miércoles, 8 de abril de 2015

DON NICOLÁS ZÚÑIGA Y MIRANDA O LA OBSESIÓN POR EL PODER

Don Nicolás Zúñiga y Miranda es quizá uno de los personajes más curiosos de la historia de México, a pesar de que no todos saben quien es. En su momento, fue el hombre más popular de la ciudad de México. Todos los días se le veía paseando por la entonces llamada calle de Plateros (hoy Madero), con su sombrero de copa, su larga levita, su bastón y sus finas polainas blancas. Todo el mundo lo saludaba y muchos lo llamaban "senor presidente". ¿Quién era este hombre?

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Don Nicolás Zúñiga y Miranda

Don Nicolás nació en la ciudad de Zacatecas en la segunda mitad del siglo XIX, probablemente en los últimos años del imperio de Maximiliano, aunque la fecha exacta se desconoce. Llegó a la ciudad de México con el firme propósito de estudiar derecho y convertirse en un afamado abogado, pero sus inquietudes científicas lo llevaron a incursionar también en otros campos, incluyendo la sismología. Así, en 1887 inventó un aparato para predecir temblores. Con él predijo que se sentiría uno fuerte en la noche del 24 al 25 de mayo de aquel año. Envió sus predicciones a los periódicos y por supuesto nadie lo tomó en serio. Y que va temblando esa noche. La fama lo alcanzó y todo mundo comenzó a buscarlo para preguntarle por su fabuloso invento. Con los humos subidos predijo un nuevo temblor que ocurriría el 10 de agosto de ese mismo año. Anunció que sería tan fuerte que la ciudad entera desaparecería. Y para colmo, dijo que el Peñón de los Baños haría erupción, cosa difícil en realidad porque no es un volcán. Pero por su éxito anterior, mucha gente le creyó y el pánico se apoderó de buena parte de los habitantes de la capital. Algunos incluso abandonaron la ciudad mientras otros buscaban refugio y consuelo en las iglesias. Y por supuesto no tembló ni hubo erupción. Don Nicolás salvó la vida de milagro frente a la furibunda multitud que lo quería linchar, pero tuvo que dejar de lado sus aficiones telúricas y concentrarse de nuevo en sus estudios jurídicos.

El Peñón de los Baños

Más adelante, ya convertido en abogado, decidió incursionar en la política, comenzando por publicar un periódico semanal que duró eso, una semana. Es decir, sólo salió el primer número. Lo volvió a intentar otras veces pero siempre con el mismo resultado. Además, su filiación opositora al régimen de Porfirio Díaz lo llevaron a la cárcel en varias ocasiones. En 1893 se le volvió a encarcelar acusándola falsamente de participar en una conspiración militar contra el régimen. Se le llevó a la famosa y terrible cárcel de Belén donde permaneció incomunicado por algunas semanas, lo que terminó de desatar la locura que ya se le venía manifestando de tiempo atrás. Es decir, en Belén murió el antiguo Zúñiga y nació el personaje que ahora recordamos con simpatía.

Porfirio Díaz

Una vez libre volvió a las andadas y decidió presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 1896, lo que fue muy comentado por los periódicos de la época. Uno de ellos, El Hijo del Ahuizote, publicó el programa político que el mismo candidato les hizo llegar.

"Bases de Programa Político:
RELACIONES.- Aplicar la doctrina Monroy (sic) a Europa y el equilibrio europeo a América.
Reunión de un Congreso Intercontinental, Internacional e Interoceánico, para resolver las diferencias entre el Mar Amarillo y el golfo de Petchilí.
HACIENDA.- Sistema proteccionista absoluto y sin limitaciones y retorno a las antiguas encomiendas y encomenderos.
JUSTICIA.- Abreviación ejecutivo coactiva de los procedimientos judiciales administrativamente connotados.
INSTRUCCIÓN.- Libertad facultativa técnico-esférica de la instrucción superior al clero regular y secular.
CULTOS.- Religión de Estado la Católica, Apostólica, Romana, con tolerancia de todas las demás sin excepción alguna.
GOBERNACIÓN.- Estudio detenido, concienzudo y gráfico de las relaciones del Poder Central con los estados; de éstos con los cantones y distritos; de éstos con los municipios y de éstos con las veintenas; las veintenas a la vez con las decenas y las decenas con las docenas.
FOMENTO.- Fusión, confusión y difusión de todos los partidos habidos y por haber. Nombramiento de grandes comisiones científicas para todos los asuntos que se relacionen con la climatología, geología y paleontología naturales y minerales.
COMUNICACIONES.- Sistema de comunicaciones misto-circunlógico a recerva (sic) de reformas clásicas.
Sistema de faros electro-magnéticos edisónicos.
GUERRA.- Instrucción militar, adoptando la táctica moderna del yuyutsú con sus procedimientos particulares, el kappo y zappo. Establecimiento de talleres eléctricos para la construcción de fusiles Boers Ramírez. Sistema de drenaje estratégico en las costas. Creación de treinta acorazados que se pagarán en bonos que llevarán el nombre de blindados."

