Terminada la Segunda Guerra Mundial, la situación de Palestina se hizo cada vez más conflictiva y Gran Bretaña, debilitada por la lucha, se mostró incapaz de resolver el problema palestino o de sostener el mandato.
Los británicos decidieron permitir una cuota de inmigración a Palestina de 1,500 judíos mensuales; la Haganah, organización clandestina de milicias judías, estableció entonces un sistema de inmigración ilegal a gran escala, y en las costas de Europa se fletaron barcos que condujeron a las playas palestinas a hombres, mujeres y niños judíos desplazados de sus lugares de residencia como resultado de la gran guerra que acababa de concluir.
Ya para entonces había desaparecido la Sociedad de Naciones, cuyo lugar fue ocupado de inmediato por la Organización de las Naciones Unidas.
Gran Bretaña se dispuso a impedir los desembarcos de judíos y envió unidades de su flota a patrullar las costas de Palestina; los judíos que lograron burlar esa vigilancia y penetraron en su “tierra prometida”, fueron encerrados en campos de concentración en número superior a los 55,000.
Dichas circunstancias agravaron la tensión ya existente entre árabes y judíos, por lo que el 18 de febrero de 1947 la Gran Bretaña anunció ante la ONU su deseo de dar por terminado el mandato sobre Palestina, y el 2 de abril de 1947 invitó a la Asamblea General a hacer proposiciones respecto a la situación y al futuro gobierno de ese territorio.
El 15 de mayo se creó un Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina (UNSCOP), compuesto de 11 miembros. Dicho Comité dio dos recomendaciones, una mayoritaria (Canadá, Checoslovaquia, Guatemala, Holanda, Perú, Suecia y Uruguay) que proponía la creación de dos Estados, uno árabe y otro judío, y una minoritaria que proponía la creación de un solo Estado Federal binacional.
Mientras se discutía este proyecto, el Alto Comité Árabe hizo el anuncio terminante de que el mundo árabe, formado por sesenta millones de personas, “luchará hasta el último hombre” contra la partición de Palestina y la creación dentro de sus fronteras de un estado judío.
“Sólo podrá ser creado sobre nuestros cadáveres” exclamó el delegado árabe Jamal Husseini, sobrino del gran Muftí de Jerusalén. Por su lado, Moshe Shertok, de la Agencia Judía y portavoz oficial de los judíos de Palestina, expresó que si la ONU dejaba de ejecutar la voluntad de la Asamblea, que era la de dividir la Tierra Santa, el derramamiento de sangre alcanzaría mayores proporciones de las anunciadas por los árabes.
“Habrá una afluencia extraordinaria de judíos para acudir al rescate de los de Palestina y llegarán de lejos, de países grandes y pequeños”, dijo Shertok. También agregó: “los judíos, que tanto han sufrido, no se dejarán intimidar en sus deseos de establecerse en un sitio del planeta, sólo para eludir las amenazas de los árabes al millón de judíos que reside en otros países. Si las Naciones Unidas eluden el cumplimiento de su deber, el derramamiento de sangre será mayor que si se lleva a cabo la partición. De todas partes llegará ayuda para los judíos”.
Por su parte, Husseini habló de un levantamiento general en el mundo árabe si se intentaba siquiera la partición: “Tengo el deber de dejar perfectamente establecido que estamos resueltos a luchar hasta el último hombre contra la existencia, dentro de nuestro país, de un estado judío, no importa lo pequeño que pudiera ser. Si se llega al establecimiento de dicho estado, sólo se logrará sobre nuestros cadáveres”.
También agregó: “Todos los hombres, entre los sesenta millones de personas del mundo árabe, se dan cuenta de la posición tan especial de Palestina y todos se hallan dispuestos a defenderla con el mismo celo y espíritu de sacrificio con que defenderían el suelo que les vio nacer. No pueden permitir el establecimiento de un pueblo antagónico y ambicioso en el corazón de su territorio, un estado que por medio de constante agitación sería una rémora para el progreso y desenvolvimiento de la nación”.
Sin embargo, el proyecto de división territorial fue aprobado por la Asamblea General de la ONU el 29 de noviembre de 1947, estableciéndose que el mandato británico terminaría el 1º de agosto de 1948. Esta fue la Resolución 181-II, que establecía la existencia de dos estados independientes, con un régimen particular para la ciudad de Jerusalén que estaría bajo la autoridad de las Naciones Unidas. Además, se contemplaba una unión económica entre ambos estados.
En dicha Resolución se establecía que el Estado árabe contaría con 11,800 km2 y el judío tendría 14,500 km2. Pero la porción de Palestina asignada a los árabes palestinos era preponderantemente montañosa, desértica e improductiva, mientras que la mayor parte de la fértil faja costera fue asignada para el estado judío. Esto a pesar de que el 65% de la población palestina era árabe contra un 33% de judíos, además de que en ese momento se estima que el 85% de la tierra se encontraba en manos de los árabes y tan sólo el 7% en las de los judíos. Incuso en el distrito de Jaffa, donde más judíos vivían, éstos tan sólo tenían el 37% de las tierras. La misma UNSCOP reconoció que esta Resolución violaba el principio de la libre autodeterminación de los pueblos, pero aseguraba que su propuesta buscaba evitar un conflicto mayor con la partición del territorio.
A pesar de que en dicha Resolución se fijaba la retirada de Inglaterra para el 1º de agosto de 1948, ésta se realizó antes, el 14 de mayo del mismo año.
El 15 de mayo, David Ben Gurión anunció de forma unilateral la creación del Estado de Israel, cuyo primer presidente fue Chaim Weizmann, el cual fue reconocido de inmediato por los Estados Unidos y por la URSS. El 11 de mayo de 1949, casi un año después, Israel fue aceptado como el miembro número 59 de las Naciones Unidas, a pesar de la oposición de los países árabes.
David ben Gurión |
Desde un principio, Israel no respetó las fronteras fijadas por la resolución de partición consagrando el establecimiento de un estado judío y uno árabe. Israel no sólo ocupó el territorio propuesto para el estado judío, sino que, aprovechando la desorganización de los palestinos, se apoderó además de una porción sustancial del territorio reservado al propuesto estado árabe.
El territorio ocupado por Israel ascendió a 20,850 km2, del total de los 26,300 km2 que representaba la totalidad del área territorial de Palestina.
Con estos sucesos, se internacionalizó el conflicto armado entre los árabes y los israelíes. El 15 de mayo de 1948, la Liga Árabe (integrada por Siria, Egipto, Arabia Saudita, Irak, Líbano y Jordania) declaró el estado de guerra; Egipto movilizó 10,000 hombres, Siria 4,000, Líbano 1,000, Irak 5,000 y Transjordania (actual Jordania) 5,000, contra 25,000 hombres de la Haganah y 10,000 de granjas agrícolas judías. La ofensiva árabe fue encabezada por el rey Abdullah de Jordania y Palestina fue invadida por varios puntos simultáneamente.
El 11 de junio las Naciones Unidas decretaron un cese al fuego. Durante la tregua, los ingleses que abastecían a los árabes, decidieron respetar el cese al fuego, pero Israel siguió recibiendo clandestinamente refuerzos en aviones, armas y voluntarios desde Checoslovaquia. El 15 de julio se volvió a ordenar un cese al fuego por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero el 17 de septiembre, el conde sueco Folke Bernadotte, mediador en el conflicto y representante de la ONU en Palestina, fue asesinado por terroristas del Grupo Stern, grupo judío disidente, en la parte israelita de Jerusalén.
Finalmente, en 1949 se firmó un armisticio entre Israel y cada uno de los países árabes que intervinieron en el conflicto. El 27 de febrero con Egipto; el 23 de marzo con Líbano; el 3 de abril con Jordania y el 20 de julio con Siria. Arabia Saudita e Irak se negaron a concertar ningún acuerdo. De manera general, las líneas de tregua se convirtieron, mediante los tratados de armisticio, en las fronteras de Israel. Durante las negociaciones ninguno de los países se preocupó por la suerte de los palestinos; del territorio que se consideró en la Resolución de partición para crear el estado árabe, no quedó nada. La franja de Gaza se incorporó a Egipto, Cisjordania a Jordania y el resto a Israel.
En ese momento comenzó la fuga masiva de palestinos; 250,000 permanecieron en Israel, 350,000 se fueron a la franja de Gaza, 1,000,000 a Jordania y 180,000 a otros países. Se comienza entonces a hablar de refugiados palestinos.
En ese mismo año de 1949, como dije antes, Israel fue aceptado como miembro de la Organización de las Naciones Unidas, a través de la Resolución 273.
Los acuerdos de armisticio entre los países árabes e Israel, dieron fin a la lucha armada entre aquellos y éste, pero también dieron inicio al problema del pueblo palestino, convirtiéndolo en un pueblo de refugiados.
Sin embargo, la ONU no abandonó por completo a los palestinos, ya que les reconoció derechos, como el de retorno e indemnización, aunque estos derechos nunca llegaron a concretizarse. Por otro lado, mediante la Resolución 302 (IV) del 8 de diciembre de 1949, se creó un Comité Especial de las Naciones Unidas para los refugiados (UNRWA), que de inmediato decidió el establecimiento de campos de refugiados palestinos en los países árabes. Aún cuando en 1952 desapareció de la agenda de la Asamblea General de la ONU la cuestión palestina, la UNRWA siguió funcionando y preocupándose por esta cuestión, tal como se mostró en el reporte anual del comisionado general de la UNRWA (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugee in the Near East).
A pesar del armisticio concretado, no se puede decir que existió un estado de paz entre los países firmantes, sino más bien un estado de pre-guerra latente, siendo así que los estados árabes no reconocieron al Estado de Israel.
En la década de los años cincuenta se empezaron a formar organizaciones de guerrilleros palestinos, y en la década de los sesenta, en el año de 1964 para ser más exactos, se creó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Las guerrillas palestinas organizaron operaciones de comandos que provocaron la inmediata toma de represalias por parte de Israel.
El estado de pre-guerra latente a que se hizo mención anteriormente estalló por fin en 1967, con la Guerra de los Seis Días (5 al 10 de junio de 1967). Sus orígenes se remontan a la nacionalización del Canal de Suez por Egipto en 1956. En esa ocasión Francia, Inglaterra e Israel agredieron de inmediato a Egipto y ocuparon la Franja de Gaza.
En mayo de 1967, el presidente egipcio Nasser solicitó a las Naciones Unidas el retiro de las fuerzas de la ONU que se encontraban estacionadas en la Franja de Gaza desde 1957, y cerró el estrecho del Tiran al paso de todo barco israelí. El ambiente se tensó. Jordania firmó un pacto de defensa mutua con Egipto y se reconcilió con la OLP, con la que había roto relaciones a consecuencia de las reclamaciones de ésta por las represiones del gobierno del rey Hussein a las manifestaciones palestinas antiisraelitas en Cisjordania, perteneciente en ese tiempo, como ya dije, a Jordania. Irak se unió al pacto de defensa mutua poco después.
Entre el 5 y el 10 de junio Israel llevó a cabo un ataque preventivo, derrotando en sólo seis días a los árabes. La ONU decretó un cese al fuego y se volvió a presentar en el seno del Consejo de Seguridad el problema árabe-israelí. Así, el 22 de noviembre de 1967, el Consejo de Seguridad aceptó unánimemente la controvertida Resolución 242.
A pesar de que esta Resolución trata el problema palestino como un simple problema de refugiados, su estudio es importante en vista de que representó un punto de partida para buscar una solución al conflicto árabe-israelí. En el primer punto afirma que para que se puedan cumplir los principios de la carta de San Francisco (con la que se crea la ONU), se requiere el establecimiento de una paz justa y duradera en el Medio Oriente y se debe buscar la aplicación de los siguientes principios:
1.- El retiro de todas las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados en el reciente conflicto; y
2.- Terminación de todas las disputas o estados de beligerancia y respeto y reconocimiento de la soberanía, la integridad territorial e independencia política de cada Estado en el área y de su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, libres de amenazas o actos de fuerza.
El segundo punto afirma la necesidad de:
1.- Garantizar la libertad de navegación a través de aguas internacionales en el área;
2.- Alcanzar un arreglo justo al problema de los refugiados (en este punto no se establece si la referencia a refugiados es a aquellos de 1948 o a los de 1967); y
3.- Garantizar la inviolabilidad territorial e independencia política de cada Estado en el área a través de medidas que incluyan el establecimiento de zonas desmilitarizadas.
Esta Resolución fue aprobada tanto en inglés como en francés, los dos idiomas oficiales del organismo internacional, aunque existe discrepancia entre las dos versiones. En el texto en francés, al hablar del retiro de fuerzas israelíes, se infiere que es al retiro de todos los territorios ocupados, y en la versión en inglés se infiere que es al retiro de sólo parte de dichos territorios. Hasta la fecha nadie se ha puesto de acuerdo. Los árabes se adhieren al texto en francés y los israelitas al texto en inglés.
Sin embargo, la Resolución 242 fue muy incompleta, ya que no mencionó el problema de Jerusalén y los llamados Lugares Santos, daños de guerra, la limitación de la carrera armamentista, la compensación de los refugiados, ni la cuestión palestina.
Los territorios ocupados a que hemos hecho mención como consecuencia de la guerra de 1967, son Cisjordania (quitada a Jordania), la Franja de Gaza y el Sinaí (quitados a Egipto) así como las alturas del Golán (quitadas a Siria). Esto provocó un nuevo éxodo de palestinos.
El 20 de marzo de 1968, Israel atacó la base principal de los guerrilleros palestinos en Karamah, Jordania, pero fue rechazado. La batalla de Karamah marcó uno de los grandes acontecimientos de la resistencia palestina y un nuevo rumbo de la OLP, la cual comenzó a tener más apoyo oficial árabe y promovió el reclutamiento para la guerrilla, logrando también una unificación organizativa.
Rey Hussein I de Jordania |
El rey Hussein de Jordania extendió su apoyo formal a los guerrilleros, llegando incluso a decir que “los comandos, en Jordania y en territorios ocupados, tienen el derecho más estricto, más absoluto, a resistir al ocupante”. Sin embargo, esto provocó una progresiva independencia y fuerza política y militar por parte de los palestinos en Jordania, llegando a ser incluso peligroso para la monarquía hachemita. Por ello se empezó a crear un plan jordano para la liquidación de la resistencia palestina.
(Continuará)