miércoles, 6 de mayo de 2015

EL DÍA EN QUE LOS EXTRATERRESTRES INVADIERON LA TIERRA

Pues sí. Aunque suene algo extraño, no crean que estoy borracho. Sucedió. Los extraterrestres nos invadieron causando el caos en muchos lugares de los Estados Unidos (por suerte solo ahí). Pero no se asusten. Se trató de una emisión por radio de una adaptación de la famosa obra de H.G. Wells "La guerra de los mundos", llevada a cabo con maestría por el entonces joven actor y periodista Orson Welles. Pero hay que ver la que armó.

Resulta que Welles tenía un popular programa de radio en la CBS en el que transmitía adaptaciones de grandes obras de la literatura, junto con sus compañeros de la compañía Mercury Theater. El 30 de octubre de 1938 estaba programada la transmisión de la obra mencionada, en la que participaban dos personajes básicamente: el profesor Pierson, un científico que explicaba lo que estaba ocurriendo (interpretado por Welles) y el periodista de la CBS Carl Philips (interpretado por otro actor).

Orson Welles

Como siempre ocurría en el programa, al inicio un locutor hizo las presentaciones y le cedió la palabra a Welles, quien después de anunciar que todo era ficción, comenzó leyendo el primer párrafo de la novela con un tono dramático.

“Nadie hubiera creído, en los últimos años del siglo XIX, que a nuestro mundo lo observaban minuciosamente inteligencias mayores que las del hombre, aunque mortales como él; que, mientras los hombres se ocupaban de sus diversos asuntos, alguien los vigilaba y los estudiaba, quizá tan detalladamente como un hombre con un microscopio podría vigilar a las pequeñas criaturas que medran y proliferan en una gota de agua. Con infinita complacencia, los hombres fueron de un lado a otro por el planeta ocupándose de sus pequeños asuntos, seguros de su dominio sobre la materia. Tal vez los microbios que vemos al microscopio hacen lo mismo. Nadie pensó que los mundos más antiguos del espacio pudieran ser fuente de peligro para la humanidad. Sólo pensamos en ellos para desechar la idea de que pudieran albergar vida. Es extraño recordar los hábitos mentales de aquellos días. Cuando mucho, los hombres se imaginaban que en Marte vivían otros hombres, quizá inferiores a ellos y dispuestos a recibir emisarios terrestres. Pero a través de las enormes distancias espaciales, unas mentes que son a las nuestras como las nuestras a las de las bestias, unos intelectos vastos, fríos y crueles, miraban a la Tierra con envidia, y, lenta pero inexorablemente, fraguaron planes contra nosotros. Entonces, a principios del siglo XX, se produjo la gran revelación”.

Welles ante los micrófonos de la CBS.

Como siempre ocurre, no todos los oyentes del programa encienden la radio a tiempo para escuchar todo el programa, pues siempre hay bastantes que, por angas o por mangas, lo hacen con algo de retraso. Los que la hubieran encendido en ese momento, aun hubieran podido distinguir que se trataba de una adaptación de la novela. Hasta ahí no había problema. El problema vino con los que encendieron la radio después y comenzaron a escuchar el programa con algo de retraso. Y es que resulta que para esa obra en especial, Welles había decidido cambiar el formato del programa, y en vez de dedicarse a leer la novela en turno, como había hecho en programas anteriores, decidió disfrazar el programa como si fuera uno de música que bruscamente es interrumpido por la noticia de que los extraterrestres nos han invadido. Además, trasladó la historia de Londres (donde se producía en la novela) a los Estados Unidos para hacerla más cercana a los radioescuchas.

La emisión comenzó de la siguiente manera: "Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45P.M. y las 9:20P.M".

Después regresaban a la banda de música que supuestamente estaba en vivo desde el Hotel Meridian Plaza de Nueva York, y periódicamente la interrumpían para continuar informando de lo que ocurría en Marte. Un segundo corte informativo decía lo siguiente: "Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles una noticia de último minuto procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor Farrel del Observatorio de Mount Jennings de Chicago reporta que se ha observado en el planeta Marte algunas explosiones que se dirigen a la Tierra con enorme rapidez... Continuaremos informando". Y regresaban a la música.

Después se anunciaba que un objeto cilíndrico había caído en Nueva Jersey, en un lugar llamado Grovers Mill. Al lugar acudía el falso reportero Carl Philips, quien comenzaba a reportar, supuestamente en vivo, lo siguiente: "Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado... ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien... o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos... ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea..."

