 25 inmediato, tuvo lugar en Berlín una reunión de los representantes de los nuevos gobiernos estatales, que decidieron la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, idea que fue combatida de inmediato por un grupo anarquista conocido como “los espartaquistas”. Éstos realizaron una revuelta en Berlín el 5 de enero de 1919, misma que fue aplastada por el gobierno provisional con ayuda del ejército. Por estas fechas, se creó el Partido Nacionalsocialista, aunque en su origen fue un grupo residual y Hitler todavía no formaba parte de él.


El 19 de enero del mismo año, se realizó la elección de la Asamblea Nacional, encargada de redactar una constitución para la nueva república. Esta Asamblea se integró por una mayoría socialdemócrata, con 163 escaños; el centro, con 88; los demócratas, con 75; los nacionalistas, con 42; los socialistas independientes, con 22; y otros grupos más pequeños, con 31.

Una vez electa, la Asamblea Nacional se reunió en la ciudad de Weimar. El 11 de febrero de 1919, Friedrich Ebert fue elegido primer presidente de la República Alemana.

Pero la nueva república se vería pronto amenazada por la secesión de varios de sus estados. El 1 de junio de 1919 se proclamó la República del Rhin, instigada y apoyada por Francia, que luego habría de caer debido a la hostilidad de sus habitantes. Al poco tiempo, en Baviera surgió una república comunista, independiente del gobierno de Berlín. Sin embargo, todos estos intentos de desmembrar a Alemania, terminaron por fracasar.

Se proclama en las calles la República de Weimar

En el ámbito político, la situación no era más halagüeña, a pesar de que el 31 de julio de 1919 se adoptó la Constitución de Weimar. Como si fueran presidentes mexicanos del siglo XIX, los primeros ministros alemanes se sucedían de forma ininterrumpida tras un corto período en el poder: Scheidemann, en 1919; Gustav Bauer, socialista, hasta 1920; Hermann Müller, quien renunció el 8 de junio del mismo año; Konsantin Fehrenbach, quien se retiró en 1921 y fue sustituido por Julius Wirth, del partido Católico del Centro, quien se mantuvo hasta 1922; Wilhelm Cuno, hasta 1923; Gustav Stresemann, quien no logró terminar ese año y fue sustituido por Wilhelm Marx, de tendencias centristas. Éste renunció el 26 de mayo de 1924 tras fracasar las negociaciones sobre la unión de nacionalistas y moderados y fue sustituido por Hans Luther. En los siguientes años, las cosas no cambiarían.

Al mismo tiempo, los intentos de golpe de estado se convirtieron en algo recurrente. El que tendrá más trascendencia para la historia posterior de Alemania, aunque en ese momento no se viera así, fue el protagonizado en Munich por Adolfo Hitler y el general Ludendorff, del 8 al 11 de noviembre de 1923 y que terminó con Hitler en la cárcel Todas estas circunstancias, provocaron un gran debilitamiento de la república, lo que sería aprovechado después por los nacionalsocialistas para acceder al poder y desaparecer formalmente el primer intento alemán por constituir un gobierno republicano y democrático.


EL ASUNTO DE LAS INDEMNIZACIONES DE GUERRA


Uno de los principales puntos del Tratado de Versalles, era el referente a las indemnizaciones de guerra que Alemania debía pagar a los aliados, principalmente a Francia, Inglaterra, Italia y Bélgica. El asunto en cuestión provocaría fricciones entre estos países por más de 14 años.

El 21 de junio de 1920, el Supremo Consejo Aliado ordenó a Alemania hacer 42 pagos anuales de indemnización, pero los alemanes solicitaron que éstas fueran revisadas por un consejo que se reunió en la ciudad de Spa del 5 al 16 de julio del mismo año.

Al no ponerse de acuerdo, los alemanes y los aliados se reunieron una vez más a finales de ese año en Bruselas, pero será hasta la Conferencia Aliada de París, celebrada del 24 al 29 de enero de 1921, que se fijarán las indemnizaciones que debería pagar Alemania, y que ascendieron a la suma de 6,650 millones de libras.

A pesar de ello, el 8 de marzo de 1921, las tropas francesas ocuparon Düsseldorf y otras ciudades del Ruhr, porque Alemania no había realizado los primeros pagos. Esto obligó al gobierno alemán a declarar su imposibilidad de pagar 600 millones de libras de indemnización que adeudaba hasta el 1 de mayo del mismo año.

Por su parte, los ingleses promulgaron una Ley de Recuperación de Indemnizaciones, que el 24 de marzo impuso un 50 por ciento de aranceles a los productos alemanes, con el fin de obligarlos a pagar las indemnizaciones de guerra.

El 11 de mayo, Alemania aceptó esta especie de ultimátum aliado, y comenzó a realizar sus pagos, por lo que los aranceles británicos a productos alemanes bajaron al 26 por ciento.

Estas fuertes erogaciones realizadas por Alemania, aunado a la ocupación del Ruhr y del Sarre por las tropas aliadas, obligaron al gobierno de Berlín a proclamar el estado de emergencia, mismo que se prolongó del 29 de agosto al 16 de diciembre de 1921. Durante este primer período de crisis, los alemanes consiguieron un acuerdo con Francia para realizar el pago de las indemnizaciones en especie. Ello, sin embargo, no evitó que el 12 de noviembre de 1921, se diera una rápida caída del marco alemán.

El 16 de diciembre, Alemania solicitó una moratoria de pagos que fue aceptada en enero de 1922 por la Conferencia Aliada de Cannes. A pesar de ello, Francia volvió a insistir en el pago, por lo que firmó un acuerdo con los alemanes para que éstos le pagaran con materias primas. Ante esto, en agosto del mismo año la Comisión de Indemnizaciones aceptó la propuesta belga de que Alemania pagara con bonos del Tesoro.

Pero una vez más, Alemania se vio imposibilitada de pagar, por lo que en enero de 1923, tropas francesas y belgas ocuparon el Ruhr para presionar a Alemania. Ésta decidió reaccionar con una política de resistencia pasiva que exacerbó al gobierno francés, aumentando por ello el boicot contra Alemania. Así, la economía germana se paralizó.

Soldados franceses en el Ruhr


La situación comenzó a mejorar para Alemania cuando se firma un Tratado Germano-Norteamericano de Comercio y Amistad el 8 de diciembre de 1923, lo que provocó un cambio de actitud por parte de los ingleses, quienes decidieron reducir los aranceles a productos alemanes al 5 por ciento, consiguieron la aprobación de un préstamo internacional para Alemania en 1924 y, por último, celebraron un acuerdo comercial con este país. Además, el 3 de abril de 1925, Inglaterra derogó la Ley de Recuperación de Indemnizaciones.




Al quedarse solos, los franceses y los belgas iniciaron el retiro de sus tropas de la región del Ruhr. Después de ello, todo permaneció en relativa calma hasta 1929, año en que se apruebó el Plan Young. Este Plan estipulaba que los alemanes deberían de realizar pagos anuales hasta el año de 1988. La cuantía de estos pagos se basaba en las deudas de guerra que los aliados habían contraído entre sí, además de los subsidios destinados a cubrir las reparaciones por daños de guerra, especialmente en Francia. Los resultados fueron unas cifras que iban subiendo durante treinta y seis años desde unos 1,600 millones de marcos a unos 2,300 millones; en los últimos veintidós años, los pagos cubrirían únicamente las deudas de guerra, desde unos 1,600 a unos 1,700 millones de marcos. Una parte de estas anualidades debía ser transferida en moneda extranjera inmediatamente; el remanente podía ser aplazado si el estado del marco lo requería así. El 13 de agosto de 1929, en la Conferencia sobre Indemnizaciones de La Haya, Alemania aceptó el plan Young y los aliados decidieron evacuar el Rhin.

Pero presionado por los nacionalsocialistas, que contaban cada vez con más poder dentro del Reichstag, el gobierno alemán declaró en 1932 que Alemania no podría seguir ni seguiría pagando las indemnizaciones. Ante el temor de una nueva guerra, los antiguos aliados transigieron y, por fin, el 9 de julio de 1932, en la Conferencia sobre Indemnizaciones de Lausana, Alemania aceptó la propuesta de un último pago condicional de 3,000 millones de marcos. Pocos meses después, Adolf Hitler se convertiría en canciller de Alemania, dando inicio a la peor pesadilla posible.


LA CRISIS ECONÓMICA DE 1922 Y 1923

Al término de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba física y moralmente agotada. Eso, aunado a las enormes sumas que los aliados exigían como indemnizaciones, había trastornado la vida alemana. Hasta 1922, la inflación había estado asociada a una cierta prosperidad. La masa de dinero en circulación creó un alto nivel de demanda y, en cuanto se hizo evidente que estaba en marcha una drástica inflación, los que tenían dinero se mostraron cada vez más deseosos de convertir su dinero en bienes con un valor real. De esta manera se estimuló aun más la inversión y el consumo. La producción industrial aumentó rápidamente, mientras el paro se reducía de forma drástica. En 1922, el promedio de desempleados registrados era sólo de 77,000 personas.

Billete de un billón de marcos


Pero la ocupación francesa de la cuenca carbonífera del Ruhr, como consecuencia de la resistencia pasiva del gobierno germano al pago de las indemnizaciones, aceleró la caída del marco alemán. Una inflación desenfrenada devastó a la economía de la República de Weimar en 1922 y 1923, anulando pronto a la mayoría de las grandes fortunas privadas. Los precios subían tan rápidamente que, al final, el salario diario de un obrero alcanzaba quizás para un cuarto de mantequilla cuando lo recibía. Como las imprentas del gobierno seguían emitiendo papel moneda en cantidades astronómicas, el valor del marco se deterioró hasta el punto de llegar a valer 136,000,000,000 marcos por un dólar.

Por estos motivos, el 26 de junio de 1922 el gobierno autorizó un decreto de emergencia para proteger la economía. Sin embargo, la crisis continuó cada vez con mayor fuerza. Para septiembre de 1923, los intereses bancarios se elevaron en Alemania al 90 por ciento, y en octubre del mismo año, el valor del marco baja a 10,000 millones por libra.

Billete de cien billones de marcos


Billetes de banco sobrecargados muchas veces de cifras fantásticas (diez mil millones, cien mil millones), etiquetas de precios cambiadas tres veces al día en los escaparates de las tiendas, remuneración en especie a los funcionarios y empleados y retroceso al sistema primitivo del trueque, son algunos de los principales aspectos de aquel hundimiento del marco que terminó provocando una profunda revolución social.

Al enorme grupo de desempleados de la industria, pronto se agregó una muchedumbre igualmente densa: la de los desposeídos. Hacendados despojados de los bienes raíces por su granjero, que adquiría una gran posesión por el precio de un pedazo de manteca; oficiales sin sueldo agrupados en cuerpos de mercenarios dispuestos a sostener un golpe de estado; jóvenes separados de sus familias; estudiantes reducidos a mendigar en los jardines públicos para poder proseguir sus estudios; en fin, una nueva plebe burguesa poco resignada a una miseria que nunca había conocido.

En las primeras fases de la inflación, la caída del marco era seguida con ávido interés en Berlín. Un aviso en una tienda indicaba que “no se cambiarán billetes de 10,000 marcos”. Denominaciones tan pequeñas rápidamente caían en desuso. Las grandes empresas emplearon canastos de lavandería para recoger de los bancos voluminosas cargas de dinero recientemente emitido. Tan pronto como los obreros recibían su salario –con frecuencia al término del día- sus esposas se precipitaban hacia las tiendas para convertir el dinero en comestibles, antes de que los precios subieran más.


Billete de mil millones de marcos


La inflación supuso un beneficio para los productores y, sobre todo, para los propietarios directos de los medios de producción y, por otro lado, una pérdida para los que poseían bienes con un valor monetario fijo y para los que dependían de salarios fijos. Los trabajadores asalariados resultaron muy afectados. Así, en 1922 los sueldos de los más altos funcionarios del gobierno apenas rebasaron un tercio de su nivel real de 1913. Durante el período de inflación, los pensionistas se vieron reducidos a condiciones de extrema miseria. Asimismo, aquellos que habían prestado dinero a interés fijo, quedaron arruinados, ya que sólo podían recuperar sus créditos en papel sin valor. En vez de hallarse en posesión de una renta segura, únicamente tenían papel inútil y sin ningún valor real.

Todo aquel que antes de la inflación o durante ésta fue capaz de conseguir en préstamo una suma fija de dinero y convertirla en bienes sólidos, no hizo de hecho más que apoderarse de los recursos de aquellos que le concedieron los créditos.




Curiosamente, los bancos continuaron prestando dinero a los industriales en condiciones que no tomaban en cuenta el proceso inflacionario, por lo que la inversión experimentó un gran auge en los primeros meses de la inflación. Los fabricantes dedicados a la exportación lograron grandes beneficios, ya que el descenso de la cotización internacional del marco fue un proceso más rápido que el aumento de los precios interiores alemanes.

Finalmente, el círculo vicioso fue roto con la introducción de una nueva moneda dura basada en el valor de los bienes raíces, en noviembre de 1923. Esta moneda fue puesta en circulación el 15 de noviembre de 1923, junto con la apertura del Rentenbank, cuya finalidad era poner a prueba y estabilizar la economía alemana.











Por desgracia, al terminar la inflación se redujeron las grandes inversiones y se puso fin a la ilimitada demanda de bienes del período inflacionario. De inmediato, la actividad económica decayó sensiblemente y el desempleo aumentó, afectando a más de la cuarta parte de los trabajadores en activo a finales de 1923.


LA CRISIS ECONÓMICA DE 1930-1933

A principios de 1924, los aliados, que cada vez lo eran menos, presentaron el Plan Dawes impulsado por los Estados Unidos, cuya finalidad era, entre otras cosas, el saneamiento de las finanzas alemanas, comenzando por la estabilización de su moneda. En virtud de este Plan, se concedió a Alemania un importante préstamo internacional, utilizado por el presidente del Reichsbank, Dr. Schacht, para estabilizar el marco e introducir el patrón oro. Así, a fines de ese año, Alemania se encontraba ya en vías del restablecimiento económico, pues al sanear su moneda, la Banca internacional volvió a abrirle el crédito, por lo que los industriales obtuvieron innumerables empréstitos a corto plazo.

Niños alemanes jugando con fajos de billetes.


Por otro lado, en 1926 Alemania consiguió ser aceptada como miembro de la Sociedad de Naciones, recibiendo un puesto permanente en el Consejo. Esto provocó que el país comenzara a recibir un trato muy diferente por parte de los antiguos aliados. El efecto del cambio se dejó sentir inmediatamente. El pueblo quería la paz, y en cuanto comenzó a tener empleo, disminuyeron los conflictos interiores y se atenuó la guerra civil que amenazaba a la República. No es de extrañar que en esos años el nazismo perdiera fuerza política y electoral de forma considerable.

A partir de ese año, y con excepción del “Viernes Negro” (13 de mayo de 1927), en que se derrumbó por poco tiempo el sistema económico alemán, y hasta 1929, la producción industrial se incrementó, alcanzando en 1927 un nivel superior al de 1913. Las ganancias de los obreros aumentaron en casi un tercio entre 1925 y 1929. Alemania llegó a tener ocupada a casi toda su población activa, bordeando realmente el pleno empleo. Se fundaron una multitud de fábricas nuevas y se construyeron impresionantes complejos industriales. Otras fábricas fueron reconstruidas o modernizadas. Nuevas máquinas y nuevos métodos de trabajo enriquecieron el aparato de la producción. Krupp, que durante la guerra sólo construía material bélico, se dedicó a producir máquinas agrícolas, cajas registradoras, acero para la marina mercante, etc. La Gutehoffnung-Hütte, la empresa alemana más fuerte en la producción de acero, empleó veinte millones de dólares en la reforma de su estructura productiva.

La fila para comprar el pan.


Pero este crecimiento económico estaba basado en los préstamos exteriores, principalmente de los Estados Unidos. Por ello, durante la caída de la bolsa de Nueva York en 1929, la afluencia de capitales a Alemania disminuyó sensiblemente. El resultado fue que se redujo la inversión y se crearon las condiciones para una crisis de gran envergadura en la balanza exterior de pagos. Así, a pesar de que Alemania poseía una de las industrias más modernas del mundo, se vio sumergida en la gran depresión de la economía mundial. El gran industrial alemán Krupp von Bohlen, decía con toda razón que “fabricar es una cosa y vender, otra”. Alemania fabricaba en grandes cantidades, pero los mercados internacionales, afectados por la crisis, no podían comprarle.

La depresión comenzó en 1929. La pobreza de las clases bajas se hizo crítica. Las personas hacían largas colas para el pan en los centros industriales y la gente desempleada recogía carbón entre los desechos de las fábricas.


Empapelando una pared con billetes.


El marco se vio sometido a grandes presiones. El gobierno respondió adoptando violentas medidas deflacionarias para mantener bajos los precios en el interior de Alemania y conservar la cotización de la divisa. Se excluyó la devaluación, imponiéndose un superávit presupuestario ante el temor de que ésta hiciera renacer la inflación de 1923.

Bajo el gobierno de Brüning, en 1930-1932, los sueldos de los funcionarios fueron reducidos en una quinta parte y se impuso una reducción salarial general del diez al quince por ciento, mientras se aumentaron los impuestos y se redujeron los subsidios de paro. La demanda de productos industriales se vio reducida por la fuga de capitales, el descenso de la demanda de exportaciones resultante de la crisis económica a nivel mundial y la deliberada política gubernamental.

En 1923 una barra de pan costaba 460 millones de marcos.


Por otro lado, el 11 de mayo de 1931, la quiebra del Kreditanstalt austríaco inició el colapso financiero en Europa central, y el 13 de julio del mismo año, la bancarrota del Danatbank alemán causó el cierre de todos los bancos del país, hasta el 5 de agosto.

La producción industrial descendió a cerca de un cincuenta y ocho por ciento de su nivel de 1928-1929. El paro afectó a más de seis millones de trabajadores. En julio de 1932, cerca de la mitad de los obreros sindicalizados estaba desempleado. Pero el desempleo no afectó únicamente a los obreros industriales, sino que se extendió a los empleados que pertenecían a la clase media. La caída de la demanda golpeó a tenderos, artesanos y pequeños comerciantes, debido a que su posición era sumamente delicada, ya que las grandes inflaciones de los años anteriores habían terminado con sus ahorros.

Recolección de billetes alemanes devaluados para su reimpresión.


El Estado se encargaba, a pesar de todo, de sostener a las personas desempleadas a través de subsidios. Con ello, el obrero alemán podía alimentarse con pan, patatas y verdura. Una vez a la semana podía comprar carne, y a veces hasta recibía alguna mantequilla. Pero el seguro de paro sólo era eficaz durante los primeros seis meses. Después, el Estado se olvidaba de los desempleados y la manutención de éstos quedaba a cargo de la beneficencia municipal. Entonces la ayuda quedaba reducida a lo mínimo. Ya no había carne ni mantequilla. La dieta del desempleado se reducía así a patatas y verduras.

Además de los desempleados, había muchos obreros que sólo trabajaban tres o cuatro horas diarias. A muchos otros se les había reducido el jornal. De esta forma, en 1930 Alemania se convirtió de nuevo, como en 1923, en una nación de mendigos.

Saliendo a comprar leche.


La política deflacionaria del gobierno había conducido a una contracción del crédito que hizo aun más vulnerables a los pequeños negocios. Por consiguiente, los miembros de esta clase se vieron enfrentados no sólo al peligro de perder las comodidades de que disfrutaban, sino al temor de que su estatus quedara reducido; lo temible para ellos era disminuir al rango de la clase obrera.

Además, la agricultura en Alemania se encontraba en estado crítico. A pesar de los aranceles proteccionistas, los precios de los alimentos cultivados eran considerablemente reducidos. En 1930, los productos agrícolas alemanes se vendían en un trece por ciento por arriba de su precio de 1913, mientras que los demás bienes de consumo habían aumentado en un sesenta por ciento. Esto provocaba que los agricultores se encontraran muy endeudados y se vieran en dificultades para poder pagar sus préstamos. En 1932, la producción agrícola alemana se vendió en el sesenta y cinco por ciento de lo obtenido en 1928.

¿No hay leña? No te preocupes, aquí hay unos cuantos billetes...


Bajo estas circunstancias, en 1932 los nacionalsocialistas llegaron al poder. Hitler fue nombrado canciller, pues supo aprovechar el enorme resentimiento que había contra los políticos tradicionales de derecha y el miedo de la clase media alemana a los comunistas.

