miércoles, 16 de septiembre de 2015

LAS FIESTAS PATRIAS

15 de septiembre. Este día los mexicanos solíamos celebrar el aniversario de nuestra independencia. Y digo decíamos porque desde hace ya muchos años no hay nada que celebrar. Cuando yo era joven todavía se llenaba el Zócalo de la ciudad de México por gente que iba genuinamente a echar desmadre, a aventar huevos con confeti, a dar el Grito junto con el presidente, sin importar lo impopular que fuera éste. Ese día todo se olvidaba. Había que celebrar. En cada plaza del país ocurría lo mismo.

Pero desde la trágica época de Felipe Calderón, eso se acabó. La gente dejó de acudir al Zócalo capitalino y el gobierno comenzó a llenarlo con acarreados. Calderón lo llenaba con soldados y sus familias. Peña Nieto lo llena con burócratas. Y lo sé porque viví varios años en el centro, a tres cuadras del Zócalo. Así que lo vi, por lo que pido que no me contradigan.

La ceremonia del Grito se ha convertido en una farsa. El Presidente finge que todo está bien, los medios de comunicación le hacen segunda y algunos burócratas acarreados desde el Estado de México bajo la amenaza del despido u otras sanciones administrativas, fingen que están disfrutando de la fiesta. Pero la fiesta hace tiempo que se acabó.

Aun recuerdo cuando la entrada al Zócalo era libre. Podías ir con tus banderas, tu confeti, tu sombrero (entre más grande mejor), tus bigotes falsos y, lo mejor de todo, con tu familia y tus cuates. Ahora hay policías por todos lados que te revisan hasta las calzones antes de entrar. Catean hasta a los niños. Todo está prohibido: los palos de las banderas, los paraguas, los huevos con confeti,... Hay francotiradores en las azoteas de los edificios que rodean al Zócalo, y en el colmo de la ignominia, este año cercaron la plaza con una barda de metal como si fuera una especie de corral. ¡Y todavía pretenden hacernos creer que todo está bien!

¿Cómo va a estar todo bien si el gobierno le teme tanto al pueblo? Por que es evidente que México ya no quiere a su gobierno. Y no caigamos en la trampa de creer que sólo es Peña Nieto. No. México ya no quiere a su presidente, a su Congreso, a su Suprema Corte de Justicia, a sus gobernadores, a sus presidentes municipales, a sus Congresos locales, a sus policías, a sus soldados, a sus partidos políticos, a sus líderes sindicales, a sus medios de comunicación vendidos, a sus empresarios corruptos (si me falta alguien más pido disculpas, son tantos que uno pierde la cuenta).

Desgraciadamente, no lograremos un cambio real mientras permanezcamos divididos. Por eso el gobierno se empeña tanto en dividirnos. No atiende las quejas ciudadanas, obligando a los grupos que las presentan a manifestarse, sabiendo que eso va a provocar el rechazo de otro sector de la población. Los medios de comunicación se encargan de destruir con sus comentarios a todos aquellos que se oponen genuinamente al gobierno. Los partidos políticos "de oposición" fingen interés para que aun creamos que son de oposición. Y mientras tanto al país se lo está llevando la chingada.

En otra de sus burradas, Peña Nieto dijo en cierta ocasión que la corrupción en México era algo cultural. Pues no, señor, es algo institucional. Si un policía me detiene en la calle, le doy mordida por dos razones: por que sé que la va a aceptar y por que sé que si me lleva ante el Ministerio Público, en la mayoría de los casos sin haber hecho nada, me va a ir peor. ¿Eso es cultural? En el juzgado hay que darle dinero al juez porque si nuestra contraparte ya le dio, pues ya valimos. Vaya, hasta hay que darle dinero al de las copias para que te dé las copias de tu expediente por las que ya pagaste.Y así nos podemos seguir con miles de ejemplos. Pero lo peor es la impunidad, el ver que se castiga a unos pocos funcionarios menores, que se sanciona al policía de la calle pero no al jefe que le exige una cuota diaria de mordidas.

De la crisis económica mejor ni hablamos. Yo tengo 44 años y soy generación de crisis. Desde que nací he escuchado que el país está en crisis. Y todas las generaciones que vinieron tras de mí están igual. El número de pobres aumenta día con día. ¡Pero tenemos al hombre más rico del mundo (a ratos) y a otros más en la "prestigiosa" lista Forbes!

Y para colmo, ahora la violencia. El narcotráfico desatado, el gobierno coludido con él, el ejército y la policía a su servicio, y los ciudadanos en el medio, poniendo los muertos y viviendo en el terror. Pueblos abandonados, refugiados por todos lados, familias fragmentadas, asesinatos todos los días, secuestros, desapariciones, extorsiones,...

Yo por eso decidí quedarme en mi casa el 15 en la noche. Y eso que ya no vivo en México. Me quedo por que ya me cansé de luchar. Me cansé de luchar contra un sistema tan cínico y contra un pueblo tan agachado. Por años estuve en las calles apoyando diferentes causas, la mayoría de las cuales acabaron por decepcionarme. Me manifesté y grité mueras a más de un presidente. Apoyé al PSUM y al PRD, a los Zapatistas y al Sindicato de Electricistas, a los maestros y hasta a los 400 pueblos, entre otros grupos más. Pero me cansé. No tiene caso luchar mientras México siga tan dividido, mientras el interés personal sea lo único que nos importe, mientras la mayoría permanezca indiferente, quejándose en privado pero callándose en público, resignándose a su suerte.

Y ya no digo más para evitar que me salga una úlcera. Si van a celebrar, les deseo que tengan un bonito festejo, aunque no entienda su celebración.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario