miércoles, 1 de julio de 2015

EL CURIOSO CASO DE LE PÉTOMANE

En este mundo cruel, todos debemos buscar la manera de llevar la comida a la mesa. Unos no sufren con ello, pues nacen con la vida asegurada, mientras que otros tenemos que batallar para, como decimos en México, "perseguir la chuleta". Y a veces corre muy rápido la desgraciada.
Sin embargo, siempre hay algunos que consiguen hacer fortuna de forma muy particular y exclusiva, algunos que se ponen las pilas y, a falta de algo más digno, explotan cualquier aptitud que tengan, por más extraña que sea.

Es el caso de Joseph Pujol, un francés hijo de catalanes que nació en el puerto de Marsella allá por el año de 1857. Desde pequeño su padre lo metió a trabajar como aprendiz de panadero, oficio al que pensaba dedicar toda su vida, hasta que ésta se encargó de mostrarle otro camino para hacer dinero.

Joseph Pujol

Resulta que, siendo adolescente y viviendo a orillas del mar, el joven Joseph gustaba de nadar en éste. Un buen día decidió comenzar a bucear, así que tomó aire, infló los cachetes, cerró la boca y..., en esos momentos sintió un gran chorro de agua fría que le penetraba por salva sea la parte (por el ano, vaya). Acababa de descubrir su gran don. Resultó que podía abrir y cerrar el esfínter a voluntad y utilizarlo para absorber aire y líquidos a su antojo. Claro que en un principio la sensación no fue nada agradable y el asustado muchacho corrió a ver a un médico creyendo que se moría. Pero no fue así.

Pasado el susto inicial, volvió al mar y repitió la escena. Pero esta vez le gustó, así que poco a poco, y como mera diversión, fue afinando una serie de ejercicios y trucos con los que hacía reír a sus amigos del barrio, aunque causando también grandes vergüenzas a sus progenitores.

Al cumplir los 30 años, en 1887, decidió que ya estaba harto de amasar la masa, así que mandó todo al cuerno y empezó a preparar una serie de actos con los que lanzarse a la vida artística. Para ello, escogió el nombre de Le Pétomane (el pedómano, en correcto español). Su habilidad le permitía absorber aire y soltarlo a su antojo, por lo que comenzó a ejercitarse para interpretar canciones con el gas almacenado, así como diferentes ruidos de voces humanas y sonidos animales. Y al tratarse de aire externo almacenado a voluntad, sus pedos no olían mal, pues no eran producidos por su intestino. Asimismo, como también podía almacenar agua, se entrenó para lanzarla a gran velocidad a 4 o 5 metros de distancia.

Sin comentarios

Comenzó a actuar en Marsella y pueblos aledaños, imitando instrumentos musicales y apagando velas a base de soplidos traseros, y consiguió tal éxito que en 1890 el propietario del famoso Moulin Rouge parisino, un tal Josep Oller (también catalán), lo contrató de inmediato. A partir de ahí, su éxito fue rotundo.

Cartel del Moulin Rouge

Entre otras exquisiteces artísticas, conectaba con un tubo de goma su ano a una flauta y después, a base de pedos, interpretaba La Marsellesa y otras conocidas obras musicales, provocando la risa del público y un estrepitoso aplauso. Inclusive algunos reyes decidieron presenciar su espectáculo en el famoso cabaret, entre ellos Leopoldo II de Bélgica (hermano de la famosa Carlota de México) y Eduardo VII de Inglaterra. También estuvo ahí, en más de una ocasión, el célebre Sigmund Freud, quien seguramente aprovechó para razonar sobre los traumas de infancia de Joseph Pujol. Llegó a ganar 25,000 francos por función, mucho más que cualquier artista de su época.

El Moulin Rouge hacia 1900

En 1894 tuvo un pleito con el dueño del Moulin Rouge, lo que provocó que se rompiera su contrato y se lanzara en busca de otros horizontes. Todo se debió a que, a pesar de tener un contrato de exclusividad, dio un show gratuito en beneficio de un amigo que estaba en el paro. Y es que resulta que en aquellos años ya existían los contratos de exclusividad, para que vean que no es un invento de Telerisa o de TvApezta.

Y en la actualidad

Fichado entonces por el Teatro Pompadour (el nombre quedaba muy bien para las habilidades de Pujol), comenzó una gira por Francia, España y el norte de África. A muchos españoles no les causó gracia ver su himno nacional interpretado de esa forma, pero a pesar de ello, la gira fue un gran éxito.

Pero en 1914 todo acabó. Dos de sus hijos murieron en la Primera Guerra Mundial, y la tristeza que esto le provocó, aunado al cambio de gustos del público al finalizar la contienda armada, forzaron su retiro definitivo de los escenarios. Nunca volvió a ejercitar su "arte".

Volvió a su natal Marsella y se dedicó de nuevo al oficio de su juventud: la panadería, más por gusto que por necesidad, pues en sus años de carrera artística consiguió reunir una respetable fortuna. Ahí murió en el año de 1945, cuando ya nada lo recordaba. Sin embargo, la Universidad de La Sorbona pretendió comprar su cuerpo para estudiarlo, aunque sus parientes se negaron en redondo y procedieron sin más a su entierro.

¿Cómo es posible que un espectáculo así triunfara en una sociedad tan conservadora como la europea de finales del siglo XIX? No es difícil encontrar la razón. Semejante espectáculo, escatológico e irreverente, servía como válvula de escape a una sociedad duramente oprimida por los convencionalismos sociales. Todo mundo quería verlo, aunque nadie lo hubiera invitado jamás a su propia casa.

Así que siguiendo su ejemplo, no se asusten cuando se les salga un gas, pues a lo mejor ahí está el inicio de una prometedora carrera y de una gran fortuna.

Aquí les dejo, para finalizar, dos vídeos que muestran su trabajo, uno es original y el otro es parte de una película. espero que los disfruten.





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