miércoles, 28 de octubre de 2015

EL MONUMENTO DE CHARLES DARWIN (POR DRIES DEGEL)

El día de hoy no voy a presentarles un texto de mi autoría. Por primera vez en El Blog de Ruy el Historiador el autor del texto es un autor invitado, un buen amigo que vive en las islas Galápagos, ese paraíso natural que hiciera tan famoso Charles Darwin. El nombre del autor es Dries Degel, naturalista de profesión y guía de turistas por necesidad y gusto. Así que sin más los dejo con él, esperando que sea de su agrado.
P.D.: en caso de que les guste, recibo con gusto sus comentarios. En caso de que no, prometo conseguirles su email para que se quejen con él y no conmigo. Jajajaja.

Éste es mi buen amigo Dries Degel, para que lo feliciten o lo hagan pedazos, lo que ustedes prefieran.


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Las Islas Galápagos son famosas en el mundo entero. Su solo nombre trae a nuestras mentes rápidamente las imágenes de un grupo de Islas volcánicas llenas de tortugas gigantes, lobos marinos y aves raras y únicas.

Y nada más lejos de la realidad. Las Islas Galápagos son fascinantes y están protegidas por el gobierno Ecuatoriano como Parque Nacional  desde 1959, además de ser consideradas como Reserva Marina,  lo cual hace que sea un tentador destino turístico para los amantes del Ecoturismo  y una meca para el mundo científico.

Pero en materia de historia humana Galápagos es poco conocido y aunque suene raro, en ese campo hay bastante que contar, a pesar de que muy pocas historias tienen un final feliz.

Sin embargo, cuando pensamos en historia lo primero que  se nos viene a la cabeza casi automáticamente es la visita del naturalista británico Charles Darwin a bordo del Beagle en 1835, viaje que, varios años después, daría como resultado la famosa “Teoría de la Evolución” que causaría un “Shock” en la gente de aquella época así como también en las generaciones futuras.

Pero independientemente de si creemos o  no en dicha teoría para mí personalmente lo más importante sobre la visita de tan singular personaje  fue que con el paso del tiempo las Islas Galápagos llegarían a convertirse en lo que es hoy, un lugar protegido y preservado por su gran importancia siendo incluso declarado por la UNESCO como “Patrimonio de la Humanidad”.

Aquí están situadas las islas Galápagos, por si no lo sabían.

Pero cualquiera diría que gracias a Darwin hoy las Islas Galápagos son un área protegida y preservada como un tesoro especial y es verdad que su visita hizo que este Archipiélago  llegase  a ser relevante, sobre todo en el contexto científico  internacional, pero el asunto no fue así de fácil y sencillo, hubo mucha gente interesada en que Galápagos estuviera protegido y se pudiera hacer ciencia y estudios de campo ya que recordemos que el gobierno ecuatoriano había usado las islas principalmente como lugar de exilio para penados, revoltosos, y criminales (las Islas en el mundo en general siempre han terminado siendo usadas para ese propósito).

Aquí tengo una historia bastante simpática de uno de aquellos esforzados y valientes aventureros románticos de principios del siglo XX que quiso ver cumplido el deseo de muchos de cambiar la historia del archipiélago preservándolo para las futuras generaciones.

EL PRINCIPIO DE UN SUEÑO

Corría el año de 1932 en Arizona cuando un joven llamado Víctor Wolfgang Von Hagen (suena bien alemán pero es un ciudadano estadounidense) encuentra un libro del viaje del HMS Beagle escrito por Chales Darwin, y debido a su devoción e idolatría por él y por la teoría de la evolución compra el libro y lo lee con avidez hasta que llega al capítulo de la visita del naturalista ingles a las Islas Galápagos.

Algunas de las famosas tortugas gigantes.

Entonces se hace la pregunta él mismo: ¿Qué se está haciendo con respecto a las Islas Galápagos? Y la respuesta se la dio  también él mismo,  ¡pues absolutamente nada!

Von Hagen ya había estado en América del Sur, específicamente en Perú, y conocía bien la situación geopolítica de esta parte del planeta así como la idiosincrasia y cultura de los sudamericanos, por tanto estaba preparado para regresar una vez mas y hacer algo al respecto con este grupo de islas del Pacifico que habían asombrado e inspirado tanto al Sr. Darwin.