Previamente, una nueva interrupción en el programa musical, anunciaba la presencia del profesor Pierce, quien decía lo siguiente:"Damas y caballeros, tengo que anunciarles una grave noticia. Por increíble que parezca, tanto las observaciones científicas como la más palpable realidad nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor procedente del planeta Marte..."

Para esos momentos, más de 12 millones de personas estaban escuchando el programa y el pánico comenzó a surgir. Los que no habían escuchado el principio de la transmisión, que eran la mayoría, creyeron que se trataba de una invasión real. La histeria se comenzó a extender por Nueva York y Nueva Jersey. La explicación al por qué no habían escuchado el programa desde su inicio era sencilla. La cadena rival de la CBS emitía a la misma hora el programa más popular de la radio en ese entonces, el show de Charlie McCarthy. Cuando se dio el primer corte publicitario a los diez minutos, muchos oyentes le cambiaron al programa de Welles y se toparon de lleno con los supuestos "cortes informativos" que anunciaban las explosiones en Marte, lo que.captó la atención de la mayoría. Casi nadie volvió entonces a sintonizar a Charlie McCarthy.

Cuando cundió la histeria, los teléfonos de las comisarías de policía y de las estaciones de radio se saturaron ante la gran cantidad de gente que quería información. Esto provocó más caos, en especial cuando el supuesto reportero Philips anunciaba que los marcianos comenzaron a atacar a las personas con un gas venenoso. El mismo Philips, un rato después, fue víctima de este gas, lo que hizo que el profesor Pierce continuara la transmisión ante la supuesta muerte del reportero.

Mucha gente en Nueva York se refugió en los sótanos de sus casas armados con lo que pudieron encontrar. Otros se cubrieron el rostro con trapos para protegerse del gas venenoso. En los pueblos pequeños mucha gente abandonó sus hogares para buscar refugio en el campo, colapsando las carreteras de la costa este. Otros más se dirigían a las cadenas de radio locales para anunciar que habían visto a los extraterrestres. ¡Vaya con la que se armó!

Cuarenta minutos después de iniciado el programa, Welles volvió a advertir que se trataba de una ficción, pero para esos momentos ya nadie prestaba atención. Incluso algunos creyeron que, en lugar de marcianos, se trataba de una invasión de la Alemania nazi. A ese grado había llegado el caos. 

A los 60 minutos de iniciado el programa, Welles dio las gracias al público y dio por terminada la transmisión, no sin volver a anunciar antes que tan solo se había tratado de la adaptación al radio de la famosa novela del autor inglés H.G. Wells.

El día que Orson Welles sembró el pánico con «La guerra de los mundos»
Welles al día siguiente de la transmisión explicando lo que ocurrió.

Cuando la gente descubrió que todo había sido mentira, el caos se transformó en indignación. Sin embargo, en lugar de destruir la carrera de Welles, esto la catapultó, además de servir para demostrar el poder de los medios de comunicación masiva y la facilidad con la que una noticia falsa podía ser difundida. Entre otras cosas, Welles obtuvo un contrato para filmar una de las mejores películas de la historia, Citizen Kane, filmada en 1941.

¿Y quieren saber lo peor de todo? Que esta historia se volvió a repetir en otros países con idénticos resultados. El 12 de febrero de 1949 Radio Quito, en Ecuador, hizo lo mismo, provocando la misma histeria. Cuando la gente descubrió la verdad, apedrearon la sede de la emisora y le prendieron fuego. Cinco personas murieron entre las llamas sin que la policía o los bomberos, indignados también, los ayudaran.

En 1998, cuando se cumplían los 60 años de la transmisión de Welles, en Portugal y en México ésta se volvió a realizar. En el caso de México, la acción se trasladó a Morelos, donde la emisora de radio XEART, la señal 152 en el estado se encargó de llevarla a cabo con una adaptación del divulgador científico mexicano Andrés Eloy Martínez Rojas. El gobierno de México procedió, ante los rumores generados, a una búsqueda exhaustiva de los restos de un supuesto meteorito, mismo que nunca encontró.

Si bien ninguna de las adaptaciones posteriores causaron el pánico y la histeria de la original de Welles, siguen demostrando el enorme poder de los medios de comunicación masiva, lo que nos obliga a tomar con precaución lo que escuchemos en ellos. En la actualidad la radio ya no tiene la importancia de antes, pero todos hemos sido testigos de la enorme cantidad de rumores y noticias falsas que nos dicen por televisión o circulan por internet. Así que mucho cuidado.

Aquí les dejo el link para escuchar la grabación original del programa de Welles, en inglés pero con subtítulos en español.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario