jueves, 9 de abril de 2015

MICHAEL JACKSON NO FUE EL PRIMERO... RACISMO Y MEDICINA EN EL SIGLO XX


¡Sonríe! Te van a tomar una foto... de tus huesos. Pues eso y no otra cosa son las radiografías, fotografías de nuestro interior tomadas con rayos X, descubiertos por Wilhem Roentgen en 1895. Y aún así hay quien tiene el descaro de decir que la belleza interior es la que cuenta. No soy muy guapo, pero la verdad, prefiero una fotografía mía del exterior. En fin, no divagemos.

Wilhem Roentgen

Desde el momento en que se descubrieron los rayos X, varios científicos y un montón de charlatanes se pusieron a investigar las diferentes aplicaciones que se les podían dar. Surgieron todo tipo de teorías, pero sin duda la más increíble fue la presentada por el profesor Thomas Eldridge, de Filadelfia, quien aseguró en 1903 que había inventado una máquina que utilizaba estos rayos y con la que se podía transformar a los negros en blancos. Con ello, prometía, se acabaría el problema del racismo y del odio entre blancos y negros. Pero lo más interesante es que, al menos en un principio, su máquina parecía funcionar. Si Michael Jackson hubiera vivido en aquella época, hubiera sido muy feliz.

De acuerdo con el profesor Eldridge, si un afroamericano se sometía a una serie de sesiones con su máquina, vería cómo su piel se aclaraba. Ésto lo había descubierto al tratar diversas afecciones en la piel de algunos de sus pacientes (era médico) con rayos X y observar que la piel se decoloraba en las zonas donde los había aplicado. Así que sin más ni más se consiguió algunos conejillos de indias y le mostró al mundo los increíbles efectos de su máquina. Claro, el siempre presumió su filantropía, pues con esto buscaba, como ya dije, acabar con el enorme racismo imperante en los Estados Unidos de su época (racismo que, por desgracia, aun pervive, aunque quizá no tan marcado).

De acuerdo con sus pruebas, en diez sesiones una piel negra pasaba a ser de un color castaño claro, y en treinta se obtenía un color pálido "tolerable para los blancos", como decía una revista científica de la época. Pero claro que no todo iba a ser tan fácil.

En primer lugar, tal y como ocurre en la actualidad, una cosa es lo que dice la publicidad y otra cosa es la realidad. Los pobres individuos que se sometieron a este tratamiento (probablemente a la fuerza) no adquirían una piel "blanca", sino más bien una de un tono gris perla. Y en segundo lugar, recuerden que era una época en la que apenas se estaba experimentando con los rayos X y aun se desconocían muchas de sus secuelas negativas. Imaginen ser sometidos a un bombardeo radioactivo durante treinta sesiones sin ningún tipo de protección. Para colmo, un incendio en el consultorio de Eldridge destruyó su máquina y muchos de sus "pacientes" se quedaron a medias en el tratamiento, por lo que su piel presentaba lugares claros mezclados con otros oscuros. ¡Toda una mejoría, vaya!

Eldridge con uno de sus "pacientes"

En 1904 el doctor Eldridge dio por terminados sus trabajos y echó a la calle a los afroamericanos que aun seguían en tratamiento. ¿Qué fue de ellos? Al ser miembros de un colectivo sumamente marginado, nadie se interesó por seguir sus vidas una vez fuera del consultorio médico. Sin embargo, no es difícil imaginar su destino. Sometidos durante largo tiempo a sesiones de radioactividad, lo más seguro es que su vida no haya sido muy larga ni muy confortable.

¿Filantropía? Lo dudo. ¿Acabar con el racismo convirtiendo a los negros en blancos? ¿Y eso no es racismo también? En mi opinión, la supuesta filantropía fue simplemente un pretexto para utilizar a un colectivo marginado como conejillos de indias en un experimento de fines éticos dudosos. Además, no se puede acabar con el racismo queriendo que todos sean iguales (en el color de la piel, aclaro, pues no quiero malas interpretaciones). El racismo sólo terminará cuando seamos capaces de convivir con todos los demás sin importarnos las diferencias. En cierto modo me recuerda a la Sociedad Americana de Colonización, de la que hablé en una entrega anterior, que pretextando filantropismo, decidió enviar a los esclavos liberados a África, supuestamente para devolverlos a su tierra natal, pero en realidad para deshacerse de ellos. Aquí es lo mismo. ¿No es racismo querer convertir a los negros en blancos para que así los blancos los acepten? Las cosas que se hacen en nombre de la ciencia...

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Michael Jackson antes...

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...y después

Claro que no siempre los "blanqueados" lo han sido a la fuerza. En México tenemos el caso de Porfirio Díaz, que según cuentan las malas lenguas, todas las mañanas era blanqueado de la cara con algunos polvos, probablemente talco, no lo sé, que le aplicaba su amadísima esposa Carmelita Romero Rubio, en un afán de que el color cobrizo de su piel mestiza no desentonara con su cargo presidencial. O más recientemente el del famoso cantante Michael Jackson que a base de operaciones quirúrgicas pasó de un hermoso color ébano a un blanco deslavado bastante desagradable.


Bien lo dijo Einstein, "triste época la nuestra, en la que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio". Y no es una de esas citas falsas de internet, en verdad lo dijo.


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