El historiador mexicano José Fuentes Mares dijo en cierta ocasión que uno de los grandes misterios de la historia era la forma en que México había conseguido sobrevivir como nación independiente en el siglo XIX, porque todo apuntaba a que iba a desaparecer. Para 1855 ya nadie apostaba por él. Entre guerras internas y externas, golpes de estado, rebeliones un año sí y el otro también, presidentes que duraban unas cuantas semanas o incluso días, una Hacienda quebrada, una economía sin rumbo, invasiones, cambios de forma de gobierno, pérdida del territorio... un auténtico desastre, vaya.
Y en medio de todo eso, varios intentos separatistas que, por fortuna, en la mayor parte de los casos terminaron en fracaso. Si no, México tendría ahora la mitad de su tamaño. El más conocido fue, sin duda, la independencia de Texas, que se convirtió en república independiente de 1836 a 1845. Pero hubo otros que, por suerte para nosotros, no prosperaron.
1) La República del Río Grande: a finales de la década de 1830, México presentaba una situación caótica. En 1823 Centroamérica se había separado de nosotros, en 1836 habíamos perdido Texas, en 1838 Francia nos había invadido, habíamos pasado por una monarquía constitucional, una república federalista y nos encontrábamos gobernados en ese momento por una república centralista. Esto fue lo que aprovecharon un grupo de notables del norte del país para intentar crear uno nuevo con los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y parte de lo que hoy es el estado de Texas.
El 27 de marzo de 1839 se organizó una sublevación de federalistas al mando del general Antonio Canales Rosillo, quien contaba con el apoyo del general Juan Pablo Anaya, el coronel José María González, Antonio Zapata y el gobernador interino de Nuevo León, Manuel María de Llano. Éstos exigían el regreso al sistema federal que había sido sustituido por el central en 1836. Inmediatamente pidieron ayuda al gobierno de Texas, quien autorizó la formación de un grupo de 600 filibusteros para apoyar a los rebeldes. Así, Texas ayudaba pero no se comprometía oficialmente. Los sublevados consiguieron tomar varias ciudades de Tamaulipas aunque fracasaron frente a Matamoros.
El 7 de enero de 1840 se creó la República del Río Grande por los sublevados, quienes nombraron como presidente provisional a Jesús Cárdenas. La capital se instaló en Laredo. La lucha continuó todo ese año con suerte diversa, pero al final las tropas mexicanas al mando del general Mariano Arista consiguieron derrotar definitivamente a los rebeldes, poniéndole fin a la efímera República del Río Grande. ¿Y qué pasó con los rebeldes? Pues que el gobierno mexicano los perdonó y les permitió ingresar de nuevo al ejército nacional. Como ven, la impunidad no es algo nuevo para nosotros.
Curiosamente, este acontecimiento no apareció en ninguno de los periódicos de la capital de la República, pero sí lo hizo de forma abundante en los de la República de Texas y en los de los Estados Unidos, lo que podría llevar a creer que todo fue planeado allá (o que, como ahora, el gobierno no quiere que nos enteremos de ciertas cosas). En Texas aun existen algunos recuerdos de esto, como el Museo del Capitolio de la República del Río Grande, en la ciudad de Laredo.
Museo del Capitolio de la República del Río Grande, en Laredo, TX. |
Si a alguien le interesa saber más, les dejo el link para un excelente artículo escrito por Josefina Zoraida Vázquez:
2) La hermana República de Yucatán (por dos ocasiones): durante el virreinato, lo que ahora son los estados de Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán formaban la Capitanía General de Yucatán, independiente del gobierno de la Nueva España. Al proclamarse la independencia, esta capitanía se unió al Imperio Mexicano, pero al caer Iturbide en 1823, decidió separarse de México y puso como condición para volver que se proclamara una república federal. Como esto ocurrió a los pocos meses, Yucatán volvió a nuestro seno.
Sin embargo, como ocurrió en otros lugares, el cambio de gobierno federal a central provocó protestas en Yucatán, cuya élite quería conservar el federalismo, especialmente por el poder que eso les daba al estar tan lejos de la capital y prácticamente incomunicados por tierra. La sublevación comenzó en febrero de 1840 en la ciudad de Valladolid. Al principio el gobierno mexicano no le dio mayor importancia y dejo que fueran las fuerzas leales de la región las que se encargaran del asunto. Pero en marzo de 1841 el congreso yucateco proclamó la independencia de la región. En esos momentos Campeche y Quintana Roo aun no eran estados separados, sino que formaban uno sólo con Yucatán.
En mayo se terminó de redactar la Constitución del nuevo país, misma que estaba muy adelantada respecto a la de México, pues se protegía la libertad de cultos, se eliminaban los fueros y se establecía el amparo. Huelga decir que eso de la libertad de cultos sacó ronchas a la jerarquía católica de la época, pero como en Yucatán nunca tuvieron mucha fuerza, no pudieron hacer nada en contra.
La rebelión se prolongó por más de siete años, hasta 1848, pero en todo momento tuvo que soportar claras divisiones internas, especialmente entre "los de Mérida", que querían negociar con México, y "los de Campeche", que se negaban rotundamente a ello. En el plano político, Yucatán sufrió del mismo mal que México, pues la presidencia se la disputaron en todo momento Santiago Méndez Ibarra y Miguel Barbachano. Para 1846, la república se había dividido en dos, con un gobierno en Campeche y otro en Mérida.
Miguel Barbachano |
Para colmo de males, en 1846 estalló una rebelión de los indígenas mayas, conocida como "la Guerra de Castas", dirigida a terminar con la opresión que éstos sufrían por parte de la oligarquía blanca y mestiza. Durante la lucha contra México pasó de todo, bloqueos económicos (que nunca se lograron imponer pues la marina mexicana no estaba en condiciones de hacerlos respetar), ataques terrestres de todo tipo, amenazas a los texanos por su apoyo a los yucatecos, pero como en México los presidentes iban y venían sin ton ni son, nunca se pudo establecer una estrategia clara con miras de recuperar el territorio. Al menos, el hecho de ser un país independiente evitó que los Estados Unidos invadieran Yucatán durante la guerra contra México, aunque sí bloquearon sus puertos. Suerte que tienen los que no se bañan.
Pero al final, en 1848 el gobierno de la República de Yucatán acabó pidiendo ayuda financiera y militar a México para poder someter a los mayas. Obviamente, el gobierno mexicano exigió para ello la vuelta de la península a dominio mexicano, lo que se verificó finalmente el 17 de agosto de 1848.
3) La República de Tabasco: Tabasco también tuvo su momento de gloria al proclamarse independiente, aunque en este caso, además de una protesta contra el centralismo, los tabasqueños estaban molestos porque el presidente Anastasio Bustamante les había impuesto una serie de sanciones económicas para doblegarlos. Por ello, en febrero de 1841 el congreso local proclamó la independencia y nombró como presidente a José Víctor Jiménez. De inmediato, la República de Yucatán envió a Justo Sierra O'Reilly para ofrecer un tratado de alianza entre las dos nuevas repúblicas, pero esto se frustró debido a que Tabasco se reincorporó a México en diciembre de 1842, cuando el presidente Santa Anna levantó las sanciones económicas. Así que los tabasqueños disfrutaron poco tiempo de su tan ansiada libertad. Sin embargo, en 1845 y en 1846 lo volvieron a intentar, aunque con resultados nada satisfactorios para ellos.
4) La República del Oso: esta curiosa formación política se dio en California en 1846, ya en plena guerra entre México y los Estados Unidos, cuando un grupo de colonos de origen estadounidense decidieron proclamar la independencia de California con la intención de unirla después a los gringos. Igualito que Texas. ¿Coincidencia? Desde luego que no.
El nombre real era República de California, pero como usaron una bandera con un oso, la gente la conoció con ese nombre. Todo comenzó cuando un grupo de 33 colonos, liderados por el comandante Fremont del ejército de los Estados Unidos, se apoderaron de la ciudad de Sonoma y proclamaron la independencia. Nombraron como su primer presidente a William B. Ide. Unos días después, la flota estadounidense capturó el puerto de Monterey y aprovecharon para decirle a Fremont que la guerra entre los dos países ya había empezado, cosa que éste desconocía.
Ante esto, el "presidente" Ide renunció a su cargo y se unió como simple soldado a la lucha contra México, mientras cedía todas sus atribuciones presidenciales al gobierno de los Estados Unidos. La flamante República de California había durado 25 días.
5) La República de Fredonia: sobre ésta república creada cuando Texas aun era mexicana ya hay una entrada en el blog, por lo que les recomiendo que la visiten.
Y con eso terminamos. Si alguien sabe de alguna otra "república" de estas, le ruego me lo haga saber para investigar al respecto. No sean así y compartan sus conocimientos conmigo.
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