Pero... ¿qué podía hacer este Don Quijote moderno para cambiar la situación de Galápagos? Para comenzar situémonos en la época de Von Hagen;  eran los comienzos de los años treinta o sea la gran depresión que mantenía a los estadounidenses preocupados en todo menos en salir a salvar un archipiélago perdido en medio del Océano Pacifico, lleno de reptiles, cactus, y criminales. Segundo, en esa época la teoría de la evolución no estaba tan difundida como muchos creen e incluso muchos aun dudaban si era una propuesta válida o no. En todo caso el asunto estaba  bastante cuesta arriba para el Sr. Von Hagen.

Sin embargo, contra viento y marea el tipo se propone nadar a contracorriente y llevar a cabo su monumental empresa.  Así que toma la decisión de hacer algo simbólico que atraiga las miradas de todos en el mundo hacia Galápagos y así comenzar a empujar en una sola dirección y con un solo objetivo, ver convertidas a las Galápagos en un santuario que proteja su maravillosa flora y fauna y así guardar el legado de Darwin para siempre.



Así que lo primero que se le ocurrió es erigir un monumento a Darwin en una de las islas que él había visitado  durante su viaje con el Beagle justo para septiembre de 1935 y así conmemorar el centenario de la visita del naturalista británico (recordemos que Darwin estuvo en las Galápagos entre septiembre y octubre de 1835).

Con este acto simbólico él deseaba atraer las miradas de todo el mundo hacia Galápagos y que se tomara conciencia de la importancia y relevancia de las islas y de que necesitaban ser urgentemente protegidas y estudiadas, y que el gobierno ecuatoriano (la República del Ecuador era propietaria de las islas desde 1832) tomara cartas en el asunto.

Así que el Sr. Von Hagen dijo: ¡manos a la obra!

EL PROYECTO  COMIENZA

Von Hagen conversa entonces con el Dr. Robert Murphy, una eminencia en ornitología en el American Museum of Natural History de New York, y le expresa su deseo de conseguir una réplica del busto de Charles Darwin (aun se puede ver el busto original en el mencionado museo) y con la réplica luego viajar a la República del Ecuador para dar a conocer el proyecto al gobierno ecuatoriano y recibir los permisos  respectivos para viajar a las Galápagos.

Aquí tenemos al famoso Charles Darwin...

Naturalmente que el Dr. Murphy le concedió la réplica y también obtuvo el visto bueno de los familiares de Mr. Darwin entre ellos Nora Barlow y Leonard Darwin que era el único hijo del naturalista aun con vida. El viaje se bautizo con el nombre de ”Expedición conmemorativa de Darwin”.

...y aquí al no tan famoso, pero no por ello menos importante, Víctor Wolfgang von Hagen.

Pero el problema más duro era el del dinero  y eso para aquella época era lo más apremiante. Sin embargo, con mucho esfuerzo consiguió un anticipo del libro que se publicaría mas adelante de parte de la editorial Mac Millan, así como publicidad de parte del New York Times al proyecto y algo más que logro conseguir por allí. Quizás su mejor ayuda en ese momento fue su esposa Christine Brown, quien lo acompañaría en el proyecto.

Así que embalaron la réplica del busto de Charles Darwin y llenos de ilusiones de embarcaron rumbo a Panamá para después desde allí tomar otro barco y continuar hacia la ciudad de Guayaquil que era su entrada a la República del Ecuador.

ECUADOR Y LAS GALÁPAGOS

Ya en tierras ecuatorianas se traslada a Quito para entrevistarse con el presidente de aquel entonces el Dr. José María Velasco Ibarra (quien de paso sería presidente de la nación por 5 ocasiones).

Ya en la capital conversa con el primer mandatario y le explica el proyecto y sus intenciones, a lo cual el jefe de estado consiente positivamente. Cabe destacar que un año atrás, en 1934, ya se había creado una legislación especial de protección de las islas Galápagos, declarando ciertas islas como sitios protegidos con recursos especiales, pero todo había quedado en papel y tinta al menos de momento.

Y es así que se hacen los preparativos para el viaje. Entretanto se consiguió a un escultor, cuyo nombre era Luis Mideros (autor de obras importantes en monumentos de la ciudad de Quito), para que a partir de la réplica original hiciera tres bustos, de los cuales uno está en la Universidad Central de la ciudad de Quito, otro está en la casona de la Universidad Central de la ciudad de Guayaquil  y la otra fue la que llevó consigo Von Hagen en dirección a San Cristóbal en las Galápagos. Los tres bustos se los puede ver hasta el día de hoy.

Finalmente con todo listo y un par de trabajadores de la ciudad de Guayaquil, partieron en la goleta San Cristóbal desde el puerto principal rumbo a las Galápagos y específicamente a la isla de San Cristóbal donde oficialmente se sabe que fue el primer desembarco de Darwin.