Los años posteriores a 1933 fueron años de resurgimiento y expansión económicos. El paro desapareció casi en su totalidad. El promedio de desempleados registrado en 1932 era de 5.5 millones de personas, mientras que en 1938 se había reducido a menos de medio millón. Esto se consiguió principalmente ampliando la política de concesión de créditos a los industriales mediante certificados de exenciones fiscales, en especial a aquellos dispuestos a admitir mano de obra adicional.

Hitler aumentó el gasto para realizar importantes obras públicas, principalmente carreteras, además de invertir grandes sumas en el rearme del ejército. El resultado de todo esto fue un desarrollo económico sostenido que primero alcanzó los niveles de los años anteriores a la depresión y después los superó. Asimismo, se fomentó el ahorro privado mediante el mantenimiento del alto nivel impositivo de la época de la depresión, y se controlaron los precios, mientras los salarios, fijados por comisarios nombrados por el gobierno en vez de por la negociación entre sindicatos y patronos, fueron congelados.

Gente cochina que tira sus billetes a la calle...


El pleno empleo y el alto nivel de los precios al interior de Alemania (el marco no fue devaluado para evitar que se desencadenara el pánico por una posible inflación) hicieron descender las exportaciones y estimularon las importaciones. Este proceso se vio frenado por cuidadosas medidas para controlar las divisas y restringir las importaciones. Junto con esto, se tomaron una serie de acciones dirigidas a desarrollar el comercio bilateral con Europa sudoriental y América Latina. Alemania compraba alimentos y materias primas a unos precios superiores a los del mercado mundial y pagaba en marcos bloqueados que sólo podían ser usados para comprar en Alemania; gracias a esto, la hegemonía económica alemana quedó pacíficamente implantada en el sudeste europeo. A principios de 1939, más de la mitad de las exportaciones de Bulgaria, Yugoslavia y Hungría y más de un tercio de las de Grecia, Turquía y Rumania, afluyeron a la renovada Alemania.

De esta forma, el nivel de vida en Alemania volvió a alcanzar los niveles de 1928, que había sido uno de los años más prósperos, lo que permitió al gobierno aumentar significativamente el gasto destinado al rearme del ejército alemán. Así, este rearme pudo combinarse con un alto nivel de vida y de seguridad en el empleo para el pueblo alemán; sin duda, el nivel de vida podía haber sido más elevado si el Estado hubiera utilizado una proporción más reducida del presupuesto para el armamento, pero de cualquier forma, el pueblo alemán estaba razonablemente satisfecho.

¡Vendo y arreglo aparatos eléctricos a cambio de comida!


En 1938, sin embargo, la situación económica se tornó crítica nuevamente. La depresión mundial de 1937 comenzaba a llegar a Alemania, a pesar de que los controles sobre precios y salarios consiguieron reprimirla en parte. Sin embargo, la escasez de mano de obra, tanto en el campo como en la industria, la volvieron sumamente peligrosa. De esta forma, la balanza de pagos en Alemania fue deficitaria en 1938.

A Hitler no le quedaban más que tres opciones. La primera consistía en disminuir el ritmo del rearme, pero para Hitler esto era algo inaceptable. La segunda era limitar el consumo privado introduciendo una verdadera economía de guerra, con severo racionamiento e incluso un nivel impositivo más elevado. Sin embargo, los nazis sabían que la popularidad del régimen dependía del mantenimiento de un alto nivel de vida. La tercera opción, era la guerra. Un rápido triunfo militar podía asegurar el dominio alemán sobre Europa antes que el proceso económico hiciera imposible financiar su máquina de guerra. Además, las conquistas podrían significar un aumento en las materias primas, alimentos y mano de obra sin necesidad de conseguirlos mediante divisas, y podría proporcionar una justificación para introducir una economía de guerra si esto fuera necesario.

Hitler decidió entonces comenzar la guerra.

Y ya para terminar, aunque la crisis alemana fue terrible y la hiperinflación llegó a niveles de miedo, ésta no ha sido la peor crisis sufrida por un país. Aquí te dejo una interesante tabla elaborada por Iván Carrino, para que comprendas lo que digo.