Es increíble que con semejante programa político alguien lo tomara en serio, pero ocurrió, pues mucha gente que estaba harta del porfiriato, ante la ausencia de otras candidaturas, decidió apoyar la suya. Y por supuesto, don Nicolás acabó una vez más en la cárcel de Belén y las elecciones las ganó en solitario don Porfirio. En este nuevo encierro su locura se acentuó. Desde entonces, se presentó como candidato en cuanta elección presidencial hubo. Don Porfirio comprendió que estaba totalmente loco y ordenó que ya no se le molestara, por lo que su nombre figuró en las elecciones de 1900, 1904 y 1910, cada una con un programa político más estrafalario que el anterior. Incluso se dice que cuando Díaz se entrevistó con Madero, plática que éste aprovechó para informar al viejo dictador que pensaba lanzarse de candidato a la presidencia, Díaz le contestó: "Me parece bien, don Francisco, así seremos tres los candidatos, Zúñiga y Miranda, usted y yo". De esta forma don Porfirio mostraba el poco aprecio que sentía por Madero.

En el mural de Diego Rivera "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", don Nicolás recibe en sueños la banda presidencial de manos de don Porfirio.

Durante la Revolución, don Nicolás siguió con lo suyo. Fue candidato presidencial en 1911 contra Madero, en 1913 contra Victoriano Huerta, en 1917 contra Carranza, en 1920 contra Obregón y en 1924 contra Calles. Y no siguió adelante porque la muerte lo alcanzó en 1925.

Pero no todo eran elecciones en su vida. Entre una y otra se dedicaba a la abogacía, defendiendo exclusivamente a gente de pocos recursos contra las injusticias de los ricos, y al parecer solía ganar muy seguido los pleitos, lo que contribuyó a aumentar su popularidad y el cariño que los habitantes de la ciudad le tenían.

También se dedicó al espiritismo, corriente muy en boga en aquellos años y de la que participó inclusive el presidente Madero. Pero en el caso de don Nicolás, hasta su espiritismo era con carácter filantrópico. Como prueba de ello, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en presencia de algunos "testigos", invocó a los espíritus de los gobernantes europeos que estaban en guerra para intentar mediar entre ellos y ponerle fin al conflicto, ayudado por el espíritu conciliador del filósofo griego Aristóteles, quien también acudió a la sesión. Pero al parecer el mal carácter del espíritu del káiser alemán impidió que se concretara el acuerdo de paz, así que la guerra continuó en Europa. Pero sus esfuerzos valieron que el mismo se pusiera el nombre de "Nicolás de América".

El Paseo de Plateros, hoy calle de Madero

Don Nicolás Zúñiga y Miranda murió el 29 de marzo de 1925 en el interior de una vivienda humilde. Poca gente lo supo, porque los que habían sido sus fieles admiradores en el porfiriato ya habían muerto también, y las nuevas generaciones poco sabían de él. Sin embargo, los dos principales periódicos de aquella época, El Universal y el Excelsior, publicaron al día siguiente sendas crónicas recordando los principales acontecimientos de la vida de tan singular personaje.

Y así acabó sus días don Nicolás de América, murió soñando con la silla presidencial, murió siendo lo que siempre fue, un "tipo pinturero, a la vez que estrafalario, que se prestó por largos años, aunque sufriendo prisiones, a servir como signo de lo único que permitía don Porfirio que le hiciera competencia en las elecciones presidenciales", como lo describió años más tarde el excelente historiador mexicano don José C. Valadés.

Si les interesa saber más de la vida de este personaje, pueden consultar la biografía que escribí hace ya muchos años, publicada por la editorial Miguel Ángel Porrúa. La primera edición ya está agotada pero estoy buscando sacar una segunda edición. Mientras tanto, la pueden consultar en su biblioteca pública favorita, tanto en México como en Nueva York.

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