Vale destacar que cuando la expedición alcanza la isla Chatham  (nombre en inglés de la isla San Cristóbal) en la República del Ecuador el presidente Velasco Ibarra era depuesto y reemplazado.

EL MONUMENTO Y LA CEREMONIA

Ya en la Isla de San Cristóbal y más concretamente en Wreck Bay (traducido significa la Bahía del naufragio y se podrán imaginar porque ese nombrecito) comenzaron los trabajos para construir un pedestal de al menos tres metros y medio donde poner el busto de Darwin, lo cual no fue una tarea nada fácil, especialmente porque los martillos que usaban no lograban partir eficientemente las rocas basálticas de lava (varios martillos se rompieron), por lo tanto hubo que salir a buscar rocas de determinada forma y tamaño para irlas uniendo con cemento para hacer una base estable.

Finalmente y luego de todos esos esfuerzos se logro terminar el monumento en honor a Charles Darwin con su respectiva placa conmemorativa. El busto con su pedestal quedó ubicado de tal manera que su rostro estuviera siempre en dirección hacia el Cerro Tijeretas, lugar en el cual se sabe históricamente que desembarcó  el naturalista ingles.

El famoso busto de Darwin en las Galápagos.

Fue así como se hizo una ceremonia en la cual asistieron todos los habitantes de la isla (que no eran muchos en aquella época) así como el Comandante de la Zona, el cual dio un discurso  de agradecimiento en nombre de la República del Ecuador (aunque no tenía la mas mínima idea de quién era Darwin). También Von Hagen dio un discurso bastante corto (en español) y de esa manera se formalizo este galante esfuerzo por la conservación de Galápagos. Mientras sucedían estos acontecimientos históricos un grupo de iguanas marinas se apoderaron de la base del monumento para cerrar con broche de oro.

LOS RESULTADOS

Von Hagen, después de su enorme esfuerzo, comenzó a ver los frutos, tanto así que fue invitado un año después por varias asociaciones científicas, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, para comentar sobre su trabajo y hacer una campaña principalmente para que se creara una protección de ecosistema de Galápagos, así como la creación de una estación científica permanente en las islas.

Todo esto fue a la par con las peticiones al estado ecuatoriano para que tomara cartas en el asunto y se pudiera ver cristalizado este gran proyecto internacional. También había muchas ideas similares que se habían estado gestando para lograr ese mismo objetivo, sin embargo, como todos sabemos, en el año de 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial y todo quedo pospuesto al menos veinte años, hasta concretarse con éxito.

CONCLUSIÓN

Lo importante de esta historia es conocer a un personaje como muchos otros en la historia de Galápagos que contribuyeron de una u otra forma a que se preservara este paraíso que es una joya natural digna de ser admirada.

El trabajo  de Von Hagen no fue el único esfuerzo realizado en el sentido de protección e investigación del ecosistema galapagueño, pero fue quizá el más importante por lo que conlleva el busto de Darwin y su significado dentro del contexto de transformación de las islas Galápagos hasta nuestros días.

Para finalizar con este relato, el pedestal con el busto de Charles Darwin sigue aun en pie en la isla de San Cristóbal, en Puerto Baquerizo Moreno, aunque ya no en el sitio original sino más bien cerca de la Zona Naval en un parquecito rodeado de vegetación endémica muy verde.

Lo extraño es que ya el rostro de Darwin no mira hacia el Cerro Tijeretas sino más bien está de cara hacia el interior de la Zona Naval, y nos preguntaríamos: ¿por qué ese cambio tan abrupto?

La respuesta es que muchos años después de que se ubicara el monumento de Darwin, dentro de la Zona Naval fue puesto el busto de otro personaje cuyo nombre es el capitán Rafael Moran Valverde (héroe de la marina de guerra ecuatoriana). Así que luego de ubicar al famoso oficial se dieron cuenta que éste miraba en una dirección y Charles Darwin miraba en otra dirección, en otras palabras, parecía que estaban “en desacuerdo”, así que “olímpicamente” cogieron el pedestal de Mr. Darwin  y lo viraron para que de esa forma quedaran ambos bustos cara a cara solucionando así el problema que se había generado entre “ambos personajes históricos”.

Si algún día viene de visita a Galápagos y específicamente a la Isla de San Cristóbal, lo invito a que vaya a visitar este famoso monumento que representa una historia que hoy en día ha sido prácticamente olvidada.

¡HASTA LA PRÓXIMA